Hijos e Hijas de Dios


José, un caballero cristiano, 9 de noviembre https://ift.tt/MZvJ3az Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. Génesis 39:21. José consideraba su esclavitud en Egipto como la mayor calamidad que podría haberle sucedido; pero vio la necesidad de confiar en Dios como nunca antes lo había hecho bajo la protección del amor de su padre. José llevó a Dios consigo a Egipto, y ese hecho resultó evidente por su conducta jovial en medio de sus penas. Lo mismo que el arca de Dios acarreó prosperidad y reposo a Israel, este joven amante de Dios, temeroso de Dios, llevó una bendición a Egipto. Y ésta se manifestó en forma tan obvia, que Potifar, en cuya casa servía, atribuyó todos sus beneficios al esclavo que había comprado, y lo consideró un hijo, más bien que un siervo.—The Youth’s Instructor, 11 de marzo de 1897. La religión de José conservó su dulce carácter y su grande y ardiente simpatía por la humanidad, a pesar de todas sus aflicciones. Hay quienes se tornan ásperos, poco generosos, ceñudos y descorteses en sus palabras y comportamiento, si piensan que no se los ha tratado con justicia. Se hunden desanimados, rencorosos, odiando a los demás. Pero José era cristiano. No bien ingresa a la vida de la prisión, pone todo el esplendor de sus principios cristianos en ejercicio activo; comienza a hacerse útil a los demás. Se informa de las dificultades de sus compañeros de prisión. Es alegre, porque es un caballero cristiano. Dios lo preparaba bajo esta disciplina para un puesto de gran responsabilidad, honor y utilidad, y él estaba deseoso de aprender; recibió bondadosamente las lecciones que el Señor le enseñaba. Aprendió a llevar el yugo en su juventud. Aprendió a gobernar aprendiendo primero la obediencia él mismo. Se humilló, y el Señor lo exaltó a un honor especial.—The S.D.A. Bible Commentary 1:1097.

Exaltad a Jesús


El juicio comenzo y los libros fueron abiertos, 9 de noviembre https://ift.tt/l0B2Vas Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos. Daniel 7:10. Los libros del cielo, en los cuales están consignados los nombres y los actos de los hombres, determinarán los fallos del juicio. El profeta Daniel dice: “El Juez se sentó, y los libros se abrieron”. San Juan describiendo la misma escena en el Apocalipsis, agrega: “Y otro libro fue abierto, el cual es de la vida: y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”. Apocalipsis 20:12. El libro de la vida contiene los nombres de todos los que entraron alguna vez en el servicio de Dios. Jesús dijo a sus discípulos: “Gozaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”. Lucas 10:20. San Pablo habla de sus fieles compañeros de trabajo, “cuyos nombres están en el libro de la vida”. Filipenses 4:3. Daniel, vislumbrando un “tiempo de angustia, cual nunca fue”, declara que el pueblo de Dios será librado, es decir, “todos los que se hallaren escritos en el libro”. Daniel 12:1. Y San Juan dice en el Apocalipsis que sólo entrarán en la ciudad de Dios aquellos cuyos nombres “están escritos en el libro de la vida del Cordero”. Apocalipsis 21:27. Delante de Dios está escrito “un libro de memoria”, en el cual quedan consignadas las buenas obras de “los que temen a Jehová, y de los que piensan en su nombre”. Malaquías 3:16. Sus palabras de fe, sus actos de amor, están registrados en el cielo. A esto se refiere Nehemías cuando dice: “¡Acuérdate de mí, oh Dios mío,... y no borres mis obras piadosas que he hecho por la Casa de mi Dios!” Nehemías 13:14. En el “libro de memoria” de Dios, todo acto de justicia está inmortalizado. Toda tentación resistida, todo pecado vencido, toda palabra de tierna compasión, están fielmente consignados, y apuntados también todo acto de sacrificio, todo padecimiento y todo pesar sufridos por causa de Cristo. El salmista dice: “Tú cuentas los pasos de mi vida errante: pon mis lágrimas en tu redoma: ¿no están en tu libro?” Salmos 56:8... La obra de cada uno pasa bajo la mirada de Dios, y es registrada e imputada ya como señal de fidelidad ya de infidelidad. Frente a cada nombre, en los libros del cielo, aparecen, con terrible exactitud, cada mala palabra, cada acto egoísta, cada deber descuidado, y cada pecado secreto, con todas las tretas arteras... Todo el más profundo interés manifestado entre los hombres por los fallos de los tribunales terrenales no representa sino débilmente el interés manifestado en los atrios celestiales cuando los nombres inscritos en el libro de la vida desfilen ante el Juez de toda la tierra. El divino Intercesor aboga por que a todos los que han vencido por la fe en su sangre se les perdonen sus transgresiones, a fin de que sean restablecidos en su morada edénica y coronados con él como coherederos del “señorío primero”. Miqueas 4:8.—el Conflicto de los Siglos, 534-538.

