La Fe por la Cual Vivo


La Fe por la Cual Vivo
Edificados sobre la roca, 31 de octubre https://ift.tt/z9GDqal Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Mateo 16:18. “La palabra Pedro significa una piedra, un canto rodado. Pedro no era la roca sobre la cual la iglesia se fundaba. Las puertas del infierno prevalecieron contra él cuando negó a su Señor con imprecaciones y juramentos. La iglesia fue edificada sobre Aquel contra quien las puertas del infierno no podían prevalecer.... La iglesia está edificada sobre Cristo como su fundamento; ha de obedecer a Cristo como su cabeza.... Si Jesús hubiese delegado en uno de los discípulos alguna autoridad especial sobre los demás, no los encontraríamos contendiendo con tanta frecuencia acerca de quién sería el mayor. Se habrían sometido al deseo de su Maestro y habrían honrado a aquel a quien él hubiese elegido. “En vez de nombrar a uno como su cabeza, Cristo dijo de los discípulos: ‘No queráis ser llamados Rabbí’; ‘ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.’ ... La iglesia está edificada sobre Cristo como su fundador; ha de obedecer a Cristo como a su cabeza.... En la presencia de Dios, y de todos los seres celestiales, en la presencia del invisible ejército del mismo infierno, Cristo fundó su iglesia sobre la Roca viva. Esa Roca es él mismo—su propio cuerpo, quebrantado, herido por nosotros. Contra la iglesia edificada sobre ese fundamento, no prevalecerán las puertas del infierno.... “Durante seis mil años, la fe ha edificado sobre Cristo. Durante seis mil años, las tempestades y los embates de la ira satánica han azotado la Roca de nuestra salvación; pero ella sigue inconmovible.... La Roca de la fe es la presencia viva de Cristo en la iglesia.”—El Deseado de Todas las Gentes, 363, 364, 365.
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Hijos e Hijas de Dios


Hijos e Hijas de Dios
Nos alegramos en el Señor, 31 de octubre Dulce será mi meditación en él; yo me regocijaré en Jehová. Salmos 104:34. https://ift.tt/mVP5BFU Descanse plenamente en los brazos de Jesús. Contemple su gran amor, y mientras medite en su abnegación, su sacrificio infinito hecho en nuestro favor para que creyésemos en él, su corazón se llenará de gozo santo, paz serena, y amor indescriptible. Mientras hablemos de Jesús y lo busquemos en oración, se fortalecerá nuestra confianza de que él es nuestro Salvador personal y amante, y su carácter aparecerá más y más hermoso... Debemos gozarnos con ricos festines de amor, y mientras más plenamente creamos que somos suyos por adopción, tendremos un goce anticipado del cielo. Esperemos con fe en el Señor. El impulsa al alma a la oración, y nos imparte el sentimiento de su precioso amor. Nos sentimos cerca de él, y podemos mantener una dulce comunión a su lado. Obtenemos un panorama claro de su ternura y compasión, y nuestro corazón se abre y enternece al considerar el amor que se nos concede. Sentimos en verdad morar a Cristo en el alma... Nuestra paz es como un río, ola tras ola de gloria ruedan hacia el interior del corazón, y verdaderamente cenamos con Jesús y él con nosotros. Sentimos que comprendemos el amor de Dios, y descansamos en su amor. Ningún lenguaje puede describirlo; está más allá del entendimiento. Somos uno con Jesús; nuestra vida se esconde con Cristo en Dios. Tenemos la seguridad de que cuando él, que es nuestra vida, aparezca, entonces, también apareceremos con él en gloria. Con toda confianza podemos decir que Dios es nuestro Padre. Ya sea que vivamos o muramos, pertenecemos al Señor. Su Espíritu nos hace semejantes a Cristo Jesús en temperamento y disposición, y representamos a Cristo ante los demás. Cuando él mora en el alma, no es posible ocultar este hecho, porque es como una fuente de aguas que mana vida eterna.—Carta 52, 1894.
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Exaltad a Jesús


Exaltad a Jesús
El eterno cuidado de Cristo, 31 de octubre https://ift.tt/5fawY7c Escribe al ángel de la iglesia de Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia. Apocalipsis 2:1-2. Este cuadro revela una vigilancia eterna. Cristo se encuentra en medio de los siete candeleros de oro, caminando de una iglesia a otra, de una congregación a otra, de un corazón a otro. No dormirá el que guarda a Israel. Si los candeleros hubieran sido dejados al cuidado de los seres humanos, ¡cuántas veces sus luces se hubieran debilitado y apagado! Pero Dios no ha abandonado a su iglesia en manos de hombres. Cristo, el que dio su vida por el mundo, para que todo aquel que en él crea no se pierda mas tenga vida eterna, es el Velador de la casa. ¡Es el Guardián fiel y verdadero, de los atrios del templo del Señor! “El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto”. Y estas palabras se dirigen a los maestros de la iglesia: aquellos a quienes Dios les confía pesadas responsabilidades. Las dulces influencias que deberían abundar en la iglesia están ligadas a los ministros de Dios, que han de revelar el precioso amor de Cristo. Las estrellas del cielo están bajo su control. El las llena de luz. El conduce sus movimientos y los dirige. Si no lo hiciera, se transformarían en estrellas caídas. Así sucede también con sus ministros. No son otra cosa que instrumentos en sus manos, y todo el bien que logran cumplir se realiza gracias a su poder. Su luz llega a resplandecer mediante ellos. El Salvador está llamado a ser su eficiencia. Ellos serán capaces de realizar su obra si tan sólo confían en Cristo como él confió en su Padre. A medida que dependan de Dios, él les concederá su resplandor para que lo reflejen ante el mundo. A lo largo y a lo ancho de la tierra, Cristo camina en medio de sus iglesias. Con intenso interés observa a su pueblo para ver si se encuentra en una condición espiritual capaz de promover los intereses de su reino. Está presente en cada reunión de la iglesia. El conoce a las personas cuyos corazones puede llenar con el aceite santo, para que lo puedan impartir a los demás. Los que llevan a cabo fielmente la obra de Cristo, representando el carácter de Dios en palabras y hechos, cumplen el propósito que el Señor tiene para ellos y Cristo se complace en ellos. “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia”. Cristo conoce la historia y la experiencia de cada una de las personas que lo han aceptado. A su pueblo le dice: “He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida”. El atesora cuidadosamente cada acto de amor y perseverancia realizado por ellos... Cristo sostiene a las estrellas en su mano derecha, y mediante ellas se propone hacer que su luz brille sobre el mundo. De ese modo tiene el propósito de preparar a su pueblo para prestar un servicio más elevado en la iglesia superior... Demostremos mediante nuestras vidas lo que la gracia divina puede hacer en favor de la humanidad.—The Review and Herald, 26 de mayo de 1903.
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El eterno cuidado de Cristo, 31 de octubre https://ift.tt/5fawY7c Escribe al ángel de la iglesia de Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia. Apocalipsis 2:1-2. Este cuadro revela una vigilancia eterna. Cristo se encuentra en medio de los siete candeleros de oro, caminando de una iglesia a otra, de una congregación a otra, de un corazón a otro. No dormirá el que guarda a Israel. Si los candeleros hubieran sido dejados al cuidado de los seres humanos, ¡cuántas veces sus luces se hubieran debilitado y apagado! Pero Dios no ha abandonado a su iglesia en manos de hombres. Cristo, el que dio su vida por el mundo, para que todo aquel que en él crea no se pierda mas tenga vida eterna, es el Velador de la casa. ¡Es el Guardián fiel y verdadero, de los atrios del templo del Señor! “El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto”. Y estas palabras se dirigen a los maestros de la iglesia: aquellos a quienes Dios les confía pesadas responsabilidades. Las dulces influencias que deberían abundar en la iglesia están ligadas a los ministros de Dios, que han de revelar el precioso amor de Cristo. Las estrellas del cielo están bajo su control. El las llena de luz. El conduce sus movimientos y los dirige. Si no lo hiciera, se transformarían en estrellas caídas. Así sucede también con sus ministros. No son otra cosa que instrumentos en sus manos, y todo el bien que logran cumplir se realiza gracias a su poder. Su luz llega a resplandecer mediante ellos. El Salvador está llamado a ser su eficiencia. Ellos serán capaces de realizar su obra si tan sólo confían en Cristo como él confió en su Padre. A medida que dependan de Dios, él les concederá su resplandor para que lo reflejen ante el mundo. A lo largo y a lo ancho de la tierra, Cristo camina en medio de sus iglesias. Con intenso interés observa a su pueblo para ver si se encuentra en una condición espiritual capaz de promover los intereses de su reino. Está presente en cada reunión de la iglesia. El conoce a las personas cuyos corazones puede llenar con el aceite santo, para que lo puedan impartir a los demás. Los que llevan a cabo fielmente la obra de Cristo, representando el carácter de Dios en palabras y hechos, cumplen el propósito que el Señor tiene para ellos y Cristo se complace en ellos. “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia”. Cristo conoce la historia y la experiencia de cada una de las personas que lo han aceptado. A su pueblo le dice: “He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida”. El atesora cuidadosamente cada acto de amor y perseverancia realizado por ellos... Cristo sostiene a las estrellas en su mano derecha, y mediante ellas se propone hacer que su luz brille sobre el mundo. De ese modo tiene el propósito de preparar a su pueblo para prestar un servicio más elevado en la iglesia superior... Demostremos mediante nuestras vidas lo que la gracia divina puede hacer en favor de la humanidad.—The Review and Herald, 26 de mayo de 1903.

