El espejo moral de Dios, 16 de octubre Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. Santiago 1:25. https://ift.tt/yhMuJoV En Düsseldorf cambiamos de tren [se refiere a un viaje realizado mientras trabajaba en Europa], y fue forzoso esperar dos horas en la estación. Aquí tuvimos oportunidad de estudiar la naturaleza humana. Entraron las damas, se quitaron las ropas exteriores, y luego se miraron desde todos los ángulos para ver que sus vestidos estuvieran impecables. Luego volvieron a empolvarse la cara. Permanecieron largo tiempo frente al espejo para ordenar su apariencia exterior satisfactoriamente, con el propósito de estar lo mejor posible cuando fueran contempladas por los ojos humanos. Pensé en la ley de Dios, el gran espejo moral en el que el pecador debe mirarse para descubrir los defectos de su carácter. Si todos estudiaran la ley de Dios, la norma moral del carácter, con tanta diligencia y espíritu crítico como muchos estudian su apariencia exterior frente al espejo, con el propósito de corregir y reformar cada defecto de carácter, qué transformaciones ocurrirían en ellos: “Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era”. Santiago 1:23, 24. Hay muchos que ven su carácter defectuoso cuando se contemplan en el espejo moral de Dios, su ley; pero han oído hablar tanto de que “Todo lo que tienes que hacer es creer. ...”, que después de mirarse al espejo se alejan con todos sus defectos, diciendo: “Jesús lo ha hecho todo”. Estas personas están representadas por la figura que emplea Santiago, del hombre que se mira al espejo y luego se va olvidándose de cómo es. ... La fe y las obras son los dos remos que deben emplearse para impulsar el barco contra la corriente de la mundanalidad, el orgullo y la vanidad.—The Review and Herald, 11 de octubre de 1887.
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"Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar." Habacuc 2:14 "Entonces el dragón...se fue a hacer guerra contra...los que guardan los mandamientos de Dios y tienen...el espíritu de la profecía." Apoc. 12:17; 19:10
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2¶=175.533“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374
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Conozco la Iglesia Adventista desde mi niñez (7 años) y sé que es la Iglesia Verdadera. Lo he sabido desde que mis papás encontraron en la ...
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