A Fin de Conocerle

La fe ve más allá de las tinieblas, 14 de agosto Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Salmos 37:3. https://ift.tt/LByUgFQ “Confía en Jehová”. Cada día tiene sus preocupaciones, zozobras y perplejidades; y cuando las enfrentamos, cuán dispuestos estamos a hablar de nuestras dificultades y pruebas. ... Algunos siempre están temiendo y buscando problemas. Cada día están rodeados por las señales del amor de Dios, cada día disfrutan de la abundancia de su providencia; pero pasan por alto estas bendiciones del momento presente. ... ¿Por qué hemos de ser desagradecidos y desconfiados? Jesús es nuestro amigo. Todo el cielo se interesa en nuestro bienestar; y nuestra ansiedad y temor afligen al Espíritu Santo de Dios. No deberíamos fomentar afanes cuyo único resultado es irritarnos y gastarnos, y no ayudarnos a sobrellevar las pruebas. No debería dársele lugar a esa desconfianza en Dios que nos conduce a hacer nuestra preocupación esencial de la vida la preparación para afrontar necesidades futuras, como si nuestra felicidad consistiera en poseer estas cosas terrenas. Podéis estar perplejos en los negocios; vuestras perspectivas pueden tornarse cada día más oscuras, y podéis estar amenazados por cuantiosas pérdidas. Pero no os desaniméis; echad vuestra preocupación sobre Dios, y permaneced tranquilos y gozosos. Comenzad cada día con una ferviente oración, sin dejar de ofrecer alabanza y agradecimiento. Pedid sabiduría para conducir vuestras ocupaciones con prudencia y prever así pérdida y desastre. Haced todo lo posible para que haya resultados favorables. ... Luego, confiando en vuestro Ayudador después de haber hecho todo lo posible, aceptad gozosamente el resultado. No siempre será ganancia desde el punto de vista mundano; pero posiblemente el éxito habría sido lo peor para vosotros. Necesitamos considerar la gloria de Dios en todos los negocios de la vida; necesitamos una fe viviente que se aferre de las promesas de Dios.—The Review and Herald, 3 de febrero de 1885.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374