A Fin de Conocerle
Trabajando el terreno del corazón, 2 de octubre https://ift.tt/YeSxGbL Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia. Oseas 10:12. Que cada miembro de iglesia considere la necesidad de arar el terreno, de limpiarlo cuidadosamente, y sembrar la semilla y cubrirla con tierra, lo cual constituye el laborioso trabajo del agricultor. Es un proceso duro y minucioso. La siembra de la semilla no siempre es agradable para el que la recibe, y algunas veces le produce dificultades porque no siente la virtud de la Palabra y no se somete al proceso del cultivo de la vida espiritual. Los pecados cometidos requieren un sincero arrepentimiento, así como el duro terreno es arado y los grandes terrones son deshechos para poder sembrar la preciosa semilla. Esto representa la severa disciplina de Dios. Con frecuencia hay rebelión, y entonces la disciplina de Dios debe continuar hasta que se quebranta la terca voluntad y se logra la finalidad buscada. Esta obra debe realizarse tanto en las cosas espirituales como naturales. A menudo se necesita severidad para producir la cosecha espiritual. La gran ley de Dios es que sin la debida siembra de la simiente y el cultivo, no se recoge la cosecha. Falta la experiencia. Las bendiciones divinas esperan únicamente que los seres humanos trabajen el terreno espiritual del corazón y se preocupen de cuidar el terreno mientras el Señor está sembrando su simiente. Según como sea la siembra del hombre, así también será la cosecha. Todos los que estudian la Palabra con el firme propósito de quitar el pecado de su vida, y que escudriñan las Escrituras para aprender qué es verdad, recibirán la verdad de la Palabra como un “así dice Jehová”. Se arrepentirán ante los severos reproches de la verdad bíblica. ... El que siembra verdadero arrepentimiento, cosechará la recompensa de las buenas obras.—Carta 291, 1903.
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Trabajando el terreno del corazón, 2 de octubre https://ift.tt/YeSxGbL Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia. Oseas 10:12. Que cada miembro de iglesia considere la necesidad de arar el terreno, de limpiarlo cuidadosamente, y sembrar la semilla y cubrirla con tierra, lo cual constituye el laborioso trabajo del agricultor. Es un proceso duro y minucioso. La siembra de la semilla no siempre es agradable para el que la recibe, y algunas veces le produce dificultades porque no siente la virtud de la Palabra y no se somete al proceso del cultivo de la vida espiritual. Los pecados cometidos requieren un sincero arrepentimiento, así como el duro terreno es arado y los grandes terrones son deshechos para poder sembrar la preciosa semilla. Esto representa la severa disciplina de Dios. Con frecuencia hay rebelión, y entonces la disciplina de Dios debe continuar hasta que se quebranta la terca voluntad y se logra la finalidad buscada. Esta obra debe realizarse tanto en las cosas espirituales como naturales. A menudo se necesita severidad para producir la cosecha espiritual. La gran ley de Dios es que sin la debida siembra de la simiente y el cultivo, no se recoge la cosecha. Falta la experiencia. Las bendiciones divinas esperan únicamente que los seres humanos trabajen el terreno espiritual del corazón y se preocupen de cuidar el terreno mientras el Señor está sembrando su simiente. Según como sea la siembra del hombre, así también será la cosecha. Todos los que estudian la Palabra con el firme propósito de quitar el pecado de su vida, y que escudriñan las Escrituras para aprender qué es verdad, recibirán la verdad de la Palabra como un “así dice Jehová”. Se arrepentirán ante los severos reproches de la verdad bíblica. ... El que siembra verdadero arrepentimiento, cosechará la recompensa de las buenas obras.—Carta 291, 1903.
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