Ir al contenido principal

Alza tus Ojos


El precio de nuestra redención, 9 de diciembre https://ift.tt/3GkVLaW Mas vuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo. Filipenses 3:20. Mientras Cristo ascendía, con sus manos extendidas para bendecir a sus discípulos, una nube de ángeles lo recibió y lo ocultó de su vista. Mientras los discípulos esforzaban la vista para captar el último destello de su Señor que ascendía, dos ángeles de la gozosa multitud se pararon junto a ellos y les dijeron: “Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. Hechos 1:11. Los discípulos se llenaron de gran gozo. Vez tras vez repitieron las palabras que Cristo les había dicho en sus últimas lecciones, tal como están registradas en los (capítulos 14, 15, 16 y 17) de Juan; y cada uno de ellos tenía alguna cosa que decir acerca de la instrucción recibida, especialmente con relación a las palabras de Juan se citan los. Versículos 1-3... La promesa de que volvería, y también el pensamiento de que les dejaría su paz, llenaron sus corazones de gozo... Satanás había hecho de los hombres y mujeres sus prisioneros y los reclamaba como sus súbditos. Cuando Cristo vio que no había ser humano capaz de ser el intercesor del hombre, El mismo entró en el fiero conflicto y guerreó contra Satanás. El unigénito Hijo de Dios era el único que podía librar a los que estaban sujetos a Satanás por el pecado de Adán. El Hijo de Dios accedió a que Satanás ensayara todas sus estratagemas contra El. El enemigo había tentado a los ángeles en el cielo y después al primer Adán. Este cayó, y Satanás supuso que tendría éxito en entrampar a Cristo después que El asumiera la humanidad. Toda la hueste contempló esta lucha como la oportunidad de obtener la supremacía sobre Cristo. Habían anhelado tener la ocasión de mostrar su enemistad contra Dios. Cuando los labios del Maestro fueron sellados por la muerte, Satanás y sus ángeles imaginaron que habían obtenido la victoria. Fue el sentimiento de que pesaba sobre El la culpabilidad del mundo entero lo que produjo en Cristo una angustia indecible. En esta lucha mortal el Hijo de Dios podía depender únicamente de su Padre celestial; todo fue por la fe. El mismo era el rescate, el don dado para la liberación de los cautivos. Por su propio brazo había traído salvación a los hijos de los hombres, pero ¡a qué costo para sí mismo!... ¡Qué espectáculo fue este conflicto! Sirvió para mostrar al universo celestial la justicia de Dios.—Manuscrito 125, del 9 de diciembre de 1901, “La invariable Ley de Dios”.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA IGLESIA ADVENTISTA NO ES BABILONIA... ¡ES LAODICEA!

Conozco la Iglesia Adventista desde mi niñez (7 años) y sé que es la Iglesia Verdadera. Lo he sabido desde que mis papás encontraron en la Biblia la verdad del sábado y buscaron la iglesia que respetara los mandamientos de Dios y encontraron a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Desde entonces he tenido la convicción de que la Iglesia Adventista es la Iglesia Verdadera, por cuanto es la única que predica la verdad completa y cumple los dos requisitos que ESTÁN ESCRITOS tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento: ANTIGUO TESTAMENTO: “!!A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.”(Isaías 8:20) NUEVO TESTAMENTO “ Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” (Apocalipsis 14:12) “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesu