Wednesday, August 07 Con la lengua trabada Comentarios Elena G.W para las Lecciones de Escuela Sabática https://ift.tt/8ArnmPY @seguidores @destacar En la región de Decápolis era donde los endemoniados de Gádara habían sido sanados. Allí la gente, alarmada por la destrucción de los cerdos, había obligado a Jesús a apartarse de entre ella. Pero había escuchado a los mensajeros que él dejara atrás, y se había despertado el deseo de verle. Cuando Jesús volvió a esa región, se reunió una muchedumbre en derredor de él y le trajeron a un hombre sordo y tartamudo. Jesús no sanó a ese hombre, como era su costumbre, por una sola palabra. Apartándole de la muchedumbre, puso sus dedos en sus oídos y tocó su lengua; mirando al cielo, suspiró al pensar en los oídos que no querían abrirse a la verdad, en las lenguas que se negaban a reconocer al Redentor. A la orden: “Sé abierto”, le fue devuelta al hombre la facultad de hablar y, violando la recomendación de no contarlo a nadie, publicó por todas partes el relato de su curación (El Deseado de todas las gentes, p. 371). Los siervos de Cristo deben testificar por su Jefe con el poder del Espíritu Santo. El intenso deseo con el cual el Salvador anheló salvar a los pecadores debe caracterizar todos sus esfuerzos. La misericordiosa invitación, hecha primero por el Salvador, debe ser repetida por voces humanas, y resonar en todo el mundo: “Y el que quiere, tome del agua de la vida de balde”. Apocalipsis 22:17. La iglesia debe decir: “Ven”. Todas las energías de la iglesia deben ser movilizadas al servicio de Cristo. Los discípulos de Jesús deben unirse con el fin de realizar un esfuerzo enérgico para llamar la atención del mundo hacia las profecías de la Palabra de Dios, que se están cumpliendo rápidamente. La incredulidad y el espiritismo están adquiriendo sobre el mundo un dominio cada vez mayor. ¿Permanecerán ahora también fríos e incrédulos los que recibieron gran luz? (Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 43). Aquel cuyo corazón está resuelto a servir a Dios encontrará oportunidades para testificar en su favor. Las dificultades serán impotentes para detener al que esté resuelto a buscar primero el reino de Dios y su justicia. Por el poder adquirido en la oración y el estudio de la Palabra, buscará la virtud y abandonará el vicio. Mirando a Jesús, el autor y consumador de la fe, quien soportó la contradicción de los pecadores contra sí mismo, el creyente afrontará voluntariamente y con valor el desprecio y el escarnio. Aquel cuya palabra es verdad promete ayuda y gracia suficientes para toda circunstancia. Sus brazos eternos rodean al alma que se vuelve a él en busca de ayuda. Podemos reposar confiadamente en su solicitud, diciendo: “En el día que temo, yo en ti confío”. Salmo 56:3. Dios cumplirá su promesa con todo aquel que deposite su confianza en él. Por su propio ejemplo el Salvador ha demostrado que sus seguidores pueden estar en el mundo y con todo, no ser del mundo. No vino para participar de sus ilusorios placeres… sino para hacer la voluntad de su Padre, para buscar y salvar a los perdidos. Con este propósito, el cristiano puede permanecer sin contaminación en cualquier circunstancia. No importa su situación o condición, sea exaltada o humilde, manifestará el poder de la religión verdadera en el fiel cumplimiento del deber (Los hechos de los apóstoles, pp. 372, 373).
"Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar." Habacuc 2:14 "Entonces el dragón...se fue a hacer guerra contra...los que guardan los mandamientos de Dios y tienen...el espíritu de la profecía." Apoc. 12:17; 19:10
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