Cada Día con Dios

Hagamos desaparecer el yo, 24 de octubre Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza. Romanos 5:3, 4. https://ift.tt/lx5N8oc La experiencia obtenida en el horno de fuego y aflicción vale más que los inconvenientes y los dolores que causa. Las oraciones que usted ofreció en su soledad, cansancio y prueba, fueron contestadas por Dios en la medida que usted lo podía soportar. No tenía usted un concepto claro y correcto acerca de sus hermanos, ni tampoco se veía usted mismo en forma correcta. Pero en su providencia Dios contestó las oraciones ofrecidas por usted en su angustia, para salvarlo y para que su propio nombre fuera glorificado. Al no conocerse a sí mismo, usted pidió cosas que no eran para su bien. Dios escucha sus oraciones sinceras, pero la bendición concedida es muy diferente a la que usted esperaba. En su providencia Dios decidió ponerlo más directamente en relación con su iglesia, para que confiara menos en sí mismo y más en aquellos a quienes él está guiando para el progreso de su obra. Dios mismo lo ha conducido en medio de estrecheces. Su propósito es que la tribulación produzca paciencia en usted, la paciencia experiencia, y la experiencia esperanza. Las pruebas que permitió le sobrevinieran tenían el propósito de que por medio de ellas usted gustara los apacibles frutos de la justicia... Dios lo dirigió a través de aflicciones y pruebas para que pudiera manifestar una confianza más perfecta en él y su poder, y para que pensara menos en su propio juicio. Usted es capaz de soportar mejor la adversidad que la prosperidad. El abarcante ojo de Jehová descubrió en usted mucha escoria que usted creía era oro demasiado valioso para desprenderse de él. El poder del enemigo sobre usted ha sido a veces bien directo y muy fuerte. Su voluntad debe concordar con la de Dios, pues en caso contrario usted caerá en graves tentaciones. Vi que cuando usted trabaja con la mira puesta en Dios, y pone el yo fuera de su vista, puede recibir fortaleza de Dios que le dará acceso a los corazones... Usted no es siempre amable ni considerado con los sentimientos de los demás y produce innecesariamente problemas y situaciones desagradables. Si hay más amor en sus labores, si hay más amabilidad y simpatía, tendrá acceso a los corazones y ganará almas para Cristo y la verdad.—Carta 54, del 24 de octubre de 1874, dirigida a uno de los primeros pastores adventistas.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374