Sabbath School
Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática https://ift.tt/j4W9oMy @seguidores @destacar Dos grandes poderes antagónicos se revelan en la última gran batalla. En un lado está el Creador del cielo y de la tierra; todos los que están a su lado llevan su sello; son obedientes a sus mandamientos. Al otro lado está el príncipe de las tinieblas con los que han preferido la apostasía y la rebelión. Este es un tiempo solemne y terrible para la iglesia. Los ángeles 424 ya están ceñidos, esperando el mandato de Dios para derramar sus copas de ira sobre el mundo. Los ángeles destructores están por emprender la obra de la venganza, porque el Espíritu de Dios se está retirando gradualmente del mundo. Satanás también está preparando sus fuerzas del mal, saliendo “a los reyes de la tierra en todo el mundo” para reunirlos bajo su bandera y prepararlos para “la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso”. Satanás hará enormes esfuerzos para obtener el dominio en el último gran conflicto. Se sacarán a la luz principios fundamentales, y habrá que tomar decisiones con respecto a ellos. El escepticismo está prevaleciendo por todas partes. La impiedad abunda. La fe de los miembros de la iglesia será probada en forma individual, como si no hubiera otra persona en el mundo (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 7, pp. 993, 994). Cuando el engañador comienza su obra de seducción, encuentra con frecuencia disparidad de gustos y hábitos; pero haciendo grandes alardes de piedad, conquista la confianza, y cuando lo ha hecho, su astuto poder engañoso se ejerce a su manera para realizar sus planes… Hombres que profesan tener nueva luz, que aseveran ser reformadores, ejercerán gran influencia sobre cierta clase de personas que reconocen las herejías de la época actual, y no están satisfechas con la condición espiritual que existe en las iglesias. Con corazón veraz y sincero, desean ver un cambio hacia lo mejor, una elevación a una norma superior. Si los fieles siervos de Cristo les presentasen la verdad en su forma pura y sin adulteración, estas personas la aceptarían y se purificarían obedeciéndola. Pero Satanás, que vela siempre, sigue el rastro de estas almas investigadoras. Se les presenta alguien que hace una alta profesión de fe, como Satanás cuando fue a Cristo disfrazado de ángel de luz, y las atrae aún más lejos de la senda recta (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 134, 135). En cada siglo, desde la caída de Adán, la oposición de las agencias del mal ha hecho una guerra continua de las vidas de quienes desean ser leales y fieles a los mandamientos de Dios. Quienes deseen ser finalmente victoriosos, deben enfrentar y vencer a las fuerzas de Satanás, quien con fiera determinación se opone a cada paso de avance. Tienen que hacer frente a un enemigo vigilante, a un enemigo astuto que nunca duerme y que trata incansablemente de minar la fe de los siervos de Dios e inducirlos a llevar a cabo los planes de su hechura [de Satanás]… El bien y el mal nunca armonizan. Entre la luz y las tinieblas no puede haber componendas. La verdad es luz revelada; el error es oscuridad. La luz no tiene comunión con las tinieblas, ni la justicia con la injusticia… Dios ha provisto la armadura y las armas con las cuales cada uno tiene que combatir. Vístanse los soldados de Cristo toda la armadura de Dios y no vacilen frente a los ataques de Satanás (In Heavenly Places, p. 260; parcialmente en En los lugares celestiales, 10 de septiembre, p. 262).
¡Visita Sabbath School!
Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática https://ift.tt/j4W9oMy @seguidores @destacar Dos grandes poderes antagónicos se revelan en la última gran batalla. En un lado está el Creador del cielo y de la tierra; todos los que están a su lado llevan su sello; son obedientes a sus mandamientos. Al otro lado está el príncipe de las tinieblas con los que han preferido la apostasía y la rebelión. Este es un tiempo solemne y terrible para la iglesia. Los ángeles 424 ya están ceñidos, esperando el mandato de Dios para derramar sus copas de ira sobre el mundo. Los ángeles destructores están por emprender la obra de la venganza, porque el Espíritu de Dios se está retirando gradualmente del mundo. Satanás también está preparando sus fuerzas del mal, saliendo “a los reyes de la tierra en todo el mundo” para reunirlos bajo su bandera y prepararlos para “la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso”. Satanás hará enormes esfuerzos para obtener el dominio en el último gran conflicto. Se sacarán a la luz principios fundamentales, y habrá que tomar decisiones con respecto a ellos. El escepticismo está prevaleciendo por todas partes. La impiedad abunda. La fe de los miembros de la iglesia será probada en forma individual, como si no hubiera otra persona en el mundo (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 7, pp. 993, 994). Cuando el engañador comienza su obra de seducción, encuentra con frecuencia disparidad de gustos y hábitos; pero haciendo grandes alardes de piedad, conquista la confianza, y cuando lo ha hecho, su astuto poder engañoso se ejerce a su manera para realizar sus planes… Hombres que profesan tener nueva luz, que aseveran ser reformadores, ejercerán gran influencia sobre cierta clase de personas que reconocen las herejías de la época actual, y no están satisfechas con la condición espiritual que existe en las iglesias. Con corazón veraz y sincero, desean ver un cambio hacia lo mejor, una elevación a una norma superior. Si los fieles siervos de Cristo les presentasen la verdad en su forma pura y sin adulteración, estas personas la aceptarían y se purificarían obedeciéndola. Pero Satanás, que vela siempre, sigue el rastro de estas almas investigadoras. Se les presenta alguien que hace una alta profesión de fe, como Satanás cuando fue a Cristo disfrazado de ángel de luz, y las atrae aún más lejos de la senda recta (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 134, 135). En cada siglo, desde la caída de Adán, la oposición de las agencias del mal ha hecho una guerra continua de las vidas de quienes desean ser leales y fieles a los mandamientos de Dios. Quienes deseen ser finalmente victoriosos, deben enfrentar y vencer a las fuerzas de Satanás, quien con fiera determinación se opone a cada paso de avance. Tienen que hacer frente a un enemigo vigilante, a un enemigo astuto que nunca duerme y que trata incansablemente de minar la fe de los siervos de Dios e inducirlos a llevar a cabo los planes de su hechura [de Satanás]… El bien y el mal nunca armonizan. Entre la luz y las tinieblas no puede haber componendas. La verdad es luz revelada; el error es oscuridad. La luz no tiene comunión con las tinieblas, ni la justicia con la injusticia… Dios ha provisto la armadura y las armas con las cuales cada uno tiene que combatir. Vístanse los soldados de Cristo toda la armadura de Dios y no vacilen frente a los ataques de Satanás (In Heavenly Places, p. 260; parcialmente en En los lugares celestiales, 10 de septiembre, p. 262).
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