En los Lugares Celestiales


En los Lugares Celestiales
Guardaos del mal, 31 de octubre No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. Juan 17:15. https://ift.tt/8kMfmga Los que por sus negocios se ven en la necesidad de relacionarse con hombres mundanos, deberían permanecer constantemente en guardia, manteniendo estricta vigilancia sobre sí mismos y orando siempre, no sea que el enemigo los tome desprevenidos. A aquellos de sus seguidores que forzosamente se ven obligados a tratar con mundanos, Dios les da gracia de acuerdo con sus necesidades. Si se mantienen siempre en guardia, se les da especial discernimiento cuando están obligados a permanecer en compañía de aquellos que no honran al Señor Jesucristo. Sus mismas transacciones deben revelar el hecho de que son cristianos. Deben ser bondadosos y corteses en todo lo que digan o hagan, mostrando que están bajo la dirección y disciplina de Dios; que están sirviendo al Señor Jesucristo. Los seguidores de Cristo deben estar separados del mundo en principios e inclinaciones. Pero no deben aislarse del mundo. Cristo dijo: “Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo”. Juan 17:18. “Vosotros sois la luz del mundo”. Mateo 5:14. No debemos apartarnos del mundo para escapar de la persecución. Debemos permanecer entre los hombres, para que el sabor del amor divino pueda ser como sal que preserve al mundo de la corrupción. Corazones que responden a la influencia del Espíritu Santo son los canales a través de los cuales fluyen las bendiciones de Dios... Los que estudian la Palabra de Dios y día tras día reciben la enseñanza de Cristo, llevan el sello de los principios celestiales. Una influencia elevada y santa mana de ellos. Una atmósfera servicial rodea sus almas. Los principios puros, santos y elevados que siguen, los capacitan para dar un testimonio viviente del poder de la gracia divina.—The Review and Herald, 27 de julio de 1905.
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En los Lugares Celestiales


Guardaos del mal, 31 de octubre No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. Juan 17:15. https://ift.tt/8kMfmga Los que por sus negocios se ven en la necesidad de relacionarse con hombres mundanos, deberían permanecer constantemente en guardia, manteniendo estricta vigilancia sobre sí mismos y orando siempre, no sea que el enemigo los tome desprevenidos. A aquellos de sus seguidores que forzosamente se ven obligados a tratar con mundanos, Dios les da gracia de acuerdo con sus necesidades. Si se mantienen siempre en guardia, se les da especial discernimiento cuando están obligados a permanecer en compañía de aquellos que no honran al Señor Jesucristo. Sus mismas transacciones deben revelar el hecho de que son cristianos. Deben ser bondadosos y corteses en todo lo que digan o hagan, mostrando que están bajo la dirección y disciplina de Dios; que están sirviendo al Señor Jesucristo. Los seguidores de Cristo deben estar separados del mundo en principios e inclinaciones. Pero no deben aislarse del mundo. Cristo dijo: “Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo”. Juan 17:18. “Vosotros sois la luz del mundo”. Mateo 5:14. No debemos apartarnos del mundo para escapar de la persecución. Debemos permanecer entre los hombres, para que el sabor del amor divino pueda ser como sal que preserve al mundo de la corrupción. Corazones que responden a la influencia del Espíritu Santo son los canales a través de los cuales fluyen las bendiciones de Dios... Los que estudian la Palabra de Dios y día tras día reciben la enseñanza de Cristo, llevan el sello de los principios celestiales. Una influencia elevada y santa mana de ellos. Una atmósfera servicial rodea sus almas. Los principios puros, santos y elevados que siguen, los capacitan para dar un testimonio viviente del poder de la gracia divina.—The Review and Herald, 27 de julio de 1905.

