01 LA JUSTICIA DE DIOS

Dios pide nuestros mejores afectos, 14 de marzo

Dios pide nuestros mejores afectos, 14 de marzo
Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se llegará al uno y menospreciará al otro: no podéis servir a Dios y a Mammón. Mateo 6:24{NEV 81.1}
Muchos están en el terreno encantado del enemigo. Cosas de ninguna importancia: necias fiestas sociales, el canto, las chanzas, las bromas, monopolizan sus mentes, y sirven a Dios con un corazón dividido. No es escuchada la declaración de Cristo: “Ningún hombre puede servir a dos señores”.—Manuscrito 38, 1890, pp. 2{NEV 81.2}
Una de las características más notables de los habitantes de la tierra que vivieron en los días de Noé, era la de su intensa mundanalidad. Ellos hicieron del comer y del beber, del comprar y del vender, del casarse y del darse en casamiento, el supremo objeto de su vida. El comer y el beber no son una cosa pecaminosa, sino la satisfacción de una necesidad, si aquello que es lícito no se lleva a un exceso. ... Dios mismo instituyó el matrimonio cuando le dió Eva a Adán. Las leyes de Dios están maravillosamente adaptadas para satisfacer la naturaleza del hombre. El pecado de los antediluvianos consistió en pervertir lo que en sí mismo era lícito. Corrompieron los dones de Dios al usarlos para satisfacer sus deseos egoístas. ... {NEV 81.3}
El excesivo amor y devoción hacia aquello que en sí mismo es lícito, ha resultado en la ruina de miles y miles de almas. A menudo se le concede a cosas sin importancia la potencia del intelecto, que debiera dedicarse íntegramente a Dios. Siempre debemos precavernos contra el peligro de llevar a un exceso aquello que, correctamente usado, es legítimo. Muchas almas se pierden por dedicarse a aquellas cosas que, manejadas con propiedad, son inofensivas, pero que, pervertidas y usadas desaprensivamente, se convierten en pecaminosas y desmoralizadoras.—Manuscrito 24, 1891, pp. 13, 14{NEV 81.4}
Si estamos continuamente pensando en las cosas que son de esta vida, y esforzándonos por poseerlas, no podemos mantener nuestros pensamientos fijos en las cosas del cielo. Satanás está procurando apartar nuestras mentes de Dios y centrarlas en las modas, las costumbres y las exigencias del mundo, que producen enfermedad y muerte. ... {NEV 81.5}
Dios quiere que empleemos todas nuestras facultades para ayudar y bendecir a nuestros semejantes. El pide nuestros mejores afectos, nuestras facultades más elevadas.—Manuscrito 29, 1886, pp. 1, 2{NEV 81.6}

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El ministerio de Los Ángeles, 11 de marzo

El ministerio de Los Ángeles, 11 de marzo
Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo. 2 Reyes 6:17{ATO 82.1}
¡Cuán pocos consideran la obra de los agentes invisibles! Los hombres desempeñan su parte en favor de Dios o de Satanás; del Príncipe de la luz o del príncipe de las tinieblas. Todo el Cielo está intensamente interesado en los seres humanos que parecen estar llenos de actividad, pero que no dedican pensamiento alguno a las cosas invisibles. Sus pensamientos no se centran en la Palabra de Dios y en sus instrucciones. Si se compenetraran de las Sagradas Escrituras, se asombrarían al comprender que hay agentes invisibles, tanto buenos como malos, que observan cada palabra y acción. Están presentes en toda reunión donde se realizan transacciones comerciales, en concilios y en reuniones dedicadas a la adoración a Dios. Hay más oyentes en esas asambleas públicas que los que pueden ser vistos con los ojos, y todo hombre tiene una obra para hacer. Estos instrumentos invisibles colaboran con Dios o con Satanás, y actúan más poderosa y constantemente de lo que lo hace el hombre. A veces los seres celestiales descorren el velo que oculta lo invisible, a fin de que apartemos nuestras mentes del apresuramiento y comprendamos que hay testigos que observan todo lo que hacemos y decimos cuando estamos ocupados en los negocios o cuando pensamos que estamos solos. {ATO 82.2}
El Señor aguzará nuestras percepciones a fin de que comprendamos que estos seres poderosos que visitan nuestro mundo desempeñan una parte activa en toda tarea que nosotros consideramos como nuestra. Esos seres son ángeles ministradores que frecuentemente se presentan bajo la forma de seres humanos. Como si fueran extraños, conversan con quienes están ocupados en la obra de Dios. En lugares solitarios han sido los compañeros de un viajero en peligro. En barcos sacudidos por la tempestad, ángeles bajo la forma humana han dirigido palabras de ánimo para disipar el temor e inspirar esperanza en la hora de peligro, y los pasajeros pensaron que se trataba de alguno de ellos con quien no habían hablado antes. {ATO 82.3}
Muchos, bajo diferentes circunstancias, han escuchado las voces de los habitantes de otros mundos que vinieron a desempeñar una parte en esta vida. Estos seres han hablado en asambleas; han realizado obras que hubiera sido imposible que las hicieran instrumentos humanos. Vez tras vez se desempeñaron como generales de ejércitos. Fueron enviados para eliminar pestilencias. Comieron en las mesas de familias humildes. A menudo se presentaron como viajeros cansados que necesitaban abrigo para pasar la noche. {ATO 82.4}
Necesitamos comprender mejor de lo que lo hemos hecho la obra de estos visitantes angelicales. Sería muy bueno que aquellos que pretenden ser hijos de Dios recordaran que las palabras que hablan están al alcance del oído de seres celestiales, quienes también contemplan las obras que hacen.—Manuscrito 39, del 11 de marzo de 1898, “El día del ajuste de cuentas”.* {ATO 82.5}

