A Fin de Conocerle


A Dios sea la gloria, 30 de abril https://ift.tt/4xdY9fh Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. Jeremías 9:23, 24. Este es el más precioso reproche y motivo de ánimo, la lección más importante para cada alma que trate de servir a Dios. Con claras palabras se expresa aquí aquello en que se deleita el Señor. Todos los que entienden y conocen a Dios saben que ejerce misericordia, juicio y justicia. Si caminan humildemente con Dios, podrán guardar los caminos del Señor, hacer su voluntad con toda bondad, compasión, misericordia, ternura y amor; pues Dios ha dicho “estas cosas quiero”. Entonces, cuán cuidadosos debemos ser en cuanto al fruto de los labios, de que no deshonremos a Dios tratando sin bondad a aquellos que compró con su sangre... Nuestra prosperidad como pueblo depende enteramente de nuestra dependencia de Dios para nuestra suficiencia, gracia y perfección de carácter en nuestro Salvador y por medio de él que ha pagado el rescate por nosotros con sus propios méritos gloriosos. Si no lo hubiera hecho, habríamos perecido en nuestros pecados.—Carta 150, 1897. Los que conocen a Jesús como a su Salvador personal, tienen el privilegio de ser educados y preparados en una escuela superior a la de los hombres y de ser guiados con sabiduría mayor que la de los hombres finitos. Pueden colocarse bajo la dirección del más grande Maestro que el mundo haya conocido, y pueden participar del mismo conocimiento que dio a Daniel. Los que son humildes de corazón, los que sienten su necesidad de una sabiduría más elevada, y no dependen de su propio juicio limitado, sino que buscan fervientemente conocer la voluntad de Dios, pueden alimentarse de la Fuente de todo conocimiento y obtener gracia, prudencia, discreción y juicio.—The Youth’s Instructor, 19 de septiembre de 1895.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374