Reflejemos a Jesús
Gedeón conduce a la victoria a trescientos hombres, 12 de noviembre Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? Jueces 6:14. https://ift.tt/aDU2u4z Era Gedeón, hijo de Joás, de la tribu de Manasés. La rama a la cual pertenecía esta familia no desempeñaba ningún cargo destacado, pero la casa de Joás se distinguía por su valor y su integridad... A Gedeón llamó, pues, el Señor para libertar a su pueblo... De repente “el ángel de Jehová se le apareció” y le dirigió estas palabras: “Jehová está contigo, varón esforzado y valiente”. Jueces 6:12. “Ah, señor mío—fue su respuesta—, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto?” cap. 6:13. El Mensajero celestial le respondió: “Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”.. La hueste que iba al mando de Gedeón no pasaba de treinta y dos mil hombres; pero mientras estaba el inmenso ejército enemigo desplegado delante de él, le dirigió el Señor las siguientes palabras: “El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad”. cap. 7:2, 3. Gedeón obedeció las instrucciones del Señor, y con el corazón oprimido vio marcharse para sus hogares a veintidós mil hombres, o sea más de las dos terceras partes de su ejército. Nuevamente oyó la voz de Dios decirle: “Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré”. cap. 7:4. Algunos tomaron apresuradamente un poco de agua en la mano, y la sorbieron mientras caminaban; pero casi todos se hincaron, y bebieron a sus anchas de la superficie del arroyo. Aquellos que tomaron el agua en la mano no fueron sino trescientos entre diez mil; no obstante, fueron elegidos, y al resto se le permitió volver a sus hogares. El carácter se prueba a menudo por los medios más sencillos... No sólo poseían valor y dominio de sí mismos los trescientos hombres elegidos, sino que eran también hombres de fe... Dios podía dirigirlos... En medio de la noche, al toque del cuerno de guerra de Gedeón, las tres compañías tocaron sus trompetas; y luego, rompiendo sus cántaros, sacaron a relucir las antorchas encendidas y se precipitaron contra el enemigo lanzando el terrible grito de guerra: “¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!” cap. 7:20. No menos de ciento veinte mil de los invasores perecieron... Fue indescriptible el terror que experimentaron las naciones vecinas al saber cuán sencillos habían sido los medios que prevalecieron contra el poderío de un pueblo audaz y belicoso.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 589-595.
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Gedeón conduce a la victoria a trescientos hombres, 12 de noviembre Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? Jueces 6:14. https://ift.tt/aDU2u4z Era Gedeón, hijo de Joás, de la tribu de Manasés. La rama a la cual pertenecía esta familia no desempeñaba ningún cargo destacado, pero la casa de Joás se distinguía por su valor y su integridad... A Gedeón llamó, pues, el Señor para libertar a su pueblo... De repente “el ángel de Jehová se le apareció” y le dirigió estas palabras: “Jehová está contigo, varón esforzado y valiente”. Jueces 6:12. “Ah, señor mío—fue su respuesta—, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto?” cap. 6:13. El Mensajero celestial le respondió: “Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”.. La hueste que iba al mando de Gedeón no pasaba de treinta y dos mil hombres; pero mientras estaba el inmenso ejército enemigo desplegado delante de él, le dirigió el Señor las siguientes palabras: “El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad”. cap. 7:2, 3. Gedeón obedeció las instrucciones del Señor, y con el corazón oprimido vio marcharse para sus hogares a veintidós mil hombres, o sea más de las dos terceras partes de su ejército. Nuevamente oyó la voz de Dios decirle: “Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré”. cap. 7:4. Algunos tomaron apresuradamente un poco de agua en la mano, y la sorbieron mientras caminaban; pero casi todos se hincaron, y bebieron a sus anchas de la superficie del arroyo. Aquellos que tomaron el agua en la mano no fueron sino trescientos entre diez mil; no obstante, fueron elegidos, y al resto se le permitió volver a sus hogares. El carácter se prueba a menudo por los medios más sencillos... No sólo poseían valor y dominio de sí mismos los trescientos hombres elegidos, sino que eran también hombres de fe... Dios podía dirigirlos... En medio de la noche, al toque del cuerno de guerra de Gedeón, las tres compañías tocaron sus trompetas; y luego, rompiendo sus cántaros, sacaron a relucir las antorchas encendidas y se precipitaron contra el enemigo lanzando el terrible grito de guerra: “¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!” cap. 7:20. No menos de ciento veinte mil de los invasores perecieron... Fue indescriptible el terror que experimentaron las naciones vecinas al saber cuán sencillos habían sido los medios que prevalecieron contra el poderío de un pueblo audaz y belicoso.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 589-595.
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