Cada Día con Dios


Jesús nos cuida, 4 de julio https://ift.tt/dMx2R6I Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 1 Pedro 5:7. Le señalo la única protección segura e inefable. Pida en nombre de Cristo que Dios la cuide y la bendiga con sus queridos hijos. Lo hará; la promesa es segura. Dios, su Padre Celestial, será como su esposo y estará a su lado para aconsejarla, para conducirla y consolarla de acuerdo con sus necesidades. Procure siempre la ayuda del Poderoso; su mano extendida es capaz de salvar. Por más difícil que sea su caso, no se deje dominar por el desánimo. Manténgase en guardia aunque le duela el corazón y amenace con quebrantarse; siga teniendo confianza y esperanza. “Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres”. Lamentaciones 3:33. No se lamente. Mantenga la esperanza, consérvese alegre en Dios, porque la mañana ya va a despuntar. La paciente perseverancia en el bien hacer la llevará desde este mundo de dolor y contienda a la gloria y la honra de la vida eterna. Si Dios mora en usted y está por encima de usted, no tiene nada que temer. La Biblia es una luz para los que están en tinieblas. Frente a la perspectiva de una inmortalidad bendita mantenida en reserva para los que perseveran hasta el fin, encontrará un poder elevador y una fortaleza que va a necesitar para resistir el mal. Manténgase firme en la hora de prueba y obtendrá finalmente una corona inmarcesible. Necesita dirección de lo alto. Confíe en el Señor con todo el corazón, y él nunca la va a defraudar. Si le pide ayuda a Dios, no lo hará en vano. Para animarnos a tener confianza se acerca a nosotros por medio de su Santa Palabra y su Espíritu, y trata de lograrlo de mil maneras. Pero en nada se deleita más que en recibir al débil que acude a él en procura de fortaleza. Si quisiéramos encontrar corazón y voz para orar, ciertamente él encontraría oídos para oír y un brazo para salvar. No se conoce un solo caso en que Dios haya ocultado su rostro para no oír las súplicas de su pueblo. Cuando todo otro recurso falló, él fue siempre un pronto auxilio en cada emergencia. ¡Quiera Dios bendecirla, querida alma pobre, sacudida y maltratada! Aférrese de su mano; no la suelte. La llevará a usted, a sus hijos y todas sus penas y pesares, si está dispuesta a depositarlos sobre él.—Carta 42, del 4 de julio de 1875, dirigida a una hermana que acabab a de enviudar.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374