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El cielo: el verano del cristiano, 24 de octubre https://ift.tt/uMnm7ZL Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Tito 2:13. Cristo pronto vendrá por segunda vez. De ello deberíamos conversar frecuentemente. Debería ser el pensamiento predominante en nuestras mentes. Vendrá con poder y gran gloria, y todo ojo lo verá. Todos los santos ángeles lo acompañarán. Acerca de esta compañía, Juan escribe: “Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones”. Apocalipsis 5:11. La trompeta aún no ha sonado. Quienes han descendido a la tumba todavía no han exclamado: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”. 1 Corintios 15:55. Los justos muertos aún no han sido arrebatados con los santos vivos para encontrarse con su Señor en el aire. Pero se aproxima el tiempo en que las palabras pronunciadas por el apóstol Pablo se cumplirán: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. 1 Tesalonicenses 4:16, 17. Para ser semejantes al Salvador, debemos ser transformados. Véase Filipenses 3:20, 21. Ahora es el tiempo de introducir en nuestra vida diaria las virtudes de la vida de Cristo. No hay tiempo que perder. Si fracasamos en la edificación de nuestro carácter, perderemos la vida eterna. Debemos edificar sobre el verdadero fundamento... Debemos hacer la obra de Cristo y estar constantemente velando y orando. Entonces estaremos preparados para su venida y para recibir la vida eterna. Todos los que deseen pueden ser vencedores. Esforcémonos fervientemente por alcanzar el nivel que se nos indica. Cristo conoce nuestras debilidades, y podemos recurrir a El diariamente en busca de ayuda. No es necesario que obtengamos fortaleza con un mes de anticipación. Hemos de triunfar día a día. Esta tierra es el lugar de preparación para el cielo. El tiempo que pasamos aquí es el invierno del cristiano. Los vientos fríos de la aflicción soplan sobre nosotros, y las olas de los problemas nos arrollan. Pero en un futuro cercano, cuando Cristo venga, las penas y los lamentos habrán desaparecido para siempre. Entonces será el verano del cristiano. Todas las pruebas habrán concluido, y no habrá más enfermedad ni muerte. “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”. Apocalipsis 21:4.—Manuscrito 28, del 24 de octubre de 1886, “La esperanza puesta ante nosotros”, sermón predicado en Nimes, Francia.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374