Hijos e Hijas de Dios


Hijos e Hijas de Dios
Nosotros en él, y él en nosotros, 19 de octubre https://ift.tt/TU0JXID El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Juan 6:56. La meditación en la Palabra de Dios nos hará sabios en la salvación; el conocimiento de su Palabra asegurará nuestra felicidad y éxito en la perfección del carácter cristiano. Todos los que reciban la Palabra de Dios con fe, serán hacedores de ella. Sus mentes se acrecentarán con un verdadero conocimiento, lo que Cristo representa por la acción de comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios. Y a medida que practiquen la verdad, publicarán la palabra de vida a otros. De ese modo llegan a ser una influencia descollante, un sabor de vida para vida. Cristo dijo: “El Espíritu es el que da vida; la carne nada aprovecha: las palabras que yo os he hablado, son espíritu y son vida”. “El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. Este es el pan que descenció del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente”. Satanás hará todo lo que pueda por satisfacer el deseo de tomar alimento que no tenga nada que ver con el conocimiento del único Dios verdadero, y con Jesucristo, a quien envió. Los que conservan rasgos toscos de carácter y continúan revelando defectos humanos en sus palabras y carácter, dan testimonio de que no comen la carne ni beben la sangre del Hijo de Dios.—The Youth’s Instructor, 8 de diciembre de 1898. Es la Palabra de Dios que mora en el corazón la que vivificará las facultades espirituales.—The Youth’s Instructor, 10 de enero de 1895.
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Exaltad a Jesús


La raíz y el fruto, 19 de octubre https://ift.tt/86E2QvJ Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Juan 5:46. La Palabra de Dios incluye las escrituras del Antiguo Testamento así como las del Nuevo. El uno no es completo sin el otro. Cristo declaró que las verdades del Antiguo Testamento son tan valiosas como las del Nuevo. Cristo fue el Redentor del hombre en el principio del mundo en igual grado en que lo es hoy. Antes de revestir él su divinidad de humanidad y venir a nuestro mundo, el mensaje evangélico fue dado por Adán, Set, Enoc, Matusalén y Noé. Abrahán en Canaán y Lot en Sodoma llevaron el mensaje, y de generación en generación fieles mensajeros proclamaron a Aquel que había de venir... Los discípulos habían de ir como testigos de la vida, la muerte y la intercesión de Cristo, que los profetas habían predicho. Cristo en su humillación, en su pureza y santidad, en su amor incomparable, había de ser su tema. Y para predicar el Evangelio en su plenitud, ellos debían presentar al Salvador no solamente revelado en su vida y enseñanzas, sino predicho por los profetas del Antiguo Testamento y simbolizado por los servicios expiatorios... En cada época hay un nuevo desarrollo de la verdad, un mensaje de Dios al pueblo de esa generación. Las viejas verdades son todas esenciales; la nueva verdad no es independiente de la vieja, sino un desarrollo de ella. Es únicamente comprendiendo las viejas verdades como podemos entender las nuevas. Cuando Cristo deseó revelar a sus discípulos la verdad de su resurrección, comenzó “desde Moisés, y de todos los profetas”, y “declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían”. Lucas 24:27. Pero es la luz que brilla en el nuevo desarrollo de la verdad la que glorifica lo viejo. Aquel que rechaza o descuida lo nuevo no posee realmente lo viejo. Para él la verdad pierde su poder vital y llega a ser solamente una forma muerta. Existen personas que profesan creer y enseñar las verdades del Antiguo Testamento mientras rechazan el Nuevo. Pero al rehusar recibir las enseñanzas de Cristo, demuestran no creer lo que dijeron los patriarcas y profetas... Al rechazar el Antiguo Testamento, prácticamente rechazan el Nuevo; pues ambos son partes de un todo inseparable. Ningún hombre puede presentar correctamente la ley de Dios sin el Evangelio, ni el Evangelio sin la ley. La ley es el Evangelio sintetizado, y el Evangelio es la ley desarrollada. La ley es la raíz, el Evangelio su fragante flor y fruto. El Antiguo Testamento arroja luz sobre el Nuevo, y el Nuevo sobre el Viejo. Cada uno de ellos es una revelación de la gloria de Dios en Cristo. Ambos presentan verdades que revelarán continuamente nuevas profundidades de significado para el estudiante fervoroso.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 97-99.

