En forma imaginaria, estamos enfrentando a dos individuos diferentes que habían expresado la misma inquietud en forma similar. Uno de ellos estaba pasando por momentos muy difíciles. Era un hombre que se sentía abatido por una serie de problemas, o como él los llamaba, “de calamidades” que habían caído sobre él en terrible sucesión. El otro no carecía de nada. Desde el punto de vista material, tenía todo lo que le hacía falta y aún un poco más. Sin embargo, ambos se expresaban más o menos de la misma manera. Sintetizando lo que dijeron, fue más o menos lo siguiente: “Mi vida carece de sentido, no soy feliz. Quisiera creer, quisiera confiar en Dios, pero, ¿dónde está? ¿Dónde está Dios?” Ana Luz Salguero canta “Sublime eternidad”.
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