El Cristo Triunfante


El Cristo Triunfante
Juan el discípulo amado llega a ser Juan el revelador, 31 de octubre https://ift.tt/XROWi9B “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan”. Apocalipsis 1:1. El testimonio de Juan con respecto a la vida, crucifixión, resurrección y ascensión de Cristo es claro y contundente. Luego que Cristo hubo ascendido a los cielos, el testimonio de Juan concerniente a Cristo perturbó a quienes estaban en posiciones de autoridad. A fin de complacer a los judíos, los romanos habían crucificado a Cristo y ahora buscaban congraciarse aún más con ellos colocando a Juan en un lugar donde su voz no pudiera ser oída por judíos o gentiles. De este modo, fue desterrado a la Isla de Patmos. En apariencia el Señor había permitido que los enemigos triunfaran. Pero la mano del Señor se movía imperceptiblemente en la oscuridad. Dios permitió que su siervo fiel fuera colocado en un lugar en que Cristo pudiera darle la revelación más maravillosa que podía ofrecerle al mundo... Estuvo oculto en una isla desértica y allí Cristo lo visitó y le ofreció la visión más maravillosa de su gloria y le dio a conocer las cosas que habrán de ocurrir sobre la tierra... Juan se vio privado de la asociación con sus hermanos y de todo otro congénere. Pero nadie pudo impedir que llegara hasta él el esplendor de la revelación de Cristo. La poderosa luz de Cristo habría de iluminar a su siervo. Este discípulo fue enormemente favorecido. Junto a los otros discípulos había viajado con Jesús, había aprendido de él y se había regocijado en sus palabras... En el día de sábado, el Salvador resucitado se presentó ante Juan y el testimonio que le dio ha llegado hasta nosotros. El Señor nos encarga que investiguemos las Escrituras para que podamos conocer lo que sucederá en los últimos días de la historia de este mundo... [Se cita una porción de Apocalipsis 1]. Este es un testimonio poderoso, pero su verdadero significado no se discierne en forma clara. Todo estudiante de la Biblia debe analizar cuidadosamente cada palabra del primer capítulo de Apocalipsis, pues cada oración y cada término tiene su peso y su consecuencia. La manifestación de Cristo a Juan debiera ser para todos, creyentes e incrédulos, una evidencia de la resurrección de Cristo. Ha de transmitirle poder a la iglesia. Hay momentos en que las nubes se ciernen en torno al pueblo de Dios. Pareciera como que la opresión y la persecución amenazasen su existencia. Pero es en estas circunstancias en que se ofrecen las lecciones más instructivas. Así como en la noche más oscura las estrellas brillan más, así también los rayos más brillantes de la gloria de Dios se revelan en medio de la oscuridad más profunda. Cuanto más oscuro sea el cielo, tanto más claros y esplendentes serán los rayos del Sol de Justicia del Salvador resucitado.—Manuscrito 106, 1897.
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Dios nos Cuida


Dios nos Cuida
Somos objeto del amor infinito, 31 de octubre https://ift.tt/PlOxEZo Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo. Efesios 2:4-5. El corazón que se rinda a la sabia disciplina de Dios, habrá de confiar en cada manifestación de su providencia... La tentación procurará desalentarnos, pero, ¿qué se logra al ceder a la tentación? ¿Obtendrá, acaso, el alma algo mejor murmurando y quejándose de aquello que es la única fuente de poder? ¿Está el ancla echada dentro del velo? ¿Soportaremos la enfermedad? ¿Cuál será nuestro testimonio en los instantes finales de la vida, cuando los labios estén temblorosos por la muerte? ¡El ancla está firme! Yo sé que mi Redentor vive... Oh Jesús precioso, amoroso, longánime, clemente ¡cuánto te adora mi alma! ¡Que un alma pobre, indigna, contaminada por el pecado pueda estar de pie delante del Dios santo, perfecta en justicia, sólo lo debemos a quien es nuestro Sustituto y Garantía! Maravíllense los cielos y asómbrese la tierra, que la raza caída sea objeto de su infinito amor y gozo. El Creador se regocija por ellos con cánticos celestiales, mientras el hombre que fuera contaminado por el pecado, ha venido a ser limpio por la justicia de Cristo, para presentarse ante el Padre libre de mácula pecaminosa; sin “mancha ni arruga ni cosa semejante”. Efesios 5:27. “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica”. Romanos 8:33. Que toda alma débil y sacudida por la tempestad de las pruebas pueda anclarse en Jesucristo, y no centrarse tanto en sí misma como para pensar sólo en sus pequeños fracasos y en la interrupción de sus planes y esperanzas. ¿Acaso el plan de salvación no lo abarca todo? Si es el Dios infinito que me justifica, “¿quién es el que condenará? Cristo es el que murió”. Romanos 8:34. ¡El es quien, al morir por el hombre, demostró que lo ama tanto como para morir por él! La ley condena al pecador y nos lleva hasta Cristo. Dios es quien justifica y perdona. Satanás nos acusará y pedirá destruirnos, pero es Dios quien abrirá la puerta al refugio. Y es Dios el que justifica a quien traspasa el umbral de esa puerta. Entonces, si Dios es por nosotros, ¿quién podrá estar contra nosotros? ¡Oh, qué verdad gloriosa, brillante! ¿Por qué los hombres no pueden discernirla?... Dios vive y reina. Todos los salvados deben luchar virilmente como soldados de Jesucristo; entonces sus nombres serán registrados en los libros del cielo como fieles y verdaderos.
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Conflicto y Valor


