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Sabbath School


Comentarios Elena G.W https://ift.tt/WcM7re1 La crisis que arrostró Ester exigía presta y fervorosa acción; pero tanto ella como Mardoqueo se daban cuenta de que a menos que Dios obrase poderosamente en su favor, de nada valdrían sus propios esfuerzos. De manera que Ester tomó tiempo para comulgar con Dios, fuente de su fuerza. Indicó a Mardoqueo: “Ve, y junta a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche ni día: yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y así entraré al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.” Ester 4:16. Los acontecimientos que se produjeron en rápida sucesión: la aparición de Ester ante el rey, el señalado favor que le manifestó, los banquetes del rey y de la reina con Amán como único huésped, el sueño perturbado del rey, los honores tributados en público a Mardoqueo y la humillación y caída de Amán al ser descubierta su perversa maquinación, son todas partes de una historia conocida. Dios obró admirablemente en favor de su pueblo penitente; y un contradecreto promulgado por el rey, para permitir a los judíos que pelearan por su vida, se comunicó rápidamente a todas partes del reino por correos montados, que “salieron apresurados y constreñidos por el mandamiento del rey... Y en cada provincia y en cada ciudad donde llegó el mandamiento del rey, los Judíos tuvieron alegría y gozo, banquete y día de placer. Y muchos de los pueblos de la tierra se hacían Judíos, porque el temor de los Judíos había caído sobre ellos.” Ester 8:14, 17 (Profetas y reyes, pp. 442, 443). [Daniel] siguió postrándose delante de Dios “abiertas las ventanas de su cámara”. Consideraba la súplica a Dios de tan grande importancia que prefería sacrificar su vida antes que abandonarla. Debido a su insistencia en orar a Dios fue arrojado al foso de los leones. Los ángeles malignos habían cumplido su propósito. Pero Daniel continuó orando aun en el foso de los leones. ¿Sería destruido? ¿Lo olvidaría Dios allí? Oh, no; Jesús, el poderoso Comandante de las huestes celestiales, envió a su ángel para cerrar las bocas de los hambrientos leones a fin de que no dañaran al suplicante hombre de Dios… Satanás y sus ángeles fueron derrotados y se llenaron de ira… La oración de fe es la gran fortaleza del cristiano y ciertamente prevalecerá contra Satanás. Por eso él insinúa que no necesitamos orar. Él detesta el nombre de Jesús, nuestro Abogado; y cuando acudimos sinceramente a él en busca de ayuda, la hueste satánica se alarma. Cuando descuidamos la oración actuamos de acuerdo con su propósito, porque entonces sus maravillas mentirosas se reciben con más facilidad (Testimonios para la iglesia, t. 1, pp. 266, 267). Ahora y hasta el fin del tiempo, el pueblo de Dios debiera ser más ferviente, más despierto, no confiando en su propia sabiduría sino en la de su Dirigente. Debieran apartar días para el ayuno y la oración. Quizás no se requiera una abstinencia completa de alimento, pero debieran comer frugalmente de los alimentos más sencillos (Eventos de los últimos días, p. 83).

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