Dios nos Cuida


Dios nos Cuida
Una fe que obra, 9 de noviembre Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Proverbios 3:5. https://ift.tt/FBT708j Cuando hablamos de la fe debemos tener siempre presente una distinción. Hay una clase de creencia enteramente distinta de la fe. La existencia y el poder de Dios, la verdad de su Palabra, son hechos que aun Satanás y sus huestes no pueden negar de corazón. La Biblia dice que “los demonios creen, y tiemblan” (Santiago 2:19), pero ésta no es fe. Donde no sólo hay una creencia en la Palabra de Dios, sino una sumisión de la voluntad a él; donde se le da a él el corazón y los afectos se fijan en él, allí hay fe, fe que obra por el amor y purifica el alma. Mediante esta fe, el corazón se renueva conforme a la imagen de Dios... Hay quienes han conocido el amor perdonador de Cristo y desean realmente ser hijos de Dios; sin embargo, reconocen que su carácter es imperfecto y su vida defectuosa, y están propensos a dudar de que sus corazones hayan sido regenerados por el Espíritu Santo. A los tales quiero decirles que no se abandonen a la desesperación. Tenemos a menudo que postrarnos y llorar a los pies de Jesús por causa de nuestras culpas y errores; pero no debemos desanimarnos. Aun si somos vencidos por el enemigo, no somos arrojados, ni abandonados, ni rechazados por Dios. No; Cristo está a la diestra de Dios e intercede por nosotros. Dice el discípulo amado: “Estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”. 1 Juan 2:1. Y no olvidemos las palabras de Cristo: “Pues el Padre mismo os ama”. Juan 16:27. El quiere que se reconcilien con él, quiere ver su pureza y santidad reflejadas en ustedes. Y si tan sólo quieren entregarse a él, el que comenzó en ustedes la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Oren con más fervor; crean más plenamente... Mientras menos cosas dignas de estima veamos en nosotros, más encontraremos que estimar en la pureza y santidad infinitas de nuestro Salvador. Una idea de nuestra pecaminosidad nos puede guiar a Aquel que nos puede perdonar; y cuando, comprendiendo nuestra impotencia, nos esforcemos en seguir a Cristo, él se nos revelará con poder. Cuanto más nos guíe la necesidad a él y a la Palabra de Dios, tanto más elevada visión tendremos de su carácter y más plenamente reflejaremos su imagen.
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Conflicto y Valor