Conflicto y Valor
Pedro miró atrás, 31 de octubre Mateo 14:23-33. https://ift.tt/mRnhv0s ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Mateo 14:31. Mirando a Jesús, Pedro andaba con seguridad; pero cuando con satisfacción propia, miró hacia atrás, a sus compañeros que estaban en el barco, sus ojos se apartaron del Salvador. El viento era borrascoso. Las olas se elevaban a gran altura... Durante un instante, Cristo quedó oculto de su vista, y su fe le abandonó. Empezó a hundirse. Pero mientras las ondas hablaban con la muerte, Pedro elevó sus ojos de las airadas aguas y fijándolos en Jesús, exclamó: “Señor, sálvame”. Inmediatamente Jesús asió la mano extendida, diciéndole: “Oh hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” Andando lado a lado, y teniendo Pedro su mano en la de su Maestro, entraron juntos en el barco. Pero Pedro estaba ahora subyugado y callado. No tenía motivos para alabarse más que sus compañeros, porque por la incredulidad y el ensalzamiento propio, casi había perdido la vida. Cuando apartó sus ojos de Jesús, perdió pie y se hundía en medio de las ondas. Cuando la dificultad nos sobreviene, con cuánta frecuencia somos como Pedro. Miramos las olas en vez de mantener nuestros ojos fijos en el Salvador. Nuestros pies resbalan, y las orgullosas aguas sumergen nuestras almas. Jesús no le había pedido a Pedro que fuera a él para perecer; él no nos invita a seguirle para luego abandonarnos... En este incidente sobre el mar, deseaba revelar a Pedro su propia debilidad, para mostrarle que su seguridad estaba en depender constantemente del poder divino. En medio de las tormentas de la tentación, podía andar seguramente tan sólo si, desconfiando totalmente de sí mismo, fiaba en el Salvador. En el punto en que Pedro se creía fuerte, era donde era débil; y hasta que pudo discernir su debilidad no pudo darse cuenta de cuánto necesitaba depender de Cristo. Si él hubiese aprendido la lección que Jesús trataba de enseñarle en aquel incidente sobre el mar, no habría fracasado cuando le vino la gran prueba. Día tras día, Dios instruye a sus hijos. Por las circunstancias de la vida diaria, los está preparando para desempeñar su parte en aquel escenario más amplio que su providencia les ha designado. Es el resultado de la prueba diaria lo que determina su victoria o su derrota en la gran crisis de la vida. El Deseado de Todas las Gentes, 344, 345.
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A Fin de Conocerle


La condición para ser hijo, 31 de octubre https://ift.tt/lhRTnZL Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. 2 Corintios 6:17, 18. ¿Queréis convertiros en hijos e hijas del Todopoderoso? Aquí se estipulan las condiciones para gozar de este gran privilegio. Salid, sed diferentes, no toquéis lo inmundo. No podéis conservar la amistad del mundo, participar en sus placeres, indentificaros con sus intereses, y aún ser hijos de Dios. Juan dijo: “El mundo no nos conoce, porque no le conoció a él”. 1 Juan 3:1. ¿Pero permitiremos que el deseo de obtener el favor de los enemigos de Dios nos impida aceptar las condiciones de la salvación? ... Se esperan grandes cosas de los hijos e hijas de Dios. Contemplo a los jóvenes de hoy, y mi corazón se estremece por ellos. ¡Qué posibilidades hay ante ellos! Si procuran sinceramente aprender de Cristo, él les concederá sabiduría, como se la dio a Daniel. ... Que los jóvenes traten de apreciar el privilegio que puede ser suyo, ser dirigidos por la sabiduría infalible de Dios. Se considera un gran honor ser invitado ante la presencia de un rey de este mundo. Pero consideremos el asombroso privilegio que se nos ofrece. Si obedecemos los requisitos de Dios, podemos llegar a ser hijos e hijas del Rey del universo. Mediante un Salvador crucificado y resucitado, podemos tener la plenitud de los frutos de justicia, y ser aptos para brillar en las cortes del Rey de reyes durante siglos sin término. El mundo no conoce la exaltación de los hijos y las hijas del Altísimo. Los que los rodean no ven que el espíritu humilde y abnegado y la paciente mansedumbre de corazón tengan algún valor extraordinario. No conocieron ni apreciaron a Cristo cuando estuvo en el mundo, y el siervo no es mayor que su Señor. No podrían apreciarlo, y cuanto más nos asemejemos a él, tanto más no nos entenderá el mundo.—The Review and Herald, 28 de febrero de 1888.

