Conflicto y Valor

Dios odia las castas, 18 de octubre Mateo 15:21-28. https://ift.tt/DB7kPoZ Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. Romanos 10:12, 13. “He aquí una mujer cananea, que había salido de aquellos términos, clamaba, diciéndole: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija es malamente atormentada del demonio”. Los habitantes de esta región pertenecían a la antigua raza cananea. Eran idólatras, despreciados y odiados por los judíos. A esta clase pertenecía la mujer que ahora había venido a Jesús. Era pagana... Cristo no respondió inmediatamente a la petición de la mujer. Recibió a esta representante de una raza despreciada como la habrían recibido los judíos... La mujer presentaba su caso con instancia y creciente fervor, postrándose a los pies de Cristo y clamando: “Señor, socórreme”... Se entrega en seguida a la divina influencia de Cristo y tiene fe implícita en su capacidad de concederle el favor pedido. Ruega que se le den las migajas que caen de la mesa del Maestro. Si puede tener el privilegio de un perro, está dispuesta a ser considerada como tal. No tiene prejuicio nacional ni religioso, ni orgullo alguno que influya en su conducta, y reconoce inmediatamente a Jesús como el Redentor y como capaz de hacer todo lo que ella le pide. El Salvador está satisfecho. Ha probado su fe en él... Volviéndose hacia ella con una mirada de compasión y amor, dice: “Oh mujer, grande es tu fe; sea hecho contigo como quieres”. Desde aquella hora su hija quedó sana. El demonio no la atormentó más... Con fe, la mujer de Fenicia se lanzó contra las barreras que habían sido acumuladas entre judíos y gentiles. A pesar del desaliento, sin prestar atención a las apariencias que podrían haberla inducido a dudar, confió en el amor del Salvador. Así es como Cristo desea que confiemos en él. Las bendiciones de la salvación son para cada alma. Nada, a no ser su propia elección, puede impedir a algún hombre que llegue a tener parte en la promesa hecha en Cristo por el Evangelio. Las castas son algo aborrecible para Dios. El desconoce cuanto tenga ese carácter. A su vista las almas de todos los hombres tienen igual valor. El Deseado de Todas las Gentes, 365-370.
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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374