Conflicto y Valor
Sólo Jesús lo sabía, 9 de noviembre Mateo 26:14-30; Juan 13:1-17. https://ift.tt/8dgkqli El Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. Mateo 26:24. Los discípulos no sabían nada del propósito de Judas. Sólo Jesús podía leer su secreto. Sin embargo, no le desenmascaró. Jesús sentía anhelo por su alma... Su corazón clamaba: “¿Cómo tengo de dejarte?” El poder constrictivo de aquel amor fue sentido por Judas. Mientras las manos del Salvador estaban bañando aquellos pies contaminados y secándolos con la toalla, el impulso de confesar entonces y allí mismo su pecado conmovió intensamente el corazón de Judas. Pero no quiso humillarse. Endureció su corazón contra el arrepentimiento; y los antiguos impulsos, puestos a un lado por el momento, volvieron a dominarle. Judas se ofendió entonces por el acto de Cristo de lavar los pies de sus discípulos. Si Jesús podía humillarse de tal manera, pensaba, no podía ser el rey de Israel. Eso destruía toda esperanza de honores mundanales en un reino temporal. Judas quedó convencido de que no había nada que ganar siguiendo a Cristo... Fue poseído por un demonio, y resolvió completar la obra que había convenido hacer: entregar a su Señor... El traidor Judas estaba presente en el servicio sacramental. Recibió de Jesús los emblemas de su cuerpo quebrantado y su sangre derramada. Oyó las palabras: “Haced esto en memoria de mí”. Y sentado allí en la misma presencia del Cordero de Dios, el traidor reflexionaba en sus sombríos propósitos y albergaba pensamientos de resentimiento y venganza.—El Deseado de Todas las Gentes, 601, 602, 609. En ocasión de la cena de Pascua, Jesús demostró su divinidad revelando el propósito del traidor. Incluyó tiernamente a Judas en el servicio hecho a los discípulos. Pero no fue oída su última súplica de amor. Entonces el caso de Judas fue decidido, y los pies que Jesús había lavado, salieron para consumar la traición.—Ibid. 667. Hasta que hubo dado este paso, Judas no había traspasado la posibilidad de arrepentirse. Pero cuando abandonó la presencia de su Señor y de sus condiscípulos, había hecho la decisión final. Había cruzado el límite.—Ibid. 611. ¿Cuántos hoy, como Judas, están traicionando a su Señor? The S.D.A. Bible Commentary 5:1102.
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Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
Sigamos conociendo al señor, 9 de noviembre Señor, ¿qué quieres que yo haga? Hechos 9:6. https://ift.tt/Vei92bl Los que luchan para vencer serán perseguidos por las tentaciones del enemigo. Satanás tratará de que se aparten de los principios que deben mantener, para alcanzar la elevada norma que Dios les ha fijado. El enemigo se regocija cuando puede inducir a las almas a seguir ideas equivocadas, hasta que sus nombres sean borrados del libro de la vida y anotados entre los de los injustos. Sólo podremos vencer en la forma como Cristo lo hizo: Al obedecer de todo corazón cada mandamiento de Dios. La verdadera religión consiste en obedecer todos los mandamientos de Dios. Toda alma que sea finalmente salvada, debe someter sus propios planes y avanzar por donde Jesús indica. El entendimiento debe ser sometido a Cristo para que lo limpie, lo refine y lo purifique. Eso siempre debe ocurrir cuando recibimos correctamente las enseñanzas de Cristo. ¡Oh, cuánto más íntimamente necesitamos conocerlo! Necesitamos conocer sus propósitos y cumplir su voluntad mientras decimos de todo corazón: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?”... El hijo de Dios debe tratar de alcanzar cada vez mayores alturas. Debe confesar todo pecado, para que debido a su ejemplo otros se sientan inducidos a confesarlos también y recibir la fe que obra por el amor y purifica el alma. Debe estar constantemente en guardia, sin detenerse nunca, sin volver atrás, siempre avanzando hacia la elevada vocación de Dios en Cristo... Debemos recordar siempre el hecho de que el tiempo es corto. La iniquidad abunda por todas partes. Los justos son como luces en el mundo. Por medio de ellos la gloria de Dios debe manifestarse a éste. Recuerden siempre los solemnes acontecimientos del futuro: El gran juicio investigador y la venida de Cristo. Ustedes y sus hijos deben prepararse para ese día... Prosigan cada día conociendo al Señor, regocijándose en el hecho de que tienen el privilegio de decir en ocasión de su venida, mientras permanezcan de pie con los fieles que lo esperan: “He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará;... nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación”. Isaías 25:9.—Carta 92, del 9 de noviembre de 1911, dirigida a un matrimonio.
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Alza tus Ojos


