A Fin de Conocerle


La ciencia de la santidad, 5 de mayo https://ift.tt/PEyjJFv Para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos. 1 Tesalonicenses 3:13. La ética inculcada por el Evangelio no reconoce otra norma sino la perfección de la mente de Dios, de la voluntad de Dios. Dios requiere que sus criaturas se conformen con su voluntad. La imperfección del carácter es pecado, y el pecado es la transgresión de la ley. Todos los atributos correctos del carácter moran en Cristo como un todo perfecto y armonioso. Todo el que recibe a Cristo como a su Salvador personal tiene el privilegio de poseer esos atributos. Esta es la ciencia de la santidad. La gloria de Dios es su carácter. ... Este carácter fue revelado por la vida de Cristo. Para que pudiera condenar al pecado con su propio ejemplo en la carne, tomó sobre sí la semejanza de la carne de pecado. Constantemente contempló el carácter de Dios; constantemente reveló ese carácter al mundo. Cristo desea que sus seguidores revelen en su vida ese mismo carácter.—The Signs of the Times, 3 de septiembre de 1902. Ante el mundo, Dios nos está desarrollando como a testigos vivientes de lo que pueden llegar a ser los hombres y las mujeres por la gracia de Cristo. Se nos manda que nos esforcemos en procura de la perfección del carácter. Dice el Maestro divino: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Mateo 5:48. ¿Nos martirizaría Cristo requiriéndonos una imposibilidad? ¡Nunca, nunca! Es un honor el que nos confiere al instarnos a ser santos en la esfera de él. Puede capacitarnos para logralo pues declara: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”. Mateo 28:18. Tenemos el privilegio de pedir ese poder ilimitado. Dios obra con los que representan debidamente su carácter. Mediante ellos se lleva a cabo su voluntad en la tierra como en el cielo. La santidad induce a su poseedor a dar frutos, abundando en toda buena obra.—Ibid.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374