¡Maranata: El Senor Viene!


Seguro refugio, 28 de febrero https://ift.tt/2rgnvTH Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos. Isaías 26:21. Con rapidez y seguridad se está acumulando una culpabilidad casi universal sobre los habitantes de las ciudades, por causa del constante aumento de la resuelta impiedad. La corrupción que prevalece supera la capacidad descriptiva de la pluma humana. Cada día nos comunica nuevas revelaciones de las contiendas, los cohechos y los fraudes; cada día nos trae aflictivas noticias de violencias e iniquidades, de la indiferencia hacia el sufrimiento humano, de una destrucción de vidas realmente brutal e infernal... Nuestro Dios es un Dios de misericordia. Trata a los transgresores de su ley con longanimidad y tierna compasión... El Señor soporta durante mucho tiempo a los hombres y las ciudades, enviando misericordiosamente amonestaciones para salvarlos de la ira divina; pero llegará el momento en que ya no se oirán las súplicas en demanda de misericordia... Las condiciones que prevalecen en la sociedad, y especialmente en las grandes ciudades de las naciones, proclaman con voz de trueno que la hora del juicio de Dios ha llegado, y que se acerca el fin de todas las cosas terrenales. Nos hallamos en el mismo umbral de la crisis de los siglos. En rápida sucesión se seguirán unos a otros lo castigos de Dios: incendios e inundaciones, terremotos, guerras y derramamiento de sangre... Se está preparando la tempestad de la ira de Dios; y sólo subsistirán los que respondan a las invitaciones de la misericordia... y sean santificados por la obediencia a las leyes del Gobernante divino. Sólo los justos serán escondidos con Cristo en Dios hasta que pase la desolación. Sea éste el lenguaje del alma: “Otro asilo aquí no hay, indefenso acudo a ti; Mi necesidad me trae, porque mi peligro vi. Solamente en ti, Señor, hallo paz, consuelo y luz; Vengo lleno de temor a los pies de mi Jesús. “Cristo, encuentro en ti poder, y no necesito más; Me levantas, al caer; débil, ánimo me das. Al enfermo das salud, vista das al que no ve; Con amor y gratitud tu bondad ensalzaré”.43La Historia de Profetas y Reyes, 205-208.

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Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/EWIzYbJ Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Salmo 110:1. El amor del Padre hacia una raza caída es insondable, indescriptible y sin parangón. Este amor lo indujo a consentir dar a su Hijo unigénito para que muriera, a fin de que el hombre rebelde pudiera ser puesto en armonía con el gobierno del cielo, y pudiera salvarse de la penalidad de la transgresión. El Hijo de Dios depuso su trono real, a fin de hacerse pobre por causa de nosotros, para que por medio de su pobreza nosotros fuéramos enriquecidos. Llegó a ser “varón de dolores” para que pudiéramos participar de su eterno regocijo… Dios permitió que su amado Hijo, lleno de gracia y de verdad, descendiera de un mundo de indescriptible gloria a otro mundo viciado y agostado por el pecado, entenebrecido con las sombras de la muerte y la maldición… Por su humanidad, Cristo tocaba a la humanidad; por su divinidad, se asía del trono de Dios (La maravillosa gracia de Dios, p. 79). Cuando Cristo vuelva a la tierra, los hombres no le verán como preso rodeado por una turba. Le verán como Rey del cielo. Cristo volverá en su gloria, en la gloria de su Padre y en la gloria de los santos ángeles. Miríadas y miríadas, y miles de miles de ángeles, hermosos y triunfantes hijos de Dios que poseen una belleza y gloria superiores a todo lo que conocemos, le escoltarán en su regreso. Entonces se sentará sobre el trono de su gloria y delante de él se congregarán todas las naciones. Entonces todo ojo le verá y también los que le traspasaron. En lugar de una corona de espinas, llevará una corona de gloria, una corona dentro de otra corona. En lugar de aquel viejo manto de grana, llevará un vestido del blanco más puro, “tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos”. Marcos 9:3. Y en su vestidura y en su muslo estará escrito un nombre: “Rey de reyes y Señor de señores”. Apocalipsis 19:16 (El Deseado de todas las gentes, pp. 688, 689). El reino de la gracia de Dios se está estableciendo, a medida que ahora, día tras día, los corazones que estaban llenos de pecado y rebelión se someten a la soberanía de su amor. Pero el establecimiento completo del reino de su gloria no se producirá hasta la segunda venida de Cristo a este mundo… . Las puertas del cielo se abrirán otra vez y nuestro Salvador, acompañado de millones de santos, saldrá como Rey de reyes y Señor de señores. Jehová Emmanuel “será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre”. “El tabernáculo de Dios” estará con los hombres y Dios “morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios”. Zacarías 14:9; Apocalipsis 21:3 (El discurso maestro de Jesucristo, p. 93).
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Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/EWIzYbJ Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Salmo 110:1. El amor del Padre hacia una raza caída es insondable, indescriptible y sin parangón. Este amor lo indujo a consentir dar a su Hijo unigénito para que muriera, a fin de que el hombre rebelde pudiera ser puesto en armonía con el gobierno del cielo, y pudiera salvarse de la penalidad de la transgresión. El Hijo de Dios depuso su trono real, a fin de hacerse pobre por causa de nosotros, para que por medio de su pobreza nosotros fuéramos enriquecidos. Llegó a ser “varón de dolores” para que pudiéramos participar de su eterno regocijo… Dios permitió que su amado Hijo, lleno de gracia y de verdad, descendiera de un mundo de indescriptible gloria a otro mundo viciado y agostado por el pecado, entenebrecido con las sombras de la muerte y la maldición… Por su humanidad, Cristo tocaba a la humanidad; por su divinidad, se asía del trono de Dios (La maravillosa gracia de Dios, p. 79). Cuando Cristo vuelva a la tierra, los hombres no le verán como preso rodeado por una turba. Le verán como Rey del cielo. Cristo volverá en su gloria, en la gloria de su Padre y en la gloria de los santos ángeles. Miríadas y miríadas, y miles de miles de ángeles, hermosos y triunfantes hijos de Dios que poseen una belleza y gloria superiores a todo lo que conocemos, le escoltarán en su regreso. Entonces se sentará sobre el trono de su gloria y delante de él se congregarán todas las naciones. Entonces todo ojo le verá y también los que le traspasaron. En lugar de una corona de espinas, llevará una corona de gloria, una corona dentro de otra corona. En lugar de aquel viejo manto de grana, llevará un vestido del blanco más puro, “tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos”. Marcos 9:3. Y en su vestidura y en su muslo estará escrito un nombre: “Rey de reyes y Señor de señores”. Apocalipsis 19:16 (El Deseado de todas las gentes, pp. 688, 689). El reino de la gracia de Dios se está estableciendo, a medida que ahora, día tras día, los corazones que estaban llenos de pecado y rebelión se someten a la soberanía de su amor. Pero el establecimiento completo del reino de su gloria no se producirá hasta la segunda venida de Cristo a este mundo… . Las puertas del cielo se abrirán otra vez y nuestro Salvador, acompañado de millones de santos, saldrá como Rey de reyes y Señor de señores. Jehová Emmanuel “será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre”. “El tabernáculo de Dios” estará con los hombres y Dios “morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios”. Zacarías 14:9; Apocalipsis 21:3 (El discurso maestro de Jesucristo, p. 93).

27 El Milenio Apocaliptico Descubriendo los misterios del Genesis Pr Esteban Bohr


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Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374