Alza tus Ojos
Adoremos al Dios de la naturaleza, 9 de noviembre https://ift.tt/7RwhP3C De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan. Salmos 24:1. Dios nos habla en la naturaleza. Es su voz la que oímos al contemplar la hermosura y la abundancia del mundo natural. Vemos su gloria en las cosas bellas que su mano ha hecho. Contemplamos sus obras sin ningún velo. Dios nos las ha dado para que mirando las obras de sus manos aprendamos de El. Dios nos ha dado estas cosas preciosas como una expresión de su amor. El Señor es amante de lo hermoso, y para agradarnos y gratificarnos ha desplegado ante nosotros las bellezas de la naturaleza, así como un padre terrenal busca presentar cosas bellas delante de los hijos a quienes ama. Al Señor siempre le agrada vernos felices. Aunque pecaminosa y con todas sus imperfecciones, el Señor ha prodigado a esta tierra lo útil y lo hermoso. Las bellas flores de variados colores nos hablan de su ternura y amor. Tienen un lenguaje propio que nos recuerda al Dador. Podemos elevar nuestra mirada por medio de la naturaleza al Dios de la naturaleza. En los elevados y hermosos árboles, en los arbustos, en las flores, Dios revela su carácter. Puede ser comparado con los más hermosos lirios, rosas y claveles. Me gusta mucho mirar las cosas de Dios en la naturaleza, porque el Señor ha impreso en ellas su carácter. Por amor a nosotros nos las ha dado, y desea que encontremos placer en ellas. No adoremos, entonces, las cosas hermosas de la naturaleza, sino elevemos nuestra mirada a través de ellas al Dios de la naturaleza y adoremos al Dador. Dejemos que estos hermosos ministerios de amor respondan al propósito de Dios, y acerquen nuestros corazones a El, para que sean llenados con las bellezas de su carácter, y adoremos su bondad, su compasión y su inefable amor. Dios es bueno y digno de ser alabado. Sus misericordias nos han sido concedidas librementes. Nos ha rodeado con muestras de su amor. Los incrédulos pueden enfurecerse e imaginar cosas vanas, pero el Señor no cambia. El ha creado la fortaleza de los collados eternos para que sean un refugio seguro para su pueblo. Ha preparado las montañas y las cuevas para sus hijos oprimidos y perseguidos. Podremos pecar, pero Dios es nuestro refugio y fortaleza en tiempos de prueba. A Aquel que hizo las encumbradas montañas, las colinas perennes, a El podemos mirar. Y El mirará desde su lugar alto y santo a los que le aman y temen... En las cosas de la naturaleza se nos dan símbolos del reino de los cielos. Gracias a Dios tenemos una ciudad que es pura, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Esa ciudad no puede ser removida. Es tan firme como el trono de Dios.—Manuscrito 153, del 9 de noviembre de 1903, “A través de la naturaleza al Dios de la naturaleza”.
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Adoremos al Dios de la naturaleza, 9 de noviembre https://ift.tt/7RwhP3C De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan. Salmos 24:1. Dios nos habla en la naturaleza. Es su voz la que oímos al contemplar la hermosura y la abundancia del mundo natural. Vemos su gloria en las cosas bellas que su mano ha hecho. Contemplamos sus obras sin ningún velo. Dios nos las ha dado para que mirando las obras de sus manos aprendamos de El. Dios nos ha dado estas cosas preciosas como una expresión de su amor. El Señor es amante de lo hermoso, y para agradarnos y gratificarnos ha desplegado ante nosotros las bellezas de la naturaleza, así como un padre terrenal busca presentar cosas bellas delante de los hijos a quienes ama. Al Señor siempre le agrada vernos felices. Aunque pecaminosa y con todas sus imperfecciones, el Señor ha prodigado a esta tierra lo útil y lo hermoso. Las bellas flores de variados colores nos hablan de su ternura y amor. Tienen un lenguaje propio que nos recuerda al Dador. Podemos elevar nuestra mirada por medio de la naturaleza al Dios de la naturaleza. En los elevados y hermosos árboles, en los arbustos, en las flores, Dios revela su carácter. Puede ser comparado con los más hermosos lirios, rosas y claveles. Me gusta mucho mirar las cosas de Dios en la naturaleza, porque el Señor ha impreso en ellas su carácter. Por amor a nosotros nos las ha dado, y desea que encontremos placer en ellas. No adoremos, entonces, las cosas hermosas de la naturaleza, sino elevemos nuestra mirada a través de ellas al Dios de la naturaleza y adoremos al Dador. Dejemos que estos hermosos ministerios de amor respondan al propósito de Dios, y acerquen nuestros corazones a El, para que sean llenados con las bellezas de su carácter, y adoremos su bondad, su compasión y su inefable amor. Dios es bueno y digno de ser alabado. Sus misericordias nos han sido concedidas librementes. Nos ha rodeado con muestras de su amor. Los incrédulos pueden enfurecerse e imaginar cosas vanas, pero el Señor no cambia. El ha creado la fortaleza de los collados eternos para que sean un refugio seguro para su pueblo. Ha preparado las montañas y las cuevas para sus hijos oprimidos y perseguidos. Podremos pecar, pero Dios es nuestro refugio y fortaleza en tiempos de prueba. A Aquel que hizo las encumbradas montañas, las colinas perennes, a El podemos mirar. Y El mirará desde su lugar alto y santo a los que le aman y temen... En las cosas de la naturaleza se nos dan símbolos del reino de los cielos. Gracias a Dios tenemos una ciudad que es pura, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Esa ciudad no puede ser removida. Es tan firme como el trono de Dios.—Manuscrito 153, del 9 de noviembre de 1903, “A través de la naturaleza al Dios de la naturaleza”.