El Cristo Triunfante


Jesús abrió el entendimiento de sus seguidores, 19 de octubre “Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras”. Lucas 24:45. https://ift.tt/5Im6rc7 Los dichos de Cristo debieran ser valorados no sólo en armonía con la medida de comprensión de los oyentes; también se los debiera considerar en el marco de la importancia que Cristo les adjudicaba. Él tomó antiguas verdades, de las que fue el originador y las expuso a sus oyentes bajo una luz celestial. Cuán diferente era su representación. ¡Qué derroche de significado, de brillo, de espiritualidad brotaban de sus explicaciones! Después de la resurrección, Cristo abrió el entendimiento de sus seguidores para que pudieran comprender las Escrituras. Todo había sido transformado por obra de Satanás. La verdad yacía oculta bajo la basura del error e invisible a los ojos finitos. Cuando Cristo se refirió a su humillación, rechazo, y crucifixión, los discípulos no pudieron entender su significado. Parte de su formación había sido esperar que Cristo estableciera un reino temporal y cuando él les habló de sus padecimientos, no pudieron entender sus palabras. El Señor reprochó la lentitud de su aprendizaje y les prometió que cuando llegara el Consolador, él les recordaría todas las cosas. Jesús tenía muchas verdades que impartir a sus discípulos que aún no les podía revelar, pues no habían avanzado con la luz que había resplandecido en las leyes levíticas y las ofrendas sacrificiales. Ellos no habían abrazado la luz, ni avanzado con la luz, ni seguido adelante hacia una luz mayor, a medida que la Providencia los guiaba. Y por esta misma razón los discípulos de Cristo hoy no comprenden aspectos importantes de la verdad. Es que la comprensión ha estado tan embotada, incluso la de quienes enseñan la verdad a otros, que muchas cosas no se abrirán ante ellos hasta que lleguen al cielo. Esto no debiera ser así. Pero sus mentes se han estrechado, aunque ellos creen que lo saben todo y establecen un criterio tras otro sobre aspectos de la verdad de los que sólo tienen una vislumbre. La gente ha cerrado sus mentes como si ya no hubiera nada más que aprender y aunque el Señor quiera conducirlos no pueden avanzar bajo la nueva luz. Se aferraron al lugar donde vislumbraron una luz que sólo era un eslabón de la cadena viviente de verdades y promesas que se deben estudiar... El desarrollo de la verdad será el premio de aquel que con corazón humilde y con temor de Dios busque al Señor y camine con él. La mente que tome la verdad con firmeza ha de expandirse constantemente hacia nuevos horizontes... Y a medida que la mente se aferre a la verdad en toda su hermosura ha de ser elevada, ennoblecida y santificada.—Manuscrito 143, 1897.

