Cada Día con Dios

La herencia inmortal, 15 de junio Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente. Tito 2:11, 12. https://ift.tt/DtubBwh Los ángeles de Dios no desean alcanzar un conocimiento más elevado que el conocimiento de la voluntad de Dios; y su mayor delicia consiste en cumplir la perfecta voluntad del Padre celestial. El hombre caído tiene el privilegio de comprender la voluntad de Dios. Mientras se nos concede un tiempo de prueba deberíamos ejercer nuestras facultades al máximo, para lograr todo lo posible, y mientras tratamos de lograr un elevado desarrollo intelectual, deberíamos comprender nuestra dependencia de Dios, porque sin su gracia nuestros esfuerzos no producirán beneficios duraderos. Seremos vencedores por medio de la gracia de Cristo; por los méritos de su sangre seremos contados entre aquellos cuyos nombres no serán borrados del libro de la vida. Los que logren la victoria finalmente vivirán una vida que se equipara con la de Dios y se ceñirán la corona del vencedor. Puesto que nos aguarda esta grande y eterna recompensa, deberíamos correr con paciencia la carrera, mirando a Jesús, el autor y consumador de nuestra fe. No vacilamos en decirles que para obtener la herencia inmortal y el tesoro eterno, tienen que vencer en esta vida de pruebas. Todo lo que mancha y contamina el alma debe desaparecer, debe ser limpiado del corazón. Debemos saber lo que significa participar de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que está en el mundo por causa de la concupiscencia. ¿Están dispuestos a combatir contra los deseos de la carne? ¿Están listos para luchar contra el enemigo de Dios y el hombre? Satanás está decidido a esclavizar toda alma de ser posible; porque está empeñado en un juego desesperado para arrebatarle a Cristo y a la vida eterna las almas de los hombres. ¿Le permitirán que les arrebate las gracias del Espíritu de Dios para implantar en ustedes su propia naturaleza corrupta? ¿O aceptarán la gran provisión de la salvación, y por los méritos del infinito sacrificio hecho en favor de ustedes llegar a ser participantes de la naturaleza divina? Dios dio a su Hijo unigénito para que por medio de su vergüenza, sufrimiento y muerte, ustedes pudieran tener gloria, honor e inmortalidad (Signs of the Times, 15 de junio de 1891).
via Facebook https://ift.tt/DtubBwh

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374