A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
Privilegios ilimitados, 9 de noviembre https://ift.tt/XbvKMHW Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. Salmos 1:1. Los que tienen la bendición del Señor son muy favorecidos. ... Aseguraos, entonces, de no elegir a los impíos como compañeros, porque influirán en vosotros para que hagáis las mismas cosas que desagradan a Dios, y os privan de su bendición. Cuando alguien permite el acceso a su mente y corazón a quienes le aconsejarán que obre mal en cualquier forma, entonces sigue los consejos de los impíos. ... Está en el camino de pecadores, ... y el paso siguiente lo llevará a la silla de los escarnecedores despreocupados. ... El mensaje de misericordia, amor y paz es despreciado, y los que se asocian con esta clase de gente, llegarán a ser como ellos, despreciadores de la misericordia de Dios. Resulta sorprendente ver hasta dónde se extenderá la influencia de un solo joven impío; qué poder llega a ser en las manos de Satanás para obrar el mal; cuánto se escuchan sus consejos; cuánta aflicción, pesar y dolor puede acarrear. Los privilegios concedidos a los hijos de Dios son ilimitados: relacionarse con Jesucristo, que es adorado en todo el universo celestial y los mundos que no han caído, y toda lengua canta alabanzas a él; ser hijo de Dios, llevar su nombre, ser miembro de la familia real; alistarse bajo el estandarte del Príncipe Emanuel, el Rey de reyes y Señor de señores. Su palabra es obedecida por las inteligencias superiores; su palabra congrega a las huestes del cielo. El servicio más humilde realizado para Jesús constituye el honor más grande que pueden disfrutar los mortales. Los ángeles puros y santos obedecen su palabra. ¿Seremos nosotros engañados para servir a Satanás? ¿Rehusaremos obedecer sus requerimientos?—The Youth’s Instructor, 20 de octubre de 1886.
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A Fin de Conocerle


Privilegios ilimitados, 9 de noviembre https://ift.tt/XbvKMHW Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. Salmos 1:1. Los que tienen la bendición del Señor son muy favorecidos. ... Aseguraos, entonces, de no elegir a los impíos como compañeros, porque influirán en vosotros para que hagáis las mismas cosas que desagradan a Dios, y os privan de su bendición. Cuando alguien permite el acceso a su mente y corazón a quienes le aconsejarán que obre mal en cualquier forma, entonces sigue los consejos de los impíos. ... Está en el camino de pecadores, ... y el paso siguiente lo llevará a la silla de los escarnecedores despreocupados. ... El mensaje de misericordia, amor y paz es despreciado, y los que se asocian con esta clase de gente, llegarán a ser como ellos, despreciadores de la misericordia de Dios. Resulta sorprendente ver hasta dónde se extenderá la influencia de un solo joven impío; qué poder llega a ser en las manos de Satanás para obrar el mal; cuánto se escuchan sus consejos; cuánta aflicción, pesar y dolor puede acarrear. Los privilegios concedidos a los hijos de Dios son ilimitados: relacionarse con Jesucristo, que es adorado en todo el universo celestial y los mundos que no han caído, y toda lengua canta alabanzas a él; ser hijo de Dios, llevar su nombre, ser miembro de la familia real; alistarse bajo el estandarte del Príncipe Emanuel, el Rey de reyes y Señor de señores. Su palabra es obedecida por las inteligencias superiores; su palabra congrega a las huestes del cielo. El servicio más humilde realizado para Jesús constituye el honor más grande que pueden disfrutar los mortales. Los ángeles puros y santos obedecen su palabra. ¿Seremos nosotros engañados para servir a Satanás? ¿Rehusaremos obedecer sus requerimientos?—The Youth’s Instructor, 20 de octubre de 1886.

¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
Respuestas satisfactorias, 9 de noviembre https://ift.tt/RMtqf6j Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Isaías 55:9. Nuestros planes no son siempre los de Dios... En su amante cuidado e interés por nosotros, muchas veces Aquel que nos comprende mejor de lo que nos comprendemos a nosotros mismos, se niega a permitirnos que procuremos con egoísmo la satisfacción de nuestra ambición... Muchas veces nuestros planes fracasan para que los de Dios respecto a nosotros tengan éxito... En la vida futura se aclararán los misterios que aquí nos han preocupado y chasqueado. Veremos que las oraciones que nos parecían desatendidas y las esperanzas defraudadas figuraron entre nuestras mayores bendiciones.21El Ministerio de Curación, 375, 376. No hemos avanzado lo suficiente en nuestras conquistas espirituales como para comprender los misterios de Dios. Pero cuando formemos parte de la familia del Señor, nos serán aclarados... Muchos de los asuntos acerca de los cuales ahora Dios guarda silencio... nos serán revelados entonces. Los procedimientos de la Providencia serán aclarados; los misterios de la gracia otorgada mediante Cristo serán manifestados. Lo que ahora la mente no puede captar, lo que resulta difícil de entender, será explicado. Veremos orden en lo que nos parecía inexplicable; sabiduría en todo cuanto nos fue negado; bondad y misericordia en todo lo que se nos dio. La verdad será revelada a la mente, libre de oscuridad, de un solo trazo, y su brillo será permanente. El corazón cantará de gozo. Los conflictos habrán terminado para siempre, y se habrán solucionado todas las dificultades.22The S.D.A. Bible Commentary 6:1091. Todo lo que nos dejó perplejos en las providencias de Dios quedará aclarado en el mundo venidero. Las cosas difíciles de entender hallarán entonces su explicación. Los misterios de la gracia nos serán revelados. Donde nuestras mentes finitas discernían solamente confusión y promesas quebrantadas, veremos la más perfecta y hermosa armonía. Sabremos que el amor infinito ordenó los incidentes que nos parecieron más penosos. A medida que comprendamos el tierno cuidado de Aquel que hace que todas las cosas obren conjuntamente para nuestro bien, nos regocijaremos con gozo inefable y rebosante de gloria.23Joyas de los Testimonios 3:433.
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Sabbath School


Comentarios Elena G.W https://ift.tt/itlFQsR Después del derramamiento del Espíritu Santo, los discípulos salieron para proclamar al Salvador resucitado, poseídos del único deseo de salvar almas. Se regocijaban en la dulzura de la comunión con los santos. Eran afectuosos, atentos, abnegados, dispuestos a hacer cualquier sacrificio en favor de la verdad. En sus relaciones cotidianas unos con otros, manifestaban el amor que Cristo les había ordenado revelar al mundo. Por sus palabras y sus acciones desinteresadas, se esforzaban por encender este amor en otros corazones. Los creyentes debían continuar cultivando el amor que llenaba el corazón de los apóstoles después del derramamiento del Espíritu Santo. Debían proseguir adelante y obedecer gustosos al nuevo mandamiento: “Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros”. Juan 13:34. Debían vivir tan unidos con Cristo que se vieran capacitados para cumplir sus requerimientos. Debían ensalzar el poder de un Salvador que podía justificarlos por su justicia (Testimonios para la iglesia, t. 8, pp. 251, 252). El apóstol [Pablo] exhortó a sus hermanos a manifestar en su vida el poder de la verdad que les había presentado. Con mansedumbre y bondad, tolerancia y amor, debían manifestar el carácter de Cristo y las bendiciones de su salvación. Hay un solo cuerpo, un Espíritu, un Señor, una fe. Como miembros del cuerpo de Cristo, todos los creyentes son animados por el mismo espíritu y la misma esperanza. Las divisiones que haya en la iglesia deshonran la religión de Cristo delante del mundo, y dan a los enemigos de la verdad ocasión de justificar su conducta. Las instrucciones de Pablo no fueron escritas solamente para la iglesia de su tiempo. Dios quería que fuesen transmitidas hasta nosotros. ¿Qué estamos haciendo para conservar la unidad en los vínculos de la paz? Cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre la iglesia primitiva, los hermanos se amaban unos a otros. “Comían juntos con alegría y con sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo gracia con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”. Hechos 2:46, 47. Los cristianos primitivos eran pocos en número, y no tenían riquezas ni honores; sin embargo, ejercieron una poderosa influencia. La luz del mundo resplandecía por medio de ellos. Aterrorizaban a los que hacían mal, dondequiera que se conocían su carácter y sus doctrinas. Por esta causa, eran odiados de los impíos, y perseguidos aun hasta la Muerte (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 221, 222). Pablo llevaba consigo el ambiente del cielo. Todos cuantos le trataban sentían la influencia de su unión con Cristo. Daba mayor valía a su predicación la circunstancia de que sus obras estaban de acuerdo con sus palabras. En esto consiste el poder de la verdad. La impremeditada e inconsciente influencia de una vida santa, es el más convincente sermón que puede predicarse en favor del cristianismo. Puede ser que los argumentos, por irrebatibles que sean, no provoquen más que oposición; pero un ejemplo piadoso entraña fuerza irresistible (Los hechos de los apóstoles, p. 407).

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374