La Maravillosa Gracia de Dios


Percepción santificada, 11 de noviembre https://ift.tt/3kuXWA7 En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel. Isaías 17:7. Los tesoros de la eternidad han sido confiados a la custodia de Jesucristo para darlos a quien le plazca. Pero cuán triste es que tantos, rápidamente, pierden de vista la preciosa gracia que les es ofrecida por fe en Cristo. El impartirá los tesoros