Conflicto y Valor


Caifás, 13 de noviembre https://ift.tt/3wJsDq9 Mateo 26:57-65. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos y convertíos a Jehová vuestro Dios. Joel 2:13. En ninguna circunstancia... había de desgarrar el sacerdote sus ropas, como era, entre los judíos, costumbre hacerlo en ocasión de la muerte de amigos y deudos. Los sacerdotes no debían observar esta costumbre... Todo lo que llevaba el sacerdote había de ser entero y sin defecto. Estas hermosas vestiduras oficiales representaban el carácter del gran prototipo, Jesucristo. Nada que no fuese perfecto, en la vestidura y la actitud, en las palabras y el espíritu, podía ser aceptable para Dios. Él es santo, y su gloria y perfección deben ser representadas por el culto terrenal... El hombre finito podía rasgar su propio corazón mostrando un espíritu contrito y humilde. Dios lo discernía. Pero ninguna desgarradura debía ser hecha en los mantos sacerdotales, porque esto mancillaría la representación de las cosas celestiales.—El Deseado de Todas las Gentes, 655, 656. Cuando Cristo se declaró Hijo de Dios, Caifás, con fingido horror, rasgó su manto, y acusó al Santo de Israel de blasfemia.—The S.D.A. Bible Commentary 5:1104. Había hecho exactamente lo contrario de lo que el Señor había ordenado. Estando él mismo bajo la condenación de Dios, condenó a Cristo como blasfemo... El manto sacerdotal que rasgó a fin de impresionar al pueblo con su horror ante el pecado de blasfemia, cubría un corazón lleno de maldad.—Ibid. 1105. Cuán diferente era el verdadero Sumo Sacerdote del falso y corrompido Caifás. De pie ante el falso sumo sacerdote, Cristo estaba puro y sin contaminación, sin una mancha de pecado. Cristo lloró por la transgresión de cada ser humano. Llevó aun la culpa de Caifás, conociendo la hipocresía que había en su alma mientras pretendía desgarrar su manto. Cristo no desgarró el suyo, pero su alma estaba rasgada. Su ropaje de carne humana estaba rasgado cuando colgaba de la cruz como portador del pecado por la raza humana.—Ibid. En la actualidad muchos que pretenden ser cristianos están en peligro de rasgar sus vestiduras, haciendo una demostración exterior de arrepentimiento, mientras sus corazones no están enternecidos ni subyugados. Por esto tantos continúan fracasando en la vida cristiana.—Ibid. 1104, 1105.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374