Sunday, August 11 Viendo claramente Comentarios Elena G.W https://ift.tt/eJ8dflK @seguidores @destacar Jesús y sus discípulos… estaban [ahora] fuera de los límites de Galilea, en una región donde prevalecía la idolatría. Allí se encontraban los discípulos apartados de la influencia predominante del judaísmo y relacionados más íntimamente con el culto pagano. En derredor de sí, veían representadas las formas de la superstición que existían en todas partes del mundo. Jesús deseaba que la contemplación de estas cosas los indujese a sentir su responsabilidad hacía los paganos. Durante su estada en dicha región, trató de substraerse a la tarea de enseñar a la gente, a fin de dedicarse más plenamente a sus discípulos. Iba a hablarles de los sufrimientos que le aguardaban. Pero primero se apartó solo y rogó a Dios que sus corazones fuesen preparados para recibir sus palabras. Al reunírseles, no les comunicó en seguida lo que deseaba impartirles. Antes de hacerlo, les dio una oportunidad de confesar su fe en él para que pudiesen ser fortalecidos para la prueba venidera (El Deseado de todas las gentes, p. 379). Jesús [preguntó a los discípulos]: “Y vosotros, ¿quién decís que soy?” Pedro respondió: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”… Pedro había expresado la fe de los doce. Sin embargo, los discípulos distaban mucho de comprender la misión de Cristo. La oposición y las mentiras de los sacerdotes y gobernantes, aun cuando no podían apartarlos de Cristo, les causaban gran perplejidad. Ellos no veían claramente el camino. La influencia de su primera educación, la enseñanza de los rabinos, el poder de la tradición, seguían interceptando su visión de la verdad. De vez en cuando resplandecían sobre ellos los preciosos rayos de luz de Jesús; mas con frecuencia eran como hombres que andaban a tientas en medio de las sombras. Pero en ese día, antes que fuesen puestos frente a frente con la gran prueba de su fe, el Espíritu Santo descansó sobre ellos con poder. Por un corto tiempo sus ojos fueron apartados de “las cosas que se ven”, para contemplar “las que no se ven”. 2 Corintios 4:18. Bajo el disfraz de la humanidad, discernieron la gloria del Hijo de Dios (El Deseado de todas las gentes, pp. 379, 380). La verdad que Pedro había confesado es el fundamento de la fe del creyente. Es lo que Cristo mismo ha declarado ser vida eterna. Pero la posesión de este conocimiento no era motivo de engreimiento. No era por ninguna sabiduría o bondad propia de Pedro por lo que le había sido revelada esa verdad. Nunca puede la humanidad de por sí alcanzar un conocimiento de lo divino. “Es más alto que los cielos: ¿qué harás? Es más profundo que el infierno: ¿cómo lo conocerás?” Job 11:8. Únicamente el espíritu de adopción puede revelarnos las cosas profundas de Dios, que… “nos las ha revelado Dios por medio de su Espíritu; porque el Espíritu escudriña todas las cosas, y aun las cosas profundas de Dios”. 1 Corintios 2:10. “El secreto de Jehová es para los que le temen”; y el hecho de que Pedro discernía la gloria de Dios era evidencia de que se contaba entre los que habían sido “enseñados de Dios”. Salmo 25:14; Juan 6:45 (El Deseado de todas las gentes, pp. 380, 381).
"Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar." Habacuc 2:14 "Entonces el dragón...se fue a hacer guerra contra...los que guardan los mandamientos de Dios y tienen...el espíritu de la profecía." Apoc. 12:17; 19:10
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