A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
La condición para ser hijo, 31 de octubre https://ift.tt/lhRTnZL Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. 2 Corintios 6:17, 18. ¿Queréis convertiros en hijos e hijas del Todopoderoso? Aquí se estipulan las condiciones para gozar de este gran privilegio. Salid, sed diferentes, no toquéis lo inmundo. No podéis conservar la amistad del mundo, participar en sus placeres, indentificaros con sus intereses, y aún ser hijos de Dios. Juan dijo: “El mundo no nos conoce, porque no le conoció a él”. 1 Juan 3:1. ¿Pero permitiremos que el deseo de obtener el favor de los enemigos de Dios nos impida aceptar las condiciones de la salvación? ... Se esperan grandes cosas de los hijos e hijas de Dios. Contemplo a los jóvenes de hoy, y mi corazón se estremece por ellos. ¡Qué posibilidades hay ante ellos! Si procuran sinceramente aprender de Cristo, él les concederá sabiduría, como se la dio a Daniel. ... Que los jóvenes traten de apreciar el privilegio que puede ser suyo, ser dirigidos por la sabiduría infalible de Dios. Se considera un gran honor ser invitado ante la presencia de un rey de este mundo. Pero consideremos el asombroso privilegio que se nos ofrece. Si obedecemos los requisitos de Dios, podemos llegar a ser hijos e hijas del Rey del universo. Mediante un Salvador crucificado y resucitado, podemos tener la plenitud de los frutos de justicia, y ser aptos para brillar en las cortes del Rey de reyes durante siglos sin término. El mundo no conoce la exaltación de los hijos y las hijas del Altísimo. Los que los rodean no ven que el espíritu humilde y abnegado y la paciente mansedumbre de corazón tengan algún valor extraordinario. No conocieron ni apreciaron a Cristo cuando estuvo en el mundo, y el siervo no es mayor que su Señor. No podrían apreciarlo, y cuanto más nos asemejemos a él, tanto más no nos entenderá el mundo.—The Review and Herald, 28 de febrero de 1888.
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¡Maranata: El Senor Viene!