Los talentos enterrados deben ser usados, 9 de marzo

Los talentos enterrados deben ser usados, 9 de marzo
Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. Colosenses 4:5, 6{SSJ 75.1}
Busquen la conversión del espíritu, el alma y el cuerpo. Desdoblen su servilleta y comiencen a negociar con los bienes de su Señor. Al hacerlo así, ganarán otros talentos. A cada alma que se le han confiado talentos es para que los use para beneficiar a otros. A quien en el gran día del ajuste final de cuentas se excuse: “Tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo” (Mateo 25:25), el Señor le dirá: “Siervo malo y negligente... debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses” Mateo 25:26, 27{SSJ 75.2}
El Señor aún está llamando a los que aparentemente están ciegos a sus deficiencias, a los que están satisfechos de sí mismos, que planean y se las ingenian para ver cómo pueden servirse mejor a sí mismos. Dios ayuda al que está espiritualmente ciego para que vea que hay un mundo que salvar. La verdad debe ser hecha manifiesta a los que no la conocen, y esta obra requiere la gracia abnegada de Cristo. {SSJ 75.3}
Miles que ahora no hacen nada en la causa de Dios deberían estar desenterrando sus talentos escondidos y dándolos a los banqueros. Los que piensan que alcanzarán con toda seguridad el cielo mientras siguen sus propios caminos e imaginación, harían mejor en abrir el sello y reexaminar su título a los tesoros del cielo. Los hombres y las mujeres que se sienten cómodos en Sion, sería mejor que se preocuparan por sí mismos y se preguntaran: ¿Qué estoy haciendo en la viña del Señor? ¿Por qué no estoy unido con Cristo, un obrero juntamente con Dios? ¿Por qué no estoy aprendiendo en la escuela de Cristo su mansedumbre y humildad de corazón? ¿Por qué no tengo cargas que llevar en el servicio de Cristo? ¿Por qué no soy un cristiano resuelto, empleando todas mis fuerzas para trabajar por la salvación de las almas que están pereciendo a mi alrededor? ¿No dice la Palabra: “Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios” 1 Corintios 3:9? Con la ayuda de Dios, ¿no edificaré un carácter para el tiempo y la eternidad, y promoveré la piedad en mí mismo y en otros por medio de la santificación de la verdad?—The Review and Herald, 21 de agosto de 1900{SSJ 75.4}

