A Fin de Conocerle


Apartaos de los placeres del mundo, 1 de noviembre https://ift.tt/sh945Vc No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 1 Juan 2:15. El verdadero cristiano no tendrá deseos de entrar en ningún lugar de diversión ni participar de diversión alguna sobre los que no pueda pedir la bendición de Dios. No irá al teatro, [ni] a los salones de billar. ... No se unirá con los alegres bailarines ni participará en ningún otro placer seductor que borre a Cristo de su mente. A los que abogan por estas diversiones les contestamos que no podemos participar de ellas en el nombre de Jesús de Nazaret. ... Id con vuestra imaginación al Getsemaní, y contemplad la angustia que Cristo soportó por nosotros. Ved al Redentor del mundo luchando con agonía sobrehumana, con los pecados de todo el mundo sobre él. Escuchad su oración llevada por la brisa: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Había llegado la hora de las tinieblas. Cristo había entrado en las sombras de su cruz. Debía beber solo la amarga copa. De todos los hijos del mundo que había bendecido y consolado, no había uno solo que lo consolara en esta terrible hora. Lo traicionaron y entregaron en manos de la turba asesina. Desfallecido y cansado, lo arrastraron de un tribunal a otro. ... El que no conoció la mancha del pecado derramó su vida como malhechor en el Calvario. Esta historia debería conmover profundamente a cada alma. El Hijo de Dios se hizo varón de dolores, experimentado en quebranto, a fin de salvarnos. ... Mantened constantemente en vosotros una vislumbre del sacrificio infinito realizado por nuestra redención, y el salón de baile perderá su atractivo. Cristo no sólo murió como sacrificio por nosotros, sino que también vive como ejemplo para nosotros. En su naturaleza humana aparece íntegro, perfecto, inmaculado. Ser cristiano es ser como Cristo. Todo nuestro ser, cuerpo, alma y espíritu, debe ser purificado, ennoblecido y santificado hasta que reflejemos a Cristo.—The Review and Herald, 28 de febrero de 1882.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374