Ir al contenido principal

La Maravillosa Gracia de Dios


Como el rocío, la lluvia y el rayo de sol, 8 de julio https://ift.tt/1RJN74t Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano. Oseas 14:5. De las lecciones casi innumerables enseñadas por los diversos procesos del crecimiento, algunas de las más preciosas son transmitidas por medio de la parábola del crecimiento de la semilla, dada por el Salvador... La semilla lleva en sí un principio de germinación, implantado por Dios; sin embargo, abandonada a sí misma, no tendría poder para brotar. El hombre tiene que hacer su parte para estimular el crecimiento del grano, pero fuera de eso, no puede hacer nada. Debe depender de Aquel que ha ligado la siembra y la siega con los eslabones maravillosos de su poder omnipotente. Hay vida en la semilla, hay poder en el suelo, pero a menos que el poder infinito trabaje día y noche, la semilla no dará fruto. Las lluvias deben refrescar los campos sedientos; el sol debe impartir calor; la electricidad debe llegar hasta la semilla enterrada. Sólo el Creador puede llamar a existencia la vida que él ha implantado. Toda semilla crece y toda planta se desarrolla por el poder de Dios... La germinación de la semilla representa el comienzo de la vida espiritual, y el desarrollo de la planta es una figura del desarrollo del carácter. No puede haber vida sin crecimiento. La planta crece, o muere. Del mismo modo que su crecimiento es silencioso, imperceptible pero continuo, así es también el crecimiento del carácter. En cualquier etapa del desarrollo, nuestra vida puede ser perfecta; sin embargo, si se cumple el propósito de Dios para con nosotros, habrá un progreso constante. La planta crece porque recibe lo que Dios ha provisto para mantener su vida. Del mismo modo se logra el crecimiento espiritual por medio de la cooperación con los agentes divinos. Así como la planta se arraiga en el suelo, nosotros debemos arraigarnos en Cristo. Así como la planta recibe la luz del sol, el rocío y la lluvia, nosotros debemos recibir el Espíritu Santo. Si nuestros corazones se apoyan en Cristo, él vendrá a nosotros “como la lluvia tardía y temprana a la tierra”. Oseas 6:3.—La Educación, 100-102.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA IGLESIA ADVENTISTA NO ES BABILONIA... ¡ES LAODICEA!

Conozco la Iglesia Adventista desde mi niñez (7 años) y sé que es la Iglesia Verdadera. Lo he sabido desde que mis papás encontraron en la Biblia la verdad del sábado y buscaron la iglesia que respetara los mandamientos de Dios y encontraron a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Desde entonces he tenido la convicción de que la Iglesia Adventista es la Iglesia Verdadera, por cuanto es la única que predica la verdad completa y cumple los dos requisitos que ESTÁN ESCRITOS tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento: ANTIGUO TESTAMENTO: “!!A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.”(Isaías 8:20) NUEVO TESTAMENTO “ Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” (Apocalipsis 14:12) “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesu