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Nuestra desesperada condición pecaminosa, 22 de marzo https://ift.tt/OLw49s1 Y me buscaréis y hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado de vosotros, dice Jehová. Jeremías 29:13, 14. “Por naturaleza estamos enemistados con Dios. El Espíritu Santo describe nuestra condición en palabras como éstas: ‘muertos en las transgresiones y los pecados,’ ‘la cabeza toda está ya enferma, el corazón todo desfallecido,’ ‘no queda ya en él cosa sana.’ Estamos enredados fuertemente en los lazos de Satanás; ‘por el cual han sido apresados, para hacer su voluntad.’ Dios quiere sanarnos y libertarnos. Pero, puesto que esto demanda una transformación completa y la renovación de toda nuestra naturaleza, debemos entregarnos a él enteramente. “La guerra contra nosotros mismos es la batalla más grande que jamás hayamos tenido. El rendirse a sí mismo, entregando todo a la voluntad de Dios, requiere una lucha; mas para que el alma sea renovada en santidad, debe someterse antes a Dios.”—El Camino a Cristo, 31. “Muchos se dan cuenta de su impotencia; desean con ansias aquella vida espiritual que los pondrá en armonía con Dios, y se esfuerzan por conseguirla, pero en vano.... Que alcen sus miradas estos desesperados que están siempre luchando.... Mirad al Salvador. Su gracia es capaz de vencer el pecado. Volved a él vuestro corazón agradecido, tembloroso de incertidumbre. Echad mano de la esperanza puesta ante vosotros.... Su fuerza ayudará vuestra flaqueza; os guiará paso a paso. Poned vuestra mano en la suya, y dejaos guiar por él.... Siempre está cerca. Su amorosa presencia os envuelve. Buscadle sabiendo que desea dejarse hallar por vosotros.”—El Ministerio de Curación, 77, 78. “La promesa de Dios es: ‘me buscaréis y hallaréis cuando me buscareis de todo vuestro corazón.’”—El Camino a Cristo, 31.
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