Conflicto y Valor


Conflicto y Valor
La fe tiene que ser personal, 19 de octubre Lucas 8:41-48. https://ift.tt/vnifEOo Porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva. Mateo 9:21. Era una pobre mujer la que pronunció estas palabras, una mujer que por espacio de doce años venía padeciendo una enfermedad que le amargaba la vida. Había gastado ya todos sus recursos en médicos y medicinas, y estaba desahuciada. Pero al oír hablar del gran Médico, renacióle la esperanza... Ella había procurado en vano una y otra vez acercarse a él.—El Ministerio de Curación, 38. Había empezado a desesperarse, cuando, mientras él se abría paso por entre la multitud, llegó cerca de donde ella se encontraba... Pero entre la confusión no podía hablarle, ni lograr más que vislumbrar de paso su figura. Con temor de perder su única oportunidad de alivio, se adelantó con esfuerzo, diciéndose: “Si tocare tan solamente su vestido, seré salva”. Y mientras él pasaba, ella extendió la mano y alcanzó a tocar apenas el borde de su manto; pero en aquel momento supo que había quedado sana. En aquel toque se concentró la fe de su vida, e instantáneamente su dolor y debilidad fueron reemplazados por el vigor de la perfecta salud. Con corazón agradecido, trató entonces de retirarse de la muchedumbre; pero de repente Jesús se detuvo... El Salvador podía distinguir el toque de la fe del contacto casual de la muchedumbre desprevenida. Una confianza tal no debía pasar sin comentario... Hallando que era vano tratar de ocultarse, ella se adelantó temblorosa, y se echó a los pies de Jesús. Con lágrimas de agradecimiento, relató la historia de sus sufrimientos y cómo había hallado alivio. Jesús le dijo amablemente: “Hija, tu fe te ha salvado: ve en paz”. El no dio oportunidad a que la superstición proclamase que había una virtud sanadora en el mero acto de tocar sus vestidos. No era mediante el contacto exterior con él, sino por medio de la fe que se aferraba a su poder divino, como se había realizado la curación... Así es también en las cosas espirituales. El hablar de religión de una manera casual, el orar sin hambre del alma ni fe viviente, no vale nada. Una fe nominal en Cristo, que le acepta simplemente como Salvador del mundo, no puede traer sanidad al alma... No es suficiente creer acercade Cristo; debemos creer enél; la única fe que nos beneficiará es la que le acepta a él como Salvador personal; que nos pone en posesión de sus méritos. El Deseado de Todas las Gentes, 311-313.
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Conflicto y Valor


La fe tiene que ser personal, 19 de octubre Lucas 8:41-48. https://ift.tt/vnifEOo Porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva. Mateo 9:21. Era una pobre mujer la que pronunció estas palabras, una mujer que por espacio de doce años venía padeciendo una enfermedad que le amargaba la vida. Había gastado ya todos sus recursos en médicos y medicinas, y estaba desahuciada. Pero al oír hablar del gran Médico, renacióle la esperanza... Ella había procurado en vano una y otra vez acercarse a él.—El Ministerio de Curación, 38. Había empezado a desesperarse, cuando, mientras él se abría paso por entre la multitud, llegó cerca de donde ella se encontraba... Pero entre la confusión no podía hablarle, ni lograr más que vislumbrar de paso su figura. Con temor de perder su única oportunidad de alivio, se adelantó con esfuerzo, diciéndose: “Si tocare tan solamente su vestido, seré salva”. Y mientras él pasaba, ella extendió la mano y alcanzó a tocar apenas el borde de su manto; pero en aquel momento supo que había quedado sana. En aquel toque se concentró la fe de su vida, e instantáneamente su dolor y debilidad fueron reemplazados por el vigor de la perfecta salud. Con corazón agradecido, trató entonces de retirarse de la muchedumbre; pero de repente Jesús se detuvo... El Salvador podía distinguir el toque de la fe del contacto casual de la muchedumbre desprevenida. Una confianza tal no debía pasar sin comentario... Hallando que era vano tratar de ocultarse, ella se adelantó temblorosa, y se echó a los pies de Jesús. Con lágrimas de agradecimiento, relató la historia de sus sufrimientos y cómo había hallado alivio. Jesús le dijo amablemente: “Hija, tu fe te ha salvado: ve en paz”. El no dio oportunidad a que la superstición proclamase que había una virtud sanadora en el mero acto de tocar sus vestidos. No era mediante el contacto exterior con él, sino por medio de la fe que se aferraba a su poder divino, como se había realizado la curación... Así es también en las cosas espirituales. El hablar de religión de una manera casual, el orar sin hambre del alma ni fe viviente, no vale nada. Una fe nominal en Cristo, que le acepta simplemente como Salvador del mundo, no puede traer sanidad al alma... No es suficiente creer acercade Cristo; debemos creer enél; la única fe que nos beneficiará es la que le acepta a él como Salvador personal; que nos pone en posesión de sus méritos. El Deseado de Todas las Gentes, 311-313.

Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
Agua de vida, 19 de octubre https://ift.tt/UIBXWsY Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. Juan 4:10. Este mensaje es para nosotros tan ciertamente como lo fue para la mujer de Samaria. Viene resonando a través de los siglos: “Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva”. Graben esto en sus mentes. Cada alma debe llegar a comprender su necesidad espiritual... ¡Cuántos hay que no conocen el don de Dios! Hablan de la verdad, del cielo y la religión, de la fe, pero no conocen nada de esto. No tienen un conocimiento experimental de lo que significa la fe, de lo que es confiar en Dios, y de lo que es beber diariamente del agua de vida. Puede ser que haya alguien... que tenga sed del agua de vida y que diga: “¡Oh, si pudiera encontrarla! Miro a la derecha y no está allí; miro a la izquierda y no la encuentro. Miro hacia adelante y hacia atrás y no puedo encontrar a mi Salvador”. ¿Quieren saber cómo encontrarlo? Acudan a él tan necesitados y desvalidos como están, con la sencillez de un niñito, con la confianza que éste tiene en sus padres, y pídanle al Salvador que se compadezca de ustedes en su gran necesidad. Díganle que necesitan el agua de la salvación... A menos que bebamos del agua que Cristo da, no podremos mejorar nuestra situación ni la de los que nos rodean. Sólo si recibimos esa gracia que Jesucristo puede dar y que anhela concedernos, se podrán satisfacer las necesidades de las almas que están por perecer... Esta mujer no conocía a Cristo, no porque fuera samaritana, porque él había venido a salvar tanto a los samaritanos como a los judíos. Para Jesús no hay casta ni pueblo escogido. Vino a quitar el pecado del mundo. Está dispuesto a hacer esto por todos, judíos o gentiles, y esto lo debe hacer por nosotros antes que podamos entrar en el cielo. Debemos permitirle que quite nuestros pecados porque en él no los hay. El es quien carga con nuestros pecados.—Manuscrito 18, del 19 de octubre de 1895.
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Cada Día con Dios


Agua de vida, 19 de octubre https://ift.tt/UIBXWsY Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. Juan 4:10. Este mensaje es para nosotros tan ciertamente como lo fue para la mujer de Samaria. Viene resonando a través de los siglos: “Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva”. Graben esto en sus mentes. Cada alma debe llegar a comprender su necesidad espiritual... ¡Cuántos hay que no conocen el don de Dios! Hablan de la verdad, del cielo y la religión, de la fe, pero no conocen nada de esto. No tienen un conocimiento experimental de lo que significa la fe, de lo que es confiar en Dios, y de lo que es beber diariamente del agua de vida. Puede ser que haya alguien... que tenga sed del agua de vida y que diga: “¡Oh, si pudiera encontrarla! Miro a la derecha y no está allí; miro a la izquierda y no la encuentro. Miro hacia adelante y hacia atrás y no puedo encontrar a mi Salvador”. ¿Quieren saber cómo encontrarlo? Acudan a él tan necesitados y desvalidos como están, con la sencillez de un niñito, con la confianza que éste tiene en sus padres, y pídanle al Salvador que se compadezca de ustedes en su gran necesidad. Díganle que necesitan el agua de la salvación... A menos que bebamos del agua que Cristo da, no podremos mejorar nuestra situación ni la de los que nos rodean. Sólo si recibimos esa gracia que Jesucristo puede dar y que anhela concedernos, se podrán satisfacer las necesidades de las almas que están por perecer... Esta mujer no conocía a Cristo, no porque fuera samaritana, porque él había venido a salvar tanto a los samaritanos como a los judíos. Para Jesús no hay casta ni pueblo escogido. Vino a quitar el pecado del mundo. Está dispuesto a hacer esto por todos, judíos o gentiles, y esto lo debe hacer por nosotros antes que podamos entrar en el cielo. Debemos permitirle que quite nuestros pecados porque en él no los hay. El es quien carga con nuestros pecados.—Manuscrito 18, del 19 de octubre de 1895.

