Cada Día con Dios


Cada Día con Dios
Escogeos hoy, 19 de diciembre Escogeos hoy a quién sirváis. Josué 24:15. https://ift.tt/6HPnrd4 El viento está creciendo en intensidad hasta convertirse en ciclón. No me aventuro a salir al puente [del vapor Wairarapa]. Me alegro de mantenerme en calma... Estaba elevando mi corazón a Dios por medio de Cristo, quien calmó la tempestad al decir: “¡Calla, enmudece!” De repente el arco iris se extendió en el cielo. Pude ver la señal de la promesa de Dios en ese arco trazado en las nubes, y descansé en la confianza de sus brazos protectores... La camarera ha sido muy amable conmigo. Le di El Camino a Cristo y algunos periódicos y folletos. Le hablé acerca de la salvación de su alma. Le señalé los peligros que corre la vida de todos los que se encuentran en el mar. Me dijo que había pensado en ello a menudo, pero añadió: “Si pudiera, sería cristiana; pero no puedo. Sería imposible seguir a Dios en un barco como éste. Usted no sabe, no puede tener la menor idea de la maldad de estos marineros. El capitán y sus colaboradores poseen características tan similares a las de la tripulación, que no pueden ejercer influencia sobre ella para introducir reformas, si quisieran hacer tal cosa”. Le pregunté por qué no buscaba otro empleo. Me dijo: “De nada valdría. Tengo cuatro hijos que sostener y no tengo fuerzas para hacer trabajo duro”. Era una mujer pequeña, frágil y de rasgos delicados... Traté de hacerle entender lo peligroso que es vivir sin orar. Me dijo: “No vale la pena orar aquí, ni tratar de ser religioso”. Le dije que si el Señor le había señalado ese lugar, ella podría descubrir en Cristo su refugio, si lo aceptaba como su Salvador. Me contestó con lágrimas en los ojos: “Es imposible. Conozco la tripulación de este barco. No puedo practicar aquí una religión viviente. Espero que llegue el día cuando se me abra la oportunidad de vivir sin tener que sostener a mi familia, y entonces voy a prestar atención a las cosas serias de la vida. Si solamente pudiera estar con mis hijos y sostenerlos en forma humilde, lo haría con mucho gusto”.—Manuscrito 88, del 19 de diciembre de 1893, en viaje a Sydney, Australia, desde nueva Zelandia.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374