Dios nos Cuida


Dios nos Cuida
La venida del consolador, 14 de mayo Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. Juan 14:16-17. https://ift.tt/RzN72wb Cristo estaba por irse a su hogar celestial, pero aseguró a sus discípulos que enviaría al Consolador que habitaría con ellos para siempre. Todos pueden confiar implícitamente en la dirección de ese Consolador. Es el Espíritu de verdad; pero el mundo no puede ver ni recibir esa verdad... Cristo quería que sus discípulos comprendieran que no los dejaría huérfanos. “No os dejaré huérfanos”, declaró; “vendré a vosotros”. Juan 14:18. ¡Preciosa y gloriosa seguridad de vida eterna! Aunque Cristo iba a estar ausente, la relación de ellos con él había de ser como la de un hijo con su padre... Las palabras dirigidas a los discípulos nos llegan a través de las palabras de ellos. El Consolador es nuestro tanto como de ellos, en todos los tiempos y en todos los lugares, en todos los dolores y en todas las aflicciones, cuando las perspectivas parecen oscuras y confuso el futuro, y nos sentimos desvalidos y solos. Entonces es cuando el Consolador será enviado en respuesta a la oración de fe. No hay consolador como Cristo, tan tierno y tan leal. Está conmovido por los sentimientos de nuestras debilidades. Su Espíritu habla al corazón. Las circunstancias pueden separarnos de nuestros amigos; el amplio e inquieto océano puede agitarse entre nosotros y ellos. Aunque exista su sincera amistad, quizá no puedan demostrarla haciendo para nosotros lo que recibiríamos con gratitud. Pero ninguna circunstancia ni distancia puede separarnos del Consolador celestial. Doquiera estemos, doquiera vayamos, siempre está allí, Alguien que está en el lugar de Cristo para actuar por él. Siempre está a nuestra diestra para dirigirnos palabras suaves y amables, para apoyar, sostener, defender y animar. La influencia del Espíritu Santo es la vida de Cristo en el alma. Este Espíritu obra dentro y por medio de cada uno que recibe a Cristo. Aquellos que conocen la morada interna del Espíritu, revelan el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374