A Fin de Conocerle


Esperad la dirección de Dios, 3 de septiembre He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros. Salmos 123:2. https://ift.tt/h8MYDmu Los hijos de Dios deberían cultivar una aguda sensibilidad para el pecado. ... Una de las invenciones más exitosas de Satanás consiste en inducir a los hombres a cometer pecaditos, en cegar su mente al peligro de transigir en las cosas pequeñas, en hacer pequeñas digresiones de los claros requerimientos de Dios. Muchos que se estremecerían de horror ante la idea de cometer grandes transgresiones, son inducidos a considerar el pecado en las cuestiones pequeñas como de poca importancia. Pero estos pecaditos carcomen la vida de la piedad en el alma. Los pies que entran en una senda que se aparta del camino correcto van hacia el camino ancho que termina en muerte. Dios pide que le demostremos nuestra lealtad prestándole una obediencia indiscutible. Al decidir acerca de una conducta, no deberíamos preguntar únicamente si producirá algún daño, sino también si contraría la voluntad de Dios. Debemos aprender a desconfiar del yo y a confiar enteramente en la dirección y el apoyo de Dios; debemos pedir el conocimiento de su voluntad y fuerza para realizarla. Debemos estar más en comunión con Dios. Nuestra única seguridad consiste en orar en secreto, orar mientras trabajamos, orar mientras caminamos, orar en la noche, tener los pensamientos siempre elevados hacia Dios. ... Así fue como nuestro Ejemplo obtuvo fuerza para recorrer el espinoso camino que lo condujo desde Nazaret hasta el Calvario. Cristo, el Inmaculado, sobre quien se derramó el Espíritu Santo sin medida, reconoció constantemente su dependencia de Dios, y buscó renovada provisión de la Fuente de poder y sabiduría. Cuánto más los seres finitos y falibles deberían sentir esta necesidad de ayuda divina.—The Review and Herald, 8 de noviembre de 1887.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374