¡Maranata: El Senor Viene!
A prueba de tentaciones, 24 de marzo https://ift.tt/9NbyLvE Presentaos vosotros mismos a Dios... y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros. Romanos 6:13, 14. No hay poder capaz de quebrantar el yugo del mal y libertar de él los corazones de los hombres, sino el poder de Dios en Jesucristo. Sólo mediante la sangre del Crucificado hay purificación del pecado. Sólo la gracia de Cristo puede habilitarnos para resistir y dominar las inclinaciones de nuestra naturaleza caída.49El Ministerio de Curación, 335. El valor infinito del sacrificio requerido para nuestra redención, pone de manifiesto el hecho de que el pecado es un tremendo mal. Debido al pecado, el organismo humano entero se sale de quicio, la mente se pervierte y la imaginación se corrompe. El pecado ha degradado las facultades del alma. Las tentaciones externas encuentran eco en el corazón, y los pies se orientan imperceptiblemente hacia el mal. Del mismo modo que el sacrificio realizado en nuestro favor fue completo, nuestra restauración de la contaminación del pecado debe ser completa. La ley no excusará ningún acto impío; no hay injusticia que escape a su condenación. La vida de Cristo fue un perfecto cumplimiento de cada precepto de la ley. Él dijo: “Yo he guardado los mandamientos de mi Padre”. Juan 15:10. Su vida es nuestra norma de obediencia y servicio.50Testimonies for the Church 8:312. Hoy Satanás presenta las mismas tentaciones que presentó a Cristo, ofreciéndonos los reinos del mundo a cambio de nuestra sumisión. Pero no tienen poder las tentaciones de Satanás sobre aquel que contempla a Jesús como el Autor y Consumador de su fe. No puede hacer pecar al que acepte por fe las virtudes de Aquel que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.51Mensajes Selectos 1:262. La expulsión del pecado es obra del alma misma. Por cierto, no tenemos poder para librarnos a nosotros mismos del dominio de Satanás; pero cuando deseamos ser libertados del pecado, y en nuestra gran necesidad clamamos por un poder exterior y superior a nosotros, las facultades del alma quedan dotadas de la fuerza divina del Espíritu Santo y obedecen los dictados de la voluntad, en cumplimiento de la voluntad de Dios.52El Deseado de Todas las Gentes, 431, 432.
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