Alza tus Ojos


¡Ánimo! Pronuncien palabras de aliento, 19 de octubre https://ift.tt/mzO0GYK ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío. Salmos 42:11. ¿Están ustedes del lado del mundo, o del lado de Cristo? ¿Qué valor tendría todo el mundo para mí, con todo el oro y la plata que podrían acumularse? ¿Qué valor tendría para Ud.? El período de mi vida está casi por concluir. Muchos, muchos de mis primeros compañeros están ahora en la tumba. Todo lo que queda de lo que una vez fue nuestra numerosa familia, es una de mis hermanas; y está enferma. Dios me ha dado fortaleza. El es mi salvación. Cada mañana me gozo en El. Sé que le he encomendado el cuidado de mi alma como a un fiel Creador; y sé que nunca me ha defraudado. Si ponen su confianza en el Señor, El dará a cada uno de ustedes su fortaleza, su gracia, su salvación. Cuando alguien les pregunte cómo se sienten, no se quejen, ni critiquen, ni traten de pensar en algo triste para contarle con el fin de ganar su compasión; sino tómelo de la mano, diciendo: “¡Alabado sea Dios! ¡Bueno es el Señor, y digno de ser honrado en gran manera! Lo amo porque El me amó primero”. Sea su conversación alentadora y llena de esperanza. No hablen con desánimo, contando su falta de fe, sus penas y sufrimientos, pues el diablo se deleita en oir tales palabras. Cuando hablan de temas deprimentes, están glorificando al enemigo. Hablen de la fe, la esperanza y el valor, glorificando así a Dios. En vez de causar daño con los chismes, hablemos del inigualable poder de Cristo, y conversemos de su gloria, magnificando y exaltando así al Señor Jehová de los ejércitos, y preparándonos para entonar el cántico de victoria en el reino de gloria. Cantando canciones de triunfo y acción de gracias ahora, podemos aprestarnos para entonar el cántico de Moisés y del Cordero cuando nos encontremos sobre el mar de vidrio. El Señor permanecerá con nosotros durante esta vida, si permitimos que su Espíritu nos guíe y no dejamos de glorificar su nombre. Deberíamos introducir en nuestras vidas tanto del cielo como sea posible. La luz del cielo que ilumina el corazón será difundida con palabras agradables, con hechos llenos de amabilidad hacia los que nos rodean. Si nos hemos relacionados con el Señor, podremos decir en el momento de su venida: “He aquí, éste es nuestro Dios; le hemos esperado, y nos salvará”. Isaías 25:9.—Manuscrito 111, del 19 de octubre de 1901, un sermón predicado en la capilla del Sanatorio de Santa Elena.

A Fin de Conocerle


A Fin de Conocerle
El fundamento del gobierno de Dios, 19 de octubre https://ift.tt/58EJ9RK El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. Romanos 13:10. La cuestión de mayor interés para cada uno debería ser: ¿Estoy cumpliendo los requerimientos de la ley de Dios? Esa ley es santa, justa y buena, y Dios quiere que comparemos diariamente nuestras acciones con ella, que es su gran norma de justicia. Únicamente mediante un severo examen de nosotros mismos a la luz de la Palabra de Dios podemos descubrir nuestras desviaciones de su santa regla de bien. El amor es el principio que está a la base del gobierno de Dios en el cielo y en la tierra, y este amor debe estar entretejido en la vida del cristiano. El amor de Cristo no es vacilante, sino que es profundo, amplio y pleno. Su poseedor no dirá: “Amaré únicamente a los que me aman”. El corazón que es influido por este principio santo, será puesto por encima de todo lo que se asemeje a una naturaleza egoísta. Aun entre los cristianos profesos hay personas que siempre andan buscando alguna cosa por la cual ofenderse. Si sus amigos están ocupados en asuntos que requieren su atención, y no tienen tiempo para dedicarles, se sienten menospreciadas y heridas. ... Sus vidas son como esas vistosas flores que no tienen fragancia. Son preferibles esas florecitas sencillas y sin pretensiones, pero que agradan con su suave aroma a todos los que se acercan a ellas. Esas personas, en lugar de criticar a otros, deberían hacerse agradables recibiendo a Cristo. ... El carácter de Cristo es la norma que el cristiano debe mantener ante sí. Su blanco debería ser poseer las gracias que fueron ejemplificadas en la vida de Cristo en su humanidad. La religión de Cristo no sólo debe prepararnos para la vida inmortal futura, sino que también debe habilitarnos para vivir la vida de Cristo aquí en la tierra. Jesús no es solamente nuestro Modelo, también es nuestro Amigo y nuestro Guía, y al asirnos de su fuerte brazo y participar de su Espíritu, andaremos “como él anduvo”.—The Youth’s Instructor, 10 de junio de 1897.
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¡Maranata: El Senor Viene!