¡Maranata: El Senor Viene!
Su galardón está con él, 31 de octubre https://ift.tt/iOAfsKk He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Apocalipsis 22:12. Nuestra tarea aquí está por terminar, y cada cual recibirá su recompensa de acuerdo con su propia labor. Se me mostró la recompensa de los santos, la herencia inmortal, y vi que los que habían padecido más por causa de la verdad no estimarían que habían pasado por tiempos difíciles, sino que considerarían que el cielo les había resultado fácil de alcanzar.82Testimonies for the Church 1:381. Cada día lleva su propia carga de deberes no cumplidos, de descuido, de egoísmo, de engaño, de fraude, de astucia. ¡Cuántas malas obras acumuladas para el juicio final! Cuando Cristo venga, “su recompensa” estará “con él, y delante de él su obra” para dar a cada hombre según sus obras ¡Qué revelación será aquélla! ¡Qué confusión de rostro para algunos cuando los hechos de su vida sean revelados en las páginas de la historia!83Testimonies for the Church 2:160. Todo acto bueno o malo, y su influencia sobre los demás, no pasa inadvertido para el que escudriña los corazones, a quien se revela todo secreto. Y la recompensa estará de acuerdo con los motivos que promovieron la acción.84Testimonies for the Church 2:520. La venida de Cristo se acerca apresuradamente. El tiempo que nos queda para trabajar es corto, y hay hombres y mujeres que perecen... Es necesario que la potencia convertidora de Dios tome posesión de nosotros, para que podamos comprender las necesidades de un mundo que perece. El mensaje que estoy encargada de anunciaros es éste: Preparaos, preparaos para el encuentro con el Señor. Aderezad vuestras lámparas y que la luz de la verdad brille en las encrucijadas y los vallados. Hay un mundo entero que espera le sea anunciada la proximidad del fin de todas las cosas. Procuremos una nueva conversión. Necesitamos de la presencia del Santo Espíritu de Dios para enternecer nuestros corazones y evitar un espíritu duro en nuestro trabajo. Ruego a Dios que su Santo Espíritu tome plena posesión de nuestros corazones. Procedamos como hijos de Dios, que buscan su consejo y están listos para seguir sus planes dondequiera que les sean presentados. Dios será glorificado por un pueblo tal y los testigos de nuestro celo dirán: Amén, amén.85Joyas de los Testimonios 3:339-342.
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Su galardón está con él, 31 de octubre https://ift.tt/iOAfsKk He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Apocalipsis 22:12. Nuestra tarea aquí está por terminar, y cada cual recibirá su recompensa de acuerdo con su propia labor. Se me mostró la recompensa de los santos, la herencia inmortal, y vi que los que habían padecido más por causa de la verdad no estimarían que habían pasado por tiempos difíciles, sino que considerarían que el cielo les había resultado fácil de alcanzar.82Testimonies for the Church 1:381. Cada día lleva su propia carga de deberes no cumplidos, de descuido, de egoísmo, de engaño, de fraude, de astucia. ¡Cuántas malas obras acumuladas para el juicio final! Cuando Cristo venga, “su recompensa” estará “con él, y delante de él su obra” para dar a cada hombre según sus obras ¡Qué revelación será aquélla! ¡Qué confusión de rostro para algunos cuando los hechos de su vida sean revelados en las páginas de la historia!83Testimonies for the Church 2:160. Todo acto bueno o malo, y su influencia sobre los demás, no pasa inadvertido para el que escudriña los corazones, a quien se revela todo secreto. Y la recompensa estará de acuerdo con los motivos que promovieron la acción.84Testimonies for the Church 2:520. La venida de Cristo se acerca apresuradamente. El tiempo que nos queda para trabajar es corto, y hay hombres y mujeres que perecen... Es necesario que la potencia convertidora de Dios tome posesión de nosotros, para que podamos comprender las necesidades de un mundo que perece. El mensaje que estoy encargada de anunciaros es éste: Preparaos, preparaos para el encuentro con el Señor. Aderezad vuestras lámparas y que la luz de la verdad brille en las encrucijadas y los vallados. Hay un mundo entero que espera le sea anunciada la proximidad del fin de todas las cosas. Procuremos una nueva conversión. Necesitamos de la presencia del Santo Espíritu de Dios para enternecer nuestros corazones y evitar un espíritu duro en nuestro trabajo. Ruego a Dios que su Santo Espíritu tome plena posesión de nuestros corazones. Procedamos como hijos de Dios, que buscan su consejo y están listos para seguir sus planes dondequiera que les sean presentados. Dios será glorificado por un pueblo tal y los testigos de nuestro celo dirán: Amén, amén.85Joyas de los Testimonios 3:339-342.

