¡Maranata: El Senor Viene!


Septiembre—El fin del tiempo de prueba Ante juzgados y concilios, 1 de septiembre Hablaré de tus testimonios delante de los reyes, y no me avergonzaré. Salmos 119:46. https://ift.tt/Bvo1gLN En la gran obra final, nos encontraremos con perplejidades que no sabremos cómo afrontar, pero no olvidemos que los tres grandes poderes del cielo están actuando, que una mano divina maneja el timón y que Dios obrará para que se realicen sus propósitos.1Manuscrito 118, 1902. Llegará el tiempo cuando seremos llevados ante concilios y multitudes por causa de su nombre, y cada uno tendrá que dar razón de su fe.2The Review and Herald, 18-12-1888. Toda proposición relativa a la verdad presentada por nuestros hermanos tendrá que soportar la crítica de los más grandes intelectos; los más encumbrados de los grandes hombres del mundo serán puestos en relación con la verdad, y por lo tanto cada postulado nuestro debiera ser examinado y probado con espíritu crítico por medio de las Escrituras. Ahora parece que nadie nos notara, pero eso no siempre será así. Están sucediendo cosas que nos pondrán sobre el tapete, y si nuestras teorías acerca de la verdad pueden ser desmenuzadas por los historiadores o los más grandes hombres del mundo, eso se hará.3EE, 55. El Señor Jesús dará a sus discípulos un lenguaje y una sabiduría que sus adversarios no podrán contradecir ni resistir. Los que no puedan rebatir con razonamientos los engaños satánicos, presentarán un testimonio afirmativo que confundirá a hombres supuestamente eruditos. De labios de los indoctos brotarán palabras con tal poder de convicción y sabiduría que se producirán conversiones a la verdad. Miles se convertirán por causa de su testimonio. ¿Por qué los hombres sin letras pueden tener ese poder que no tienen los sabios? El iletrado, por fe en Cristo, ha entrado en la atmósfera de la verdad pura y limpia, en tanto que el sabio se ha apartado de ella. El hombre humilde es testigo de Cristo. No puede apelar ni a la historia ni a la así llamada alta ciencia, pero se aferra de las poderosas evidencias de la Palabra de Dios. La verdad que expresa bajo la inspiración del Espíritu es tan pura y notable, y lleva consigo un poder tan incontrovertible, que su testimonio no podrá ser contradicho.4Manuscrito 53, 1905.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374