El Cristo Triunfante


Las consecuencias de oponerse a los planes de Dios, 20 de enero https://ift.tt/UynBrsY “Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí”. Génesis 3:13. El propósito de Dios era repoblar el cielo con la familia humana, si hubiera demostrado obediencia a cada palabra divina. Adán había de ser probado para ver si iba a ser obediente, como los ángeles leales, o desobediente. Si hubiera soportado la prueba, habría instruido a sus hijos solamente en un sendero de lealtad. Su mente y sus pensamientos habrían sido como la mente y los pensamientos de Dios... Satanás, el príncipe caído, tuvo celos de Dios. Por medio de sutilezas, astucia y engaños, estaba decidido a derrotar el propósito divino. Se acercó a Eva no bajo la forma de un ángel, sino como una serpiente sutil, astuta y engañosa. Y le habló con una voz que parecía provenir de la serpiente... Mientras Eva lo escuchaba, las advertencias que Dios le había hecho se esfumaron de su mente. Ella cedió a la tentación, y al tentar a Adán, él también olvidó las advertencias de Dios. Así él creyó a las palabras del enemigo de Dios... La mentira de Satanás a Eva: “No moriréis”, ha resonado a través de los siglos, de generación en generación. Así fue como Satanás tentó a nuestros primeros padres, y del mismo modo nos tienta hoy... Adán y Eva fueron expulsados del Edén y un ángel con una espada de fuego guardó el camino hacia el árbol de la vida a fin de que la desleal y desobediente pareja no tuviera acceso a él e inmortalizara de este modo la transgresión. Observa este punto. El Señor no concedió al Adán caído y desobediente la misma confianza que depositó en el Adán leal y puro que vivía de toda palabra que sale de la boca de Dios... Los ojos de Adán y Eva fueron realmente abiertos, pero ¿para qué? Para ver su propia vergüenza y ruina, para comprender que el ropaje de luz celestial que los había protegido ya no los rodeaba como una salvaguardia. Sus ojos se abrieron para ver que su desnudez era el fruto de la transgresión... Todos aquellos que en estos días permitan que Satanás los utilice como instrumentos para conducir a otros a ignorar los mandamientos de Dios, están bajo la maldición del Cielo. Nuestra única seguridad se encuentra en manifestar una fe indivisa en un “Así dice el Señor”. Esta es la declaración de la verdad. Los que se aparten de la verdad por cualquier motivo, por grande que fuera su sabiduría y reputación, y se aventuren a recorrer una senda de su propia elección, estarán siguiendo a un falso líder y él los conducirá por sendas extraviadas.—Carta 91, 1900.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374