La victoria de los santos que duermen, 19 de octubre https://ift.tt/rAR3exu No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. Juan 5:28, 29. En la primera resurrección el Dador de la vida llamará a su posesión adquirida, y hasta esa hora de triunfo, cuando resuene la trompeta final y marche ese vasto ejército hacia la victoria eterna, todo santo que duerme estará en un lugar seguro, y será guardado como joya preciosa, a quien Dios conoce por su nombre. Gracias al poder del Salvador que moraba en ellos mientras vivían, y debido a que fueron participantes de la naturaleza divina, serán levantados de entre los muertos.51Carta 65a, 1894. “Vendrá hora” dijo Cristo, “cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y... saldrán”. Juan 5:28, 29. Esa voz resonará en todas las moradas de los muertos; y cada santo que duerme en Jesús despertará y dejará su prisión. Entonces el carácter virtuoso que hemos recibido por medio de la justicia de Cristo, nos vinculará con la verdadera grandeza, del más alto nivel.52The Review and Herald, 20-9-1898. Gloriosa será la victoria de los santos que duermen [en el Señor] en la mañana de la resurrección... El Dador de la vida coronará de inmortalidad a todos los que se levanten del sepulcro.53The Youth’s Instructor, 11-8-1898. Allí está la hueste resucitada. Su último pensamiento se refería a la muerte y sus angustias. Sus ideas postreras tenían que ver con el féretro y la tumba. Pero ahora exclaman: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” 1 Corintios 15:55... Allí están en pie; y reciben el toque final de la inmortalidad cuando salen para encontrarse con el Señor en el aire... Hay dos filas de ángeles, una a cada lado;... entonces la hueste angélica da la nota de victoria y las dos filas de ángeles inician el himno, y la hueste de los redimidos se les une como si ya lo hubieran entonado sobre la tierra; y en realidad, lo han hecho. ¡Oh, qué música! No hay una sola nota discordante. Toda voz proclama: “El Cordero que fue inmolado es digno”. El, por su parte, contempla el resultado de la angustia de su alma y se siente saciado.54Manuscrito 18, 1894.

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La victoria de los santos que duermen, 19 de octubre https://ift.tt/rAR3exu No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. Juan 5:28, 29. En la primera resurrección el Dador de la vida llamará a su posesión adquirida, y hasta esa hora de triunfo, cuando resuene la trompeta final y marche ese vasto ejército hacia la victoria eterna, todo santo que duerme estará en un lugar seguro, y será guardado como joya preciosa, a quien Dios conoce por su nombre. Gracias al poder del Salvador que moraba en ellos mientras vivían, y debido a que fueron participantes de la naturaleza divina, serán levantados de entre los muertos.51Carta 65a, 1894. “Vendrá hora” dijo Cristo, “cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y... saldrán”. Juan 5:28, 29. Esa voz resonará en todas las moradas de los muertos; y cada santo que duerme en Jesús despertará y dejará su prisión. Entonces el carácter virtuoso que hemos recibido por medio de la justicia de Cristo, nos vinculará con la verdadera grandeza, del más alto nivel.52The Review and Herald, 20-9-1898. Gloriosa será la victoria de los santos que duermen [en el Señor] en la mañana de la resurrección... El Dador de la vida coronará de inmortalidad a todos los que se levanten del sepulcro.53The Youth’s Instructor, 11-8-1898. Allí está la hueste resucitada. Su último pensamiento se refería a la muerte y sus angustias. Sus ideas postreras tenían que ver con el féretro y la tumba. Pero ahora exclaman: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” 1 Corintios 15:55... Allí están en pie; y reciben el toque final de la inmortalidad cuando salen para encontrarse con el Señor en el aire... Hay dos filas de ángeles, una a cada lado;... entonces la hueste angélica da la nota de victoria y las dos filas de ángeles inician el himno, y la hueste de los redimidos se les une como si ya lo hubieran entonado sobre la tierra; y en realidad, lo han hecho. ¡Oh, qué música! No hay una sola nota discordante. Toda voz proclama: “El Cordero que fue inmolado es digno”. El, por su parte, contempla el resultado de la angustia de su alma y se siente saciado.54Manuscrito 18, 1894.
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David Marrero - Mi Amado


