El Mensaje de los Tres Ángeles - Apocalipsis 14:6-12

6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,
7 diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
8 Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación.
9 Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano,
10 él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero;
11 y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.
12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.

Podemos tener una fe tan genuina como la de Noé


Podemos tener una fe tan genuina como la de Noé, 18 de febrero

“Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación”. Génesis 7:1. CT 57.1
A Noé se le ordenó que construyera un arca para salvarse él y su casa. Se dice, “porque a ti [Noé] he visto justo delante de mí en esta generación”. Y también se dice: “Noé caminó con Dios”. Noé no se detuvo a preguntar: “¿Qué pensarán de mí los habitantes de este mundo si comienzo a construir un barco en tierra seca?” Él creyó en lo que Dios le dijo y comenzó a trabajar de acuerdo a la luz y al plan que Dios le había dado. Él tuvo que emplear muchos carpinteros que lo ayudaran en esta labor monumental y hubo muchos de ellos que eran creyentes en ese tiempo. Pero la mayor parte de los habitantes eran incrédulos e hicieron de Noé objeto de burla y escarnio. Ridiculizaron la idea de construir una gran embarcación en tierra seca. CT 57.2
La superficie de la tierra era muy semejante a cuando Dios la había creado, aunque se habían producido algunos cambios. Contemplaron los encumbrados árboles y las cosas maravillosas que Dios había creado en la naturaleza y dijeron: “Es imposible que Dios destruya estas cosas”. Lo que veían y percibían había impresionado a los habitantes del mundo antediluviano, mucho más que el mensaje del cielo; sin embargo, Noé mantuvo su integridad y fidelidad como un testigo ante aquella generación. CT 57.3
Abel, Enoc y Noé fueron personajes representativos en su época ante los habitantes del mundo antiguo. Cada uno había sido probado por la ley de Dios. ¿Obedecerían a Dios? ¿Harían lo que el Señor les había ordenado o desobedecerían y cosecharían los resultados? Si Noé hubiera sido como muchos en nuestros días habría dicho: “Crean, crean, todo lo que tienen que hacer es creer”, y así jamás habría condenado al mundo. Pero Noé tenía esa fe genuina, esa fe que obra. Por medio de su fe y de sus obras dio testimonio a los habitantes del mundo antiguo de que creía en Dios. Si hubiera dicho: “No puedo construir el arca, pues me considerarán loco si confecciono un arca en tierra seca”, no habría tenido ninguna influencia sobre ellos. Sin embargo, Noé creyó en lo que Dios había dicho y lo demostró por sus obras. CT 57.4
Los habitantes de ese tiempo lo consideraron loco; se rieron y burlaron de él, pero continuó con su trabajo construyendo el arca según las orientaciones que Dios le había dado. Cuando Noé ofrecía su último mensaje de advertencia a un mundo corrupto, ellos se apartaron y lo ridiculizaron. Habían escuchado las oraciones de Noé que habían ascendido cada día en favor de ellos y cómo con su corazón conmovido les presentó el último mensaje que habrían de escuchar.—Manuscrito 86, 1886. CT 57.5

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