Alza tus Ojos

Promesa de poder para vencer, 20 de octubre Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Juan 17:3. https://ift.tt/CGoEuJa Entre las cosas que pueden estar a nuestro alcance no hay nada que se compare con la Palabra de Dios como instructora. Si mantenemos una estrecha relación con Dios, si le entregamos lo que es suyo -nuestra mente, nuestro corazón y todo lo que tenemos-, realmente encontraremos la paz y la felicidad que no se pueden obtener en ninguna otra parte. ¿De qué sirve vivir en este mundo dependiendo de la aprobación y las diversiones que podemos encontrar aquí? ¿Nos brindan felicidad? No; sólo nos ocasionan desasosiego y descontento, y al mismo tiempo estamos perdiendo el tesoro más precioso, las bendiciones más abundantes que Dios puede darnos. Necesitamos comprender mucho más el valor de nuestras almas. Necesitamos saber qué debemos hacer para realizar las obras de Dios: “Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado”. Juan 6:29. El puede ser para nosotros todo lo que deseamos. Jesús proclamó en el último gran día de la fiesta: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (Juan 7:37), y nuevamente lo oímos decir: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:28-30. ¿Han intentado ustedes hacer eso alguna vez? Muchos lo han hecho, y ellos saben que las palabras de Cristo son ciertas y verdaderas, y cuando los problemas vinieron como inundación, ellos acudieron a Jesús y fueron consolados y fortalecidos. Cristo ha prometido que, si nos unimos a El, hallaremos paz, consuelo y esperanza, y sabremos por experiencia que sus palabras son una realidad. El desea que todos se salven. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”. Juan 3:16, 17... Jesucristo sabía que la humanidad no tenía poder en sí misma para resistir la tentación del enemigo de las almas, y por consiguiente vistió su divinidad de humanidad, dejó su trono real y alto mando y vino a este mundo marchito y desfigurado por la maldición, y se humilló a sí mismo, con el fin de dejarnos ejemplo... No descendió a este mundo para asistir a las carreras de caballos, ni para ir al teatro, sino que vino manso y humilde, y nos invita a que aprendamos de El, el Rey de Gloria. Al hacerlo obtendremos el poder moral que nos quiere conceder, por el cual abandonó las cortes celestiales.—Manuscrito 16, del 20 de octubre de 1895, sin título; aparentemente es un sermón predicado en el congreso anual de Armadale, Australia.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374