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Radames Marrero -- Él puede


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El y Yo


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Sabbath School


Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/LDYAj1M Cristo ordenó a sus discípulos que empezasen en Jerusalén la obra que él había dejado en sus manos. Jerusalén había sido escenario de su asombrosa condescendencia hacia la familia humana. Allí había sufrido, había sido rechazado y condenado. La tierra de Judea era el lugar donde había nacido. Allí, vestido con el atavío de la humanidad, había andado con los hombres, y pocos habían discernido cuánto se había acercado el cielo a la tierra cuando Jesús estuvo entre ellos. En Jerusalén debía empezar la obra de los discípulos. En vista de todo lo que Cristo había sufrido allí, y de que su trabajo no había sido apreciado, los discípulos podrían haber pedido un campo más promisorio; pero no hicieron tal petición. El mismo terreno donde él había esparcido la semilla de la verdad debía ser cultivado por los discípulos, y la semilla brotaría y produciría abundante mies. En su obra, los discípulos habrían de hacer frente a la persecución por los celos y el odio de los judíos; pero esto lo había soportado su Maestro, y ellos no habían de rehuirlo. Los primeros ofrecimientos de la misericordia debían ser hechos a los homicidas del Salvador (El Deseado de todas las gentes, pp. 759, 760). Nos estamos acercando al final de la historia de esta tierra. Pronto nos encontraremos delante del gran trono blanco. Pronto habrán pasado vuestras oportunidades para trabajar. Por lo tanto, trabajad mientras se dice hoy. Cada verdadero creyente, con la ayuda de Dios, puede ver dónde está el trabajo que debe realizarse. Cuando el ser humano colabora con la voluntad de Dios, se hace omnipotente, y el obrero puede crear oportunidades. Vigilad las almas con quienes entráis en contacto. Buscad oportunidades para hablarles una palabra oportuna. No esperéis ser presentados, o hasta que os familiaricéis con ellos, antes de procurar salvar a las almas que perecen a vuestro alrededor. Si estáis dispuestos a trabajar con sinceridad, se abrirán caminos delante de vosotros para el cumplimiento de esta obra. Apoyaos en el brazo divino en busca de sabiduría, fortaleza, y habilidad para hacer la obra que Dios os ha dado (Nuestra elevada vocación, p. 300). ¿Se levantarán ahora nuestras iglesias, y despertarán ante la situación? Los representantes de Cristo han de llevar una carga por las almas. Cada nación y tribu y lengua y pueblo ha de escuchar el último mensaje de misericordia al mundo. Cuando los miembros de nuestra iglesia logren una mejor comprensión de la verdad bíblica, se levantarán de su soporífero sueño y estarán listos para dedicar su dinero a la causa de Dios, y para entregarse en ferviente labor bajo la conducción del Espíritu Santo. El pueblo de Dios es su instrumento, señalado para proclamar la verdad en todas partes del mundo… Cada miembro de iglesia ha de comprometerse en el servicio activo para el Maestro. “¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?”, pregunta. “Id también vosotros a la viña...” “entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar”. Mateo 20:6, 7; Juan 9:4 (Reflejemos a Jesús, p. 204).

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374