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Sabbath School


Comentarios Elena G.W para la Escuela Sabática https://ift.tt/zEO5AWc La verdadera conversión nos hace estrictamente honrados en nuestro trato con nuestros semejantes. Nos hace fieles en nuestro trabajo diario. Todo seguidor sincero de Cristo mostrará que la religión de la Biblia lo capacita para usar sus talentos en el servicio del Maestro. “En el trabajo no seáis perezosos”.3 Estas palabras se cumplirán en la vida de todo verdadero cristiano. Aunque el trabajo les parezca penoso, pueden ennoblecerlo por la forma en que lo hagan. Háganlo como para el Señor. Háganlo animosamente y con dignidad celestial. Son los principios nobles de acuerdo con los cuales se hace el trabajo, los que lo tornan totalmente acepto a la vista del Señor. El verdadero servicio liga al más humilde de los siervos del Señor en la tierra con el más encumbrado de sus siervos en las cortes celestiales (Mensajes para los jóvenes, pp. 50, 51). ¿Están los siervos generalmente dispuestos a hacer todo lo que pueden? ¿No es más bien costumbre prevaleciente deslizarse por el trabajo tan rápida y fácilmente como sea posible y obtener el salario al menor costo posible? El fin no es ser tan cabal como se pueda, sino obtener una remuneración. Los que profesan ser siervos de Cristo no deberían olvidar el precepto del apóstol Pablo: “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no para ser vistos como los que quieren agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón, por respeto a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor, y no para los hombres; seguros de que recibiréis del Señor la recompensa de la herencia; porque a Cristo el Señor servís”. Colosenses 3:22-24. Los que entran en la obra como “siervos del ojo” hallarán que su trabajo no puede resistir la inspección de los hombres o de los ángeles. Lo esencial para el éxito en el trabajo es el conocimiento de Cristo; pues este conocimiento dará sanos principios de rectitud, e impartirá un espíritu noble, abnegado, como el de nuestro Salvador, a quien profesamos servir. La fidelidad, la economía, el cuidado, la prolijidad, debieran caracterizar todo nuestro trabajo, ya sea en la cocina, el taller, las oficinas de las casas editoras, el sanatorio, el colegio o dondequiera estemos ubicados en la viña del Señor. “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más será fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más será injusto”. Lucas 16:10 (Mensajes para los jóvenes, pp. 160, 161). Todo lo que la mano encuentre para hacer debe ser hecho con esmero y prontitud. La fidelidad e integridad en las cosas pequeñas, el cumplimiento de los pequeños deberes y de los actos de bondad, alegrará la senda de la vida, y cuando nuestra obra en la tierra esté terminada, cada uno de los pequeños deberes cumplidos con fidelidad será atesorado como preciosa gema delante de Dios (Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 584).

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