A Fin de Conocerle

¿Estás creciendo tú? 6 de junio Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo. Efesios 4:15. https://ift.tt/cA4E0iQ No es una verdadera evidencia de que tú seas cristiano el que tus emociones se conmuevan o tu espíritu se conmueva por la verdad, la pregunta es: ¿Estás creciendo en Cristo, tu cabeza viviente? ¿Se manifiesta en tu vida la gracia de Cristo? Dios da su gracia a los hombres para que ellos deseen más de su gracia. La gracia de Dios siempre obra en el corazón humano y cuando se la recibe, la evidencia de su recepción aparecerá en la vida y el carácter del que la recibe, pues se verá la vida espiritual que se desarrolla en lo interior. La gracia de Cristo en el corazón siempre promoverá la vida espiritual y se efectuará un avance espiritual. Todos necesitamos un Salvador personal o pereceremos en nuestros pecados. Desde lo íntimo del alma, hagámonos la pregunta: ¿Estamos creciendo en Cristo, nuestra cabeza viviente? ¿Estoy ganando un conocimiento mayor de Dios y de Jesucristo a quien él ha enviado? No vemos las plantas que crecen en el campo, y sin embargo estamos seguros de que crecen, y ¿no hemos de conocer en cuanto a nuestra fortaleza y crecimiento espirituales?—The Review and Herald, 24 de mayo de 1892. Cuando seamos verdaderamente cristianos, nuestro corazón estará lleno de mansedumbre, cortesía y bondad, porque Jesús ha perdonado nuestros pecados. Como niños obedientes recibiremos y apreciaremos los preceptos que nos ha dado y asistiremos a los ritos que ha instituido. Continuamente procuraremos obtener un conocimiento de Cristo. Su ejemplo será la regla de nuestra vida. Los que son discípulos de Cristo tomarán la obra donde él la dejó y la harán avanzar en su nombre. No imitarán las palabras, el espíritu ni las prácticas de nadie, sino de Cristo. Sus ojos estarán sobre el capitán de su salvación. Su voluntad es la ley de ellos. Y a medida que avancen, verán cada vez más claramente el rostro de Cristo, su carácter, su gloria.—The Review and Herald, 4 de agosto de 1891.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374