Cada Día con Dios


Tiempo de cosechar, 10 de junio https://ift.tt/UKSXReq Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Romanos 13:11, 12. Formamos parte de la gran tela de la humanidad, y una influencia pasa de uno a otro, no sólo en la iglesia, pues la familia del cielo y de la tierra se amalgaman a fin de que Cristo pueda llegar a ser un poder en el mundo. Todas las joyas de la verdad concedidas a los patriarcas y profetas que se han ido acumulando de era en era y de generación en generación, deben reunirse ahora como la herencia que se nos ha confiado. Las sagradas influencias de las generaciones del presente y del pasado constituyen un poderoso instrumento de Dios, capaz de prevalecer, no contra carne y sangre, sino contra principados y potestades, y malicias espirituales en los aires. El pueblo de Dios de la actualidad tiene todos los privilegios y oportunidades de las generaciones pasadas, y mucho más luz que le puede conferir más poder para la obra de Dios, que el que han tenido las generaciones precedentes. Estas ventajas requieren que se produzcan los correspondientes dividendos. Nuestros esfuerzos para abrir el camino delante de los demás deben estar en armonía con los tesoros celestiales que poseemos. El Señor se acerca. Las inteligencias celestiales, unidas con las influencias santificadas de la tierra, deben proclamar el mensaje del tercer ángel y dar esta advertencia: “El fin de todas las cosas se acerca”. “Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará”. Hebreos 10:37. Hay que preparar a un pueblo para que esté en pie en el día del Señor, y para que, habiendo acabado todo pueda prevalecer. Los que se apiñan en ciudades y pueblos están cometiendo un grave error. Los que de esa manera dejan de ejercer su influencia en forma más amplia, al no penetrar en nuevos territorios, para llegar hasta los confines del mundo, están dejando de ocupar el puesto que les señala su deber. En su oración en favor de sus discípulos poco antes de su ascensión, Cristo dijo: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”. Juan 17:20, 21. ¡Sean escritas por el dedo de Dios sobre cada corazón estas benditas palabras!—Manuscrito 7, del 10 de junio de 1891, “El servicio cristiano en la iglesia viviente”.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374