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Revelaciones de la voluntad de Dios, 23 de noviembre https://ift.tt/bU9ldBt Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Juan 5:19. Estamos seguros si hacemos la voluntad de nuestro Padre celestial... Observe la completa dependencia del Hijo en el Padre, como lo demuestran las palabras “no puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre”, y la obediencia implícita en las palabras “porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente”. Juan 5:19. No menos completa debe ser nuestra dependencia de Cristo, y no menos implícita nuestra obediencia. Las palabras de Jesús acerca de este asunto son definidas. El se pone a la cabeza de la humanidad, y da a los seres humanos un ejemplo de perfecta obediencia. “Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace”. Vers. 20. En nuestro beneficio, Cristo vino al mundo para hacernos conocer la voluntad de su Padre y para mostrar a los seres humanos lo que deben llegar a ser antes de presentarse delante de Dios en las cortes celestiales. Es nuestra tarea obedecer a Dios; conocer y obedecer las leyes de su reino. Dios escogió a Israel para que fuera su pueblo, y mediante su todopoderosa fortaleza los liberó de la esclavitud egipcia. Los egipcios vieron y sintieron el azote de Dios. La tierra entera dio testimonio del poder de Aquel que gobierna en los cielos. Todo Egipto quedó desolado antes que Faraón se sometiera a la voluntad de Dios. Así obró el Señor para guiar a su pueblo en todas las edades futuras, con el propósito de magnificar su poder y de que lo miraran como el Legislador supremo. El Hijo de Dios, oculto en la columna de nubes, fue el dirigente de los hijos de Israel, el que supervisó cada fase de su experiencia. El los educó y disciplinó, a menudo probando su fe. Huyendo de las huestes del Faraón, se encontraron una vez rodeados por montañas inaccesibles, con el Mar Rojo delante de ellos, y por detrás, el enemigo que se acercaba. Vino el mandato: “Avancen”. Cuando obedecieron, las aguas se abrieron delante de ellos. En su peregrinaje por el desierto, los israelitas fueron guiados y protegidos por la columna de nubes durante el día y por la columna de fuego durante la noche... Moisés, el dirigente visible de los israelitas, fue admitido en los concilios secretos del Altísimo. Al pueblo se le dio evidencia de que Moisés realmente hablaba con Dios, que recibía de El la instrucción que les daba... La filosofía divina de Dios se revela en la experiencia de Israel, escogido por El de entre las naciones para ser su pueblo peculiar. De su trato con ellos aprendemos que se le debe obedecer, y que los que están determinados a exaltarse a sí mismos deben ser excluidos.—Carta 259, del 23 de noviembre de 1903, dirigida a la “querida hermana Hall”.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374