Sabbath School


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Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/B7nWdNE Toda alma que sea finalmente salvada, debe someter sus propios planes y avanzar por donde Jesús indica. El entendimiento debe ser sometido a Cristo para que lo limpie, lo refine y lo purifique. Eso siempre debe ocurrir cuando recibimos correctamente las enseñanzas de Cristo. ¡Oh, cuánto más íntimamente necesitamos conocerlo! Necesitamos conocer sus propósitos y cumplir su voluntad mientras decimos de todo corazón: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” … Debemos recordar siempre el hecho de que el tiempo es corto. La iniquidad abunda por todas partes. Los justos son como luces en el mundo. Por medio de ellos la gloria de Dios debe manifestarse a este (Cada día con Dios, p. 320). Si estáis en comunión con Cristo, estimaréis a cada ser humano como él lo estima. Sentiréis hacia otros el mismo amor profundo que Cristo ha sentido por nosotros. Entonces podréis ganar y no ahuyentar, atraer y no repeler a aquellos por quienes él murió. Nadie podría haber sido llevado de vuelta a Dios si Cristo no hubiese hecho un esfuerzo personal por él; y mediante esa obra personal podemos rescatar las almas. Cuando veáis a los que van a la muerte, no descansaréis en completa indiferencia y tranquilidad. Cuanto mayor sea su pecado y más profunda su miseria, más fervientes y tiernos serán vuestros esfuerzos por curarlos. Comprenderéis la necesidad de los que sufren, los que han pecado contra Dios y están oprimidos por una carga de culpabilidad. Vuestro corazón sentirá simpatía por ellos, y les extenderéis una mano ayudadora. Los llevaréis a Cristo en los brazos de vuestra fe y amor. Velaréis sobre ellos y los animaréis, y vuestra simpatía y confianza hará que les sea difícil perder su constancia. Todos los ángeles del cielo están dispuestos a cooperar en esta obra. Todos los recursos del cielo están a disposición de los que tratan de salvar a los perdidos. Los ángeles os ayudarán a llegar hasta los más descuidados y endurecidos. Y cuando uno se vuelve a Dios, se alegra todo el cielo; los serafines y los querubines tañen sus arpas de oro, y cantan alabanzas a Dios y al Cordero por su misericordia y bondad amante hacia los hijos de los hombres (Palabras de vida del gran Maestro, p. 155). Cristo vino al mundo para sufrir y morir, a fin de que, por la fe en él y apropiándonos sus méritos, llegásemos a colaborar con Dios. El designio del Salvador era que una vez que él hubiese subido al cielo, para allí interceder en favor de los seres humanos, sus discípulos continuasen la obra emprendida por él. ¿No se preocuparán los hombres por dar el mensaje a los que moran en tinieblas? Hay quienes están listos para ir hasta los extremos de la tierra, a llevar a los hombres la luz de la verdad; pero Dios quiere que toda alma que conozca la verdad se esfuerce por infundir a otros el amor a la verdad. ¿Cómo podremos ser estimados dignos de entrar en la ciudad de Dios si no estamos dispuestos a realizar verdaderos sacrificios para salvar a las almas que están por perecer? (Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 84).
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Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/B7nWdNE Toda alma que sea finalmente salvada, debe someter sus propios planes y avanzar por donde Jesús indica. El entendimiento debe ser sometido a Cristo para que lo limpie, lo refine y lo purifique. Eso siempre debe ocurrir cuando recibimos correctamente las enseñanzas de Cristo. ¡Oh, cuánto más íntimamente necesitamos conocerlo! Necesitamos conocer sus propósitos y cumplir su voluntad mientras decimos de todo corazón: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” … Debemos recordar siempre el hecho de que el tiempo es corto. La iniquidad abunda por todas partes. Los justos son como luces en el mundo. Por medio de ellos la gloria de Dios debe manifestarse a este (Cada día con Dios, p. 320). Si estáis en comunión con Cristo, estimaréis a cada ser humano como él lo estima. Sentiréis hacia otros el mismo amor profundo que Cristo ha sentido por nosotros. Entonces podréis ganar y no ahuyentar, atraer y no repeler a aquellos por quienes él murió. Nadie podría haber sido llevado de vuelta a Dios si Cristo no hubiese hecho un esfuerzo personal por él; y mediante esa obra personal podemos rescatar las almas. Cuando veáis a los que van a la muerte, no descansaréis en completa indiferencia y tranquilidad. Cuanto mayor sea su pecado y más profunda su miseria, más fervientes y tiernos serán vuestros esfuerzos por curarlos. Comprenderéis la necesidad de los que sufren, los que han pecado contra Dios y están oprimidos por una carga de culpabilidad. Vuestro corazón sentirá simpatía por ellos, y les extenderéis una mano ayudadora. Los llevaréis a Cristo en los brazos de vuestra fe y amor. Velaréis sobre ellos y los animaréis, y vuestra simpatía y confianza hará que les sea difícil perder su constancia. Todos los ángeles del cielo están dispuestos a cooperar en esta obra. Todos los recursos del cielo están a disposición de los que tratan de salvar a los perdidos. Los ángeles os ayudarán a llegar hasta los más descuidados y endurecidos. Y cuando uno se vuelve a Dios, se alegra todo el cielo; los serafines y los querubines tañen sus arpas de oro, y cantan alabanzas a Dios y al Cordero por su misericordia y bondad amante hacia los hijos de los hombres (Palabras de vida del gran Maestro, p. 155). Cristo vino al mundo para sufrir y morir, a fin de que, por la fe en él y apropiándonos sus méritos, llegásemos a colaborar con Dios. El designio del Salvador era que una vez que él hubiese subido al cielo, para allí interceder en favor de los seres humanos, sus discípulos continuasen la obra emprendida por él. ¿No se preocuparán los hombres por dar el mensaje a los que moran en tinieblas? Hay quienes están listos para ir hasta los extremos de la tierra, a llevar a los hombres la luz de la verdad; pero Dios quiere que toda alma que conozca la verdad se esfuerce por infundir a otros el amor a la verdad. ¿Cómo podremos ser estimados dignos de entrar en la ciudad de Dios si no estamos dispuestos a realizar verdaderos sacrificios para salvar a las almas que están por perecer? (Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 84).

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374