¡Maranata: El Senor Viene!


Conozcamos mejor a Dios, 9 de marzo https://ift.tt/2WdeQVK Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado. Juan 17:3. Sólo si conocemos a Dios aquí podemos prepararnos para salir a su encuentro cuando venga... Pero muchos de los que profesan creer en Cristo no conocen a Dios. Su religión es meramente superficial. No aman a Dios; no estudian su carácter; por lo tanto, no saben cómo confiar, cómo mirar y vivir. No saben lo que es el amor que confía, o lo que significa avanzar por fe. No aprecian ni aprovechan las oportunidades de escuchar y recibir los mensajes del amor de Dios. No pueden comprender que tienen el deber de recibir, para poder enriquecer a los demás. La sabiduría del mundo no logra conocer a Dios. Muchos han hablado con elocuencia acerca de él, pero sus razonamientos no acercan a los hombres a Dios, porque ellos mismos no tienen una relación vital con él. Al pretender ser sabios, llegan a ser insensatos. Su conocimiento de Dios es imperfecto. No concuerdan con él.16The Review and Herald, 3-2-1903. No podemos descubrir a Dios mediante la investigación. Pero él se ha revelado en su Hijo, que es el resplandor de la gloria del Padre y la expresa imagen de su persona. Si deseamos un conocimiento de Dios, debemos ser como Cristo... El vivir una vida pura por fe en Cristo como Salvador personal, llevará al creyente a un concepto más claro y elevado de Dios.17Le Foyer Chrétien, 11. Cristo es una perfecta revelación de Dios. “A Dios nadie le vio jamás—dice él—; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. Juan 1:18. Sólo si conocemos a Cristo podremos conocer a Dios. Y a medida que lo contemplemos, seremos transformados a su imagen, preparados para salir a su encuentro cuando venga... Ahora es el tiempo de preparación para la venida de nuestro Señor. La preparación para salir a su encuentro no se obtiene en un momento. Como preparación para esa solemne escena debe haber espera y vigilancia, combinadas con ferviente trabajo. Así los hijos de Dios lo glorifican. En medio de las activas escenas de la vida, se escucharán sus voces con palabras de ánimo, esperanza y fe. Todo lo que tienen y son está consagrado al servicio del Maestro. Así se preparan para salir al encuentro de su Señor.18The Review and Herald, 3-2-1903.

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¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374