Hijos e Hijas de Dios


José, un caballero cristiano, 9 de noviembre https://ift.tt/MZvJ3az Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. Génesis 39:21. José consideraba su esclavitud en Egipto como la mayor calamidad que podría haberle sucedido; pero vio la necesidad de confiar en Dios como nunca antes lo había hecho bajo la protección del amor de su padre. José llevó a Dios consigo a Egipto, y ese hecho resultó evidente por su conducta jovial en medio de sus penas. Lo mismo que el arca de Dios acarreó prosperidad y reposo a Israel, este joven amante de Dios, temeroso de Dios, llevó una bendición a Egipto. Y ésta se manifestó en forma tan obvia, que Potifar, en cuya casa servía, atribuyó todos sus beneficios al esclavo que había comprado, y lo consideró un hijo, más bien que un siervo.—The Youth’s Instructor, 11 de marzo de 1897. La religión de José conservó su dulce carácter y su grande y ardiente simpatía por la humanidad, a pesar de todas sus aflicciones. Hay quienes se tornan ásperos, poco generosos, ceñudos y descorteses en sus palabras y comportamiento, si piensan que no se los ha tratado con justicia. Se hunden desanimados, rencorosos, odiando a los demás. Pero José era cristiano. No bien ingresa a la vida de la prisión, pone todo el esplendor de sus principios cristianos en ejercicio activo; comienza a hacerse útil a los demás. Se informa de las dificultades de sus compañeros de prisión. Es alegre, porque es un caballero cristiano. Dios lo preparaba bajo esta disciplina para un puesto de gran responsabilidad, honor y utilidad, y él estaba deseoso de aprender; recibió bondadosamente las lecciones que el Señor le enseñaba. Aprendió a llevar el yugo en su juventud. Aprendió a gobernar aprendiendo primero la obediencia él mismo. Se humilló, y el Señor lo exaltó a un honor especial.—The S.D.A. Bible Commentary 1:1097.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374