Nuestra Elevada Vocacion

Ramas fructíferas, 18 de mayo Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, le quitará: y todo aquel que lleva fruto, le limpiará, para que lleve más fruto. Juan 15:1, 2. https://ift.tt/mlHXZnT El Salvador ... muestra la señal del discipulado: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”. Debemos aferrarnos al Dios viviente mediante la fe, y mantener una experiencia tal que manifieste amor, ternura, bondad, compasión y afecto. Estos rasgos de carácter son el fruto que el Señor Jesús quiere que produzcamos y que presentemos ante el mundo, como testigos de que tenemos un Salvador que puede elevarnos y salvarnos. No tenemos como Salvador nuestro a uno que continuamente arroja una sombra en nuestro camino. No necesitamos estar en el lado de los perdedores, porque él es nuestra suficiencia en todas las cosas. Lo que necesitamos es la presencia de Jesucristo. Necesitamos que su verdad brille en nuestros corazones y que permanezca en todas las acciones de nuestra vida. Esto es lo que determinará si somos o no ramas de la vid verdadera. Si somos sarmientos fructíferos, debemos esperar que el gran Hortelano nos pode para que podamos llevar mucho fruto. Debe ser quitado todo lo que es inútil, todo lo que pueda retrasar nuestro crecimiento en la vida cristiana.—Manuscrito 37, 1908, pp. 1, 2. Cuando ocurre la purga, con frecuencia sentimos que el Señor está contra nosotros. En lugar de esto, debiéramos mirarnos para ver si hay alguna cosa que hemos dejado sin hacer o alguna cosa que necesitamos dar de nuestra vida, antes de poder comparecer con rectitud delante de Dios. ... Debemos ser ramas vivientes de la vid verdadera, y aferrarnos a nuestro Redentor diariamente para poder llevar los frutos del carácter cristiano. ... Cuando estemos dispuestos a practicar la abnegación y el sacrificio propio, como Cristo lo practicó en su vida, entonces llevaremos frutos para la gloria de Dios.—Manuscrito 19, 1909. El Salvador se complace en ver que sus seguidores y colaboradores con Dios reciben abundantemente todas las riquezas de la planta fructífera, y dan generosamente, como obreros bajo sus órdenes. Cristo glorificó a su Padre por el fruto que llevó, y las vidas d
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374