Hijos e Hijas de Dios


Creados para buenas obras, 21 de septiembre https://ift.tt/vPCzHGa Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:10. Existen posibilidades de trabajar por Jesús en las cuales nunca habéis soñado. Un cristiano es un hombre o una mujer semejante a Cristo, que es activo en el servicio de Dios, que asiste a las reuniones sociales, y cuya presencia animará también a otros. La religión no consiste en obras, pero obra; no es inactiva. La religión pura de Jesús es una fuente de la cual fluyen corrientes de caridad, amor, abnegación... Con el amor de Cristo en el corazón, los labios lo alabarán y magnificarán su nombre. El alma que esté llena del amor de Cristo contendrá en sí una gran energía... Los hijos e hijas de Dios deben mostrar su procedencia celestial. El hombre grande a la vista de Dios es el que en medio de las multitudes, de los cuidados y las premuras financieras, mantiene su alma pura, sin mancha de contaminación mundanal. Al confiar firmemente en Dios por medio de la oración y la fe, el alma se mantendrá en una independencia moral, y no obstante mantendrá una actitud bondadosa, amante y delicada. Se resistirán las tentaciones que ofrece el medio ambiente, se mantendrá la comunión con Dios, y la comunicación entre vuestra alma y Dios os capacitará para transmitir a otros, mediante vuestras relaciones sociales, las más exquisitas bendiciones que el cielo os haya concedido... En todos sus procedimientos se advertirá una justicia exacta e imparcial, pero allí no termina su deber. Dios requiere algo más. El demanda que améis a las almas como Cristo las amó.—Carta 7, 1883.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374