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Exaltad a Jesús


Lecciones de Timoteo, 28 de abril https://ift.tt/s5bjYwk Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 2 Timoteo 3:15. Silas, el compañero de labor de Pablo, era un obrero probado, dotado con el espíritu de profecía; pero la obra que debía hacerse era tan grande, que se necesitaba preparar más obreros para el servicio activo. En Timoteo, Pablo vio uno que comprendía la santidad de la obra del ministerio; uno que no desmayaba frente al sufrimiento y la persecución; y que estaba dispuesto a ser enseñado. Sin embargo, el apóstol no se atrevió a asumir la responsabilidad de darle a Timoteo, un joven inexperto, una preparación en el ministerio evangélico, sin satisfacerse antes plenamente respecto a su carácter y su vida. El padre de Timoteo era griego y su madre judía. Desde la niñez había conocido las Escrituras. La piedad que vio en su vida de hogar era sana y cuerda. La fe de su madre y de su abuela en los oráculos sagrados era para él un constante recuerdo de la bendición que acarrea el hacer la voluntad de Dios. La Palabra de Dios era la regla por la cual esas dos piadosas mujeres habían guiado a Timoteo. El poder espiritual de las lecciones que había recibido de ellas conservó puro su lenguaje y evitó que le contaminaran las malas influencias que le rodeaban. Así las que le instruyeron en el hogar habían cooperado con Dios en prepararlo para llevar responsabilidades. Pablo vio a Timoteo fiel, firme y sincero, y lo escogió como compañero de labor y de viaje. Las que habían enseñado a Timoteo en su infancia fueron recompensadas viendo al hijo de su cuidado unido en estrecho compañerismo con el gran apóstol. Timoteo era sólo un joven cuando fue escogido por Dios como maestro; pero sus principios habían sido tan bien establecidos por su primera educación que era digno del puesto de ayudante de Pablo. Y aunque joven, llevó sus responsabilidades con mansedumbre cristiana... Pablo amaba a Timoteo, su “hijo en la fe”. 1 Timoteo 1:12. El gran apóstol sondeaba a menudo al discípulo más joven, preguntándole en cuanto a la historia bíblica; y al viajar de lugar en lugar, le enseñaba cuidadosamente cómo trabajar con éxito. Pablo y Silas... trataban de ahondar la impresión... de la sagrada y seria naturaleza de la obra del ministro evangélico. En su trabajo, Timoteo buscaba constantemente el consejo y la instrucción de Pablo. No actuaba por impulso, sino con reflexión y serenidad, preguntando a cada paso: ¿Es éste el camino del Señor? El Espíritu Santo encontraba en él uno que podía ser amoldado y modelado como un templo para la morada de la divina Presencia. Las lecciones de la Biblia, al entretejerse en la vida diaria, tienen una profunda y perdurable influencia en el carácter. Estas lecciones las aprendía y practicaba Timoteo.—Los Hechos de los Apóstoles, 165-167.

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