¡Maranata: El Senor Viene!


Espiritismo y revolución, 18 de mayo https://ift.tt/5PtBxZd Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. Lucas 10:27. ¿Cuáles son las esperanzas que debe arrostrar la juventud al salir al mundo para hacer frente a sus tentaciones a pecar: La pasión por ganar dinero, divertirse y satisfacer los sentidos; el afán por el lujo, la ostentación, la extravagancia, el exceso, el fraude, el robo y finalmente la ruina? El espiritismo asegura que los hombres son semidioses no caídos; que “cada mente se juzgará a sí misma”; que el “verdadero conocimiento coloca a los hombres por encima de toda ley”; que “todos los pecados cometidos son inocentes”; porque “todo lo que existe es correcto”, y que “Dios no condena”. Pretende que están en el cielo, donde son exaltados, los seres humanos más viles. Así declara a todos los hombres: “Nada importa lo que hagáis; vivid como os plazca; el cielo es vuestro hogar”. Multitudes llegan así a creer que el deseo constituye la ley suprema, que la licencia es libertad y que el hombre es responsable solamente ante sí mismo. Si se proporciona semejante enseñanza al comienzo mismo de la vida, cuando el impulso es fortísimo y urgentísima la necesidad de dominio propio y pureza, ¿dónde quedan las salvaguardias de la virtud? ... Al mismo tiempo la anarquía trata de hacer desaparecer toda ley, no sólo divina sino humana. La centralización de la riqueza y el poder, las vastas combinaciones hechas para el enriquecimiento de unos pocos a expensas de la mayoría; la unión de las clases más pobres para organizar la defensa de sus intereses y derechos; el espíritu de inquietud, desorden y derramamiento de sangre; la propagación mundial de las mismas enseñanzas que produjeron la Revolución Francesa, tienden a envolver al mundo entero en una lucha similar a la que convulsionó a Francia. Estas son las influencias que tienen que afrontar los jóvenes de hoy día. Para permanecer firmes en medio de tales trastornos es necesario que echen ahora los cimientos del carácter. En todas las generaciones y en todos los países, el verdadero cimiento y el modelo para la edificación del carácter han sido los mismos. La ley divina: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón... y... amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39), el gran principio manifestado en el carácter y en la vida de nuestro Salvador, es el único cimiento y la única guía seguros.30La Educación, 223, 224.

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Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374