¡Maranata: El Senor Viene!

El significado de la conversión, 17 de agosto De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17. https://ift.tt/z1RZABr La vieja naturaleza, nacida de sangre y de voluntad de carne, no puede heredar el reino de Dios. Es necesario abandonar las sendas antiguas, las tendencias hereditarias, los viejos hábitos, pues la gracia no se hereda. El nuevo nacimiento consiste en tener nuevos motivos, gustos y tendencias. Los que han nacido a una vida nueva mediante el Espíritu Santo, son partícipes de la naturaleza divina y en todos sus hábitos y procedimientos dan testimonio de su relación con Cristo. Cuando los que se dicen cristianos conservan todos los defectos naturales de su carácter y disposición, ¿en qué se diferencia su situación de la de los mundanos? Los tales no aprecian la verdad como un elemento santificador, refinador. No han nacido de nuevo... La verdadera conversión transforma las tendencias al mal hereditarias y cultivadas. La religión de Dios es un paño compacto integrado por innumerables fibras entretejidas con tacto y habilidad. Únicamente la sabiduría que proviene de Dios puede hacer perfecto ese tejido. Hay muchas clases de telas que al comienzo parecen finas, pero finalmente no pueden soportar la prueba. Se destiñen. Sus colores no son firmes. Se decoloran bajo el sol veraniego y se malogran. No pueden soportar el maltrato. Lo mismo sucede con la religión de muchos. Cuando la trama y la urdimbre del carácter no soportan el embate de la prueba, significa que el material que lo compone es inservible. Los esfuerzos hechos para remendar la tela vieja con un trozo nuevo no mejoran la situación, pues el material viejo y endeble se desprende arrancado por el nuevo. Los remiendos no sirven. Lo único que se puede hacer es desechar la prenda vieja y conseguir una totalmente nueva. El plan de Cristo es el único que ofrece seguridad. El Señor declara: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”. Apocalipsis 21:5. “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”. 2 Corintios 5:17. Una religión de remiendos no tiene el menor valor para Dios. El Señor demanda la entrega total del corazón.33The S.D.A. Bible Commentary 6:1101. Pero Jesús dio su vida en sacrificio por nosotros, ¿y no le rendiremos nuestros mejores afectos, nuestras más santas aspiraciones, nuestro servicio más pleno?34En Lugares Celestiales, 352.
via Facebook https://ift.tt/z1RZABr

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

¡Maranata: El Senor Viene!

Nuestro estudio en los siglos futuros, 23 de diciembre Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bonda...

Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374