Alza tus Ojos


Mire a Jesús, no a los demás, 11 de noviembre https://ift.tt/7KwejUn Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:2. Los que profesan creer en la verdad traten diligentemente de seguir las pisadas del Maestro, ayudando a todos los que necesitan un Salvador. Cristo ha presentado claramente las condiciones de las cuales depende la salvación. Dice “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. Mateo 16:24. Sí, siga a Cristo. Deje que cada alma sincera que desea obedecer a Dios camine en las pisadas del Redentor. Debemos ser humildes y mansos de corazón. Debemos producir frutos de justicia de acuerdo con las capacidades que Dios nos ha dado. Hermana, debemos llegar al cielo. No debemos permitir que nada nos impida obtener la vida eterna. Sea humilde, mansa, buena, compasiva y tierna de corazón. No mire ni hable de las faltas de los demás. Recuerde que Ud. se asemeja a lo que observa. La vida eterna vale todo para nosotros. Hablemos de la bondad, el poder y la gloria de Cristo. Ud. puede ser una bendición en la iglesia si deja brillar su luz. Por su ejemplo puede enseñar a otros a brillar. No atraiga la oscuridad exaltando el poder del enemigo sobre el del Señor Jesús. Todo lo que tiene que hacer es abrir su corazón a los rayos luminosos que provienen del sol de la gracia y la gloria de Cristo. Hable de la fe pura, santa y sagrada. No dé un testimonio desalentador, porque esto agrada al enemigo. Hable de la bondad de Dios. ¿No tenemos a cada paso, acaso, suficientes motivos para alabarle? Cristo dice: “He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar”. Apocalipsis 3:8. Entonces, pues, no desanimemos a los demás hablando de defectos del carácter. Hable de la luz; el cielo está lleno de luz. Cristo es la luz del mundo. Pronuncie palabras de esperanza, de fortaleza, de consuelo. Desvíe su mirada de las imperfecciones de los demás, y muestre a los que la rodean, por medio de la piedad práctica, un camino mejor. Deseo que recobre todo lo que perdió. No actúe de acuerdo con sus impulsos en perjuicio de otras almas. Muestre a sus hijos, en el hogar, el camino a Cristo. Necesitamos apreciar más completamente el valor de la educación dada en el hogar: un poco de amor y ternura aquí, y otro poco allá, línea sobre línea en amor. Las palabras agradables harán maravillas. Que Dios le ayude, mi querida hermana, es mi oración.—Carta 148, del 11 de noviembre de 1900, a la esposa adventista de un hombre de negocios próspero pero incrédulo.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374