Benignidad, 7 de marzo

Benignidad, 7 de marzo
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.Gálatas 5:22, 23{RP 77.1}
Si Cristo habita en nosotros, debemos ser cristianos tanto en el hogar cuanto fuera de él. El que dice ser cristiano expresará palabras bondadosas a sus parientes y a otros con los que también se relaciona. Será bondadoso, cortés, amable y compasivo, y deseará educarse a fin de poder habitar con la familia celestial. Si es miembro de la realeza, procurará representar bien al reino en todo lugar. Hablará a los niños con amabilidad, ya que ellos también son herederos de Dios y miembros de las cortes celestiales. Entre los hijos del reino no hay lugar para las asperezas, porque “el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. Gálatas 5:22, 23. En la iglesia se manifestará el espíritu que se cultiva en el hogar. {RP 77.2}
Oh, debemos educar el carácter para practicar la piedad, la docilidad, la ternura, la compasión y el espíritu perdonador. Al abandonar la vanidad, la conversación insensata y las burlas, no nos hará fríos, antipáticos y antisociales. El Espíritu del Señor descansará sobre usted hasta que adquiera la fragancia de las flores del jardín de Dios. Debe mantenerse hablando acerca de la luz, y de Cristo, el Sol de Justicia, hasta que en usted se produzca el cambio de gloria en gloria, de un carácter a otro mejor, y de una fortaleza a otra mayor, para reflejar más y más la preciosa imagen de Jesús. Cuando usted haga esto, el Señor escribirá en los libros del cielo: “Bien hecho”. {RP 77.3}
El cristiano no debe tener un corazón petrificado, que impida la aproximación de sus semejantes. Si tenemos un carácter hermoseado por las gracias celestiales, Jesús podrá reflejarse en el comportamiento. La presencia de Dios debe permanecer en nosotros para que podamos llevar la luz a cualquier lugar adonde vayamos. Entonces los que entren en contacto con nosotros sabrán que la atmósfera del cielo nos rodea.—The Review and Herald, 20 de setiembre de 1892{RP 77.4}

El arrepentimiento como primer fruto, 2 de marzo

El arrepentimiento como primer fruto, 2 de marzo
Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Salmos 51:1, 2{RP 72.1}
El arrepentimiento es uno de los primeros frutos de la gracia salvadora. En sus lecciones al hombre caído, nuestro gran Maestro presenta el poder viviente de su gracia afirmando que, en virtud a ella, el hombre y la mujer pueden experimentar la pureza y la santidad de la nueva vida. Quien viva esta experiencia desarrollará los principios del reino de los cielos. Al enseñar acerca de Dios, conduce a otros a andar por caminos rectos. No llevará al cojo a transitar por senderos de incertidumbre. La obra del Espíritu Santo identifica al que es participante de la naturaleza divina. Cada creyente en quien obra el Espíritu de Cristo recibe tan generoso abastecimiento de la rica gracia, que los incrédulos no pueden menos que reconocer que esa persona es controlada y sustentada por el poder divino; esto los inspira a glorificar a Dios. {RP 72.2}
Pese a todas las invitaciones de Cristo, lamentablemente hay personas que continúan manifestando rasgos de impiedad. A ellos Dios les dice: “¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza... Volveos a mi reprensión; he aquí que yo derramaré mi Espíritu sobre vosotros, y os haré saber mis palabras”. Proverbios 1:22, 23{RP 72.3}
El arrepentimiento del pecado es el primer fruto de la actuación del Espíritu Santo en la vida. Es el único proceso mediante el cual la infinita pureza refleja la imagen de Cristo en sus redimidos. En él habita toda la plenitud. La ciencia que no está en armonía con Jesús es sin valor. El mismo nos enseña a reputar como pérdida todas las cosas por la excelencia del conocimiento de Jesús nuestro Señor. Este conocimiento es la más elevadas de todas las ciencias que el hombre puede alcanzar.—Manuscrito 28, 1905{RP 72.4}

Y NO ENTENDIERON I

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Cristo es la escalera que conduce al cielo, 1 de marzo

