La inversión más provechosa, 21 de marzo https://ift.tt/DafQlT9 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. Salmos 139:14. La vida tan solo se nos da transitoriamente: y todos debiéramos hacernos la pregunta: ¿Cómo puedo invertir mi vida de modo que rinda el mayor provecho posible? La vida es valiosa únicamente si la empleamos para el beneficio de nuestros prójimos y la gloria de Dios. El cultivo cuidadoso de las facultades con que el Creador nos ha dotado nos capacitará para la utilidad aquí y la vida eterna en el mundo venidero. El tiempo bien empleado es el que se dedica al establecimiento y conservación de la buena salud física y mental... Es fácil perder la salud, pero es difícil recuperarla... No podemos permitirnos el empequeñecer o dañar una sola función de la mente o del cuerpo por excesivo trabajo o por el abuso de cualquier parte de la maquinaria viviente. Tan ciertamente como lo hagamos, sufriremos las consecuencias. Nuestro primer deber para Dios y nuestros prójimos es desarrollar todas nuestras facultades. Debiera cultivarse hasta el máximo grado de perfección cada facultad con que el Creador nos ha dotado... Se necesita la gracia de Cristo para refinar y purificar la mente; esta voluntad nos capacita para ver y corregir nuestras deficiencias y para mejorar lo que es excelente en nuestro carácter. Esta obra, efectuada en nosotros por la fortaleza y nombre de Jesús, será de más beneficio para la sociedad que cualquier sermón que podamos predicar... Hay pocos todavía que se han dado cuenta lo suficiente como para comprender cómo sus hábitos de alimentación tienen que ver con su salud, su carácter, su utilidad en este mundo y su destino eterno. El apetito siempre debiera estar sometido... El cuerpo debiera ser siervo de la mente, y no la mente del cuerpo. Todos debieran entender en cuanto a su organismo físico lo que el salmista pudo decir: “Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido formado”.—The Review and Herald, 23 de septiembre de 1884.
"Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar." Habacuc 2:14 "Entonces el dragón...se fue a hacer guerra contra...los que guardan los mandamientos de Dios y tienen...el espíritu de la profecía." Apoc. 12:17; 19:10
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