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Cada Día con Dios


Pensemos en estas cosas, 18 de octubre https://ift.tt/Btn2pFa Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá. Salmos 1:6. Si la mente está educada para contemplar las cosas celestiales, el apetito no se debiera satisfacer con lo barato y lo común. Debemos recordar que el Señor está preparado para hacer grandes cosas por nosotros, pero nosotros debemos estar preparados para recibirlas vaciando el corazón de toda suficiencia propia y de toda confianza personal. Sólo el Señor debe ser exaltado. “Yo honraré a los que me honran” dice él. 1 Samuel 2:30. No necesitamos preocuparnos de que nos reconozcan, porque “el Señor sabe quiénes son los suyos”. Los que no confían en sí mismos, sino que consideran como precaución su propia obra, son aquellos a quienes el Señor revelará su gloria. Emplearán mejor las bendiciones que reciban. Todos los que beban de las puras corrientes del Líbano verán que el agua de la vida manará de ellos con fuerza que no se puede reprimir... El Señor sabe que si miramos al hombre y confiamos en él, nos estamos apoyando en un brazo de carne. Nos invita a que pongamos nuestra confianza en él. Su poder es ilimitado. Mediten en el Señor Jesús, en sus méritos y su amor, y no traten de buscar defectos ni hablar acerca de las equivocaciones cometidas por los demás. Recuerden las cosas dignas de reconocimiento y alabanza; y si son agudos para descubrir errores en los demás, sean más agudos todavía para reconocer lo que está bien hecho y alabarlo. Si se someten a la autocrítica, encontrarán en ustedes cosas tan objetables como las que ven en los demás. Trabajemos, entonces, constantemente, para fortalecernos los unos a los otros en la santísima fe. En su carta a los Filipenses Pablo dice: “Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Filipenses 1:1-6. Sea éste el espíritu de todos nosotros.—Manuscrito 187, del 18 de octubre de 1898.

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