Cristo es la escalera que conduce al cielo, 1 de marzo
Y soñó, y he aquí una escala que estaba apoyada en tierra, y su cabeza tocaba en el cielo: y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Génesis 28:12{NEV 68.1}
Consideremos esta escalera que le fué presentada a Jacob. ... El pecado de Adán suprimió toda relación entre el cielo y la tierra. Hasta el momento cuando el hombre transgredió la ley de Dios, había habido libre comunión entre la tierra y el cielo. Estaban comunicados por un sendero que la Deidad podía recorrer. Pero la transgresión de la ley de Dios interrumpió este sendero, y el hombre quedó separado de Dios. ... {NEV 68.2}
Todo eslabón que relacionaba a la tierra con el cielo, y al hombre con el Dios infinito, parecía que estaba roto. El hombre debía acudir al cielo, pero ¿cómo podía lograrlo? ¡Pero regocíjese el mundo! El Hijo de Dios, el que es sin pecado, el que es perfecto en obediencia, se constituyó en el canal a través del cual podía renovarse la comunicación perdida, el camino a través del cual el paraíso perdido podría volver a ganarse. El ser humano puede guardar los mandamientos de Dios a través de Cristo, el sustituto y la garantía del hombre. Puede volver a ser obediente, y Dios lo aceptará. {NEV 68.3}
Cristo es la escalera. “El que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos”. Juan 10:9. ... {NEV 68.4}
La escalera es el medio de comunicación entre Dios y el hombre. El Evangelio le fué predicado a Jacob mediante la escalera mística. Así como la escalera se extendía desde la tierra y alcanzaba hasta los altos cielos, y la gloria de Dios se veía por encima de la escalera, así Cristo, en su naturaleza divina, alcanzó la inmensidad y fué uno con el Padre. Como la escalera, que aunque su tope penetraba en el cielo tenía su base afirmada en la tierra, así también Cristo, aunque es Dios, vistió su divinidad con humanidad y vivió en el mundo “en la condición como hombre”. Filipenses 2:8. La escalera habría sido inútil si su base no hubiera estado sobre la tierra, o si su tope no hubiera llegado hasta el cielo. {NEV 68.5}
Dios apareció en gloria por encima de la escalera, mirando hacia abajo, con compasión, al pecador y errabundo Jacob, dirigiéndole palabras de ánimo. Es a través de Cristo que el Padre contempla al hombre pecador. ... {NEV 68.6}
Los eslabones rotos han sido reparados. Se ha establecido un camino, a lo largo del cual los hombres cansados y angustiados pueden pasar. Pueden entrar al cielo y encontrar reposo.—Manuscrito 13, 1884, pp. 14, 15{NEV 68.7}

La justificación por la fe, nuestra única esperanza, 1 de marzo

La justificación por la fe, nuestra única esperanza, 1 de marzo
Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. 1 Juan 2:1, 2{RJ 66.1}
Cuando el pecador penitente, contrito delante de Dios, comprende el sacrificio de Cristo en su favor y acepta ese sacrificio como su única esperanza en esta vida y en la vida futura, sus pecados son perdonados. Esto es justificación por la fe. Cada alma creyente debe conformar enteramente su voluntad a la de Dios y mantenerse en un estado de arrepentimiento y contrición, ejerciendo fe en los méritos expiatorios del Redentor y avanzando de fortaleza en fortaleza, de gloria en gloria. {RJ 66.2}
El perdón y la justificación son una y la misma cosa. Mediante la fe, el creyente pasa de la posición de un rebelde, un hijo del pecado y de Satanás, a la posición de un leal súbdito de Jesucristo, no en virtud de una bondad inherente, sino porque Cristo lo recibe como hijo suyo por adopción. El pecador recibe el perdón de sus pecados, porque estos pecados son cargados por su Sustituto y Garante. El Señor le dice a su Padre celestial: “Este es mi hijo. Suspendo la sentencia de condenación de muerte que pesa sobre él, dándole mi póliza de seguro de vida—vida eterna—en virtud de que yo he tomado su lugar y he sufrido por sus pecados. Ciertamente, él es mi hijo amado”. De esa manera el hombre, perdonado y cubierto con las hermosas vestiduras de la justicia de Cristo, comparece sin tacha delante de Dios. {RJ 66.3}
El pecador puede errar, pero no es desechado sin misericordia. Su única esperanza, sin embargo, es el arrepentimiento para con Dios y la fe en el Señor Jesucristo. Es prerrogativa del Padre perdonar nuestras transgresiones y nuestros pecados, porque Cristo ha tomado sobre sí nuestra culpa y ha suspendido la sentencia que pendía sobre nosotros, imputándonos su propia justicia. Su sacrificio satisface plenamente los requerimientos de la justicia. {RJ 66.4}
La justificación es lo opuesto a la condenación. La ilimitada misericordia de Dios se ejerce sobre los que son totalmente indignos. El perdona transgresiones y pecados por amor a Jesús, quien se ha convertido en la propiciación por nuestros pecados. Mediante la fe en Cristo, el transgresor culpable entra en el favor de Dios y en la firme esperanza de la vida eterna.—Fe y Obras, 108, 109{RJ 66.5}
La justicia de Cristo hace que el pecador penitente sea aceptable ante Dios y obra su justificación. No importa cuán pecadora haya sido su vida, si cree en Jesús como su Salvador personal, se halla delante de Dios vestido con el manto inmaculado de la justicia imputada de Cristo.—The Signs of the Times, 4 de julio de 1892{RJ 66.6}

Fragancia celestial, 1 de marzo

Fragancia celestial, 1 de marzo
No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. Juan 15:16{RP 71.1}
https://egwwritings.org/?ref=es_RP.71&para=1772.422
Para producir muchos frutos, hay que aprovechar al máximo todo privilegio y oportunidad para desarrollar una mente cada vez más espiritual. El que desea recibir diariamente la ayuda divina debe deponer toda vulgaridad, orgullo y mundanalidad. El que quiera crecer espiritualmente, con el poder del Espíritu Santo debe utilizar todos los recursos que el evangelio le proporciona para ganar en piedad e influencia. Es por medio de las invisibles agencias sobrenaturales como se produce el proceso de desarrollo desde la semilla hasta que el grano madura. {RP 71.2}
Antes de la traición y la crucifixión, Jesús consoló a sus discípulos con la promesa del Espíritu Santo; y en la doctrina acerca de este agente de influencia divina, qué riquezas les fueron reveladas, porque esta bendición traería en su estela todas las otras bendiciones. El Espíritu Santo imparte su aliento a los que humildemente confían en Cristo como el autor y el consumador de la fe, para que los frutos que produzcan sean para vida eterna. Habrá fragancia en su influencia, y el nombre de Jesús será música en los oídos, y melodía en su corazón. {RP 71.3}
Aunque no sean capaces de explicar el misterio de esta experiencia, los creyentes tendrán para otros sabor de vida que vivifica. Si las nubes los circundan saben que, al clamar al Señor, las tinieblas serán disipadas, y volverán el sosiego y el gozo al templo de su ser. Conocen lo que es tener la revelación del amor perdonador de Dios, una experiencia de paz que está más allá de toda comprensión, que inspira a alabar y, en agradecida adoración, a elevar todo el ser al que los amó y con su sangre los lavó del pecado. Tienen paz mediante Cristo Jesús y gozo en el Santo Espíritu. Al estar en Cristo permanecen abrazados al seno del amor infinito, que los llena de sumisión a su voluntad y les permite atesorar el cielo en sus corazones. Cristianos con estas virtudes producirán muchos frutos para la gloria de Dios e interpretarán correctamente el carácter divino, cuyos atributos serán manifestados al mundo.—The Signs of the Times, 3 de abril de 1893{RP 71.4}

Tiempo para estudiar el Apocalipsis, 1 de marzo

Tiempo para estudiar el Apocalipsis, 1 de marzo
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y que guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca. Apocalipsis 1:3{SSJ 67.1}
Al acercarnos al fin de la historia de este mundo, las profecías que se relacionan con los últimos días requieren en forma especial nuestro estudio. El último libro del Nuevo Testamento está lleno de verdades que necesitamos entender. Satanás ha cegado la mente de muchos, de manera que se han regocijado de encontrar alguna excusa para no estudiar el Apocalipsis. {SSJ 67.2}
Debería haber un estudio más profundo y diligente de este libro [el Apocalipsis], una presentación más fervorosa de las verdades que contiene, verdades que le interesan a todos los que están viviendo en estos últimos días. Todos los que se están preparando para encontrar a su Señor deberían hacer de este libro el tema de estudio y oración fervientes. Es exactamente lo que significa su nombre: una revelación de los acontecimientos más importantes que van a suceder en los últimos días de la historia de esta tierra. Juan, por causa de su fiel confianza en la palabra de Dios y en el testimonio de Jesucristo, fue desterrado a la isla de Patmos, pero este destierro no lo separó de Cristo. El Señor visitó a su fiel siervo en su destierro, y le dio instrucciones concernientes a lo que iba a venir sobre el mundo. {SSJ 67.3}
Esta instrucción es de la mayor importancia para nosotros, porque estamos viviendo en los últimos días de la historia de este mundo. Pronto entraremos en el cumplimiento de los acontecimientos que Cristo le mostró a Juan que iban a suceder. Al presentar estas solemnes verdades, los mensajeros del Señor deben darse cuenta de que están manejando temas de interés eterno, y deben buscar el bautismo del Espíritu Santo, para que puedan hablar, no sus propias palabras, sino las palabras que les da Dios... {SSJ 67.4}
Los peligros de los últimos días están sobre nosotros, y en nuestro trabajo hemos de amonestar a la gente acerca del peligro en que está. No se dejen sin tratar las solemnes escenas que la profecía ha revelado. Somos los mensajeros de Dios y no tenemos tiempo que perder. Los que son colaboradores con nuestro Señor Jesucristo mostrarán un profundo interés en las verdades que se encuentran en este libro. Con la pluma y con la voz se esforzarán para aclarar y explicar las cosas maravillosas que Cristo vino a revelar del cielo.—The Signs of the Times, 4 de julio de 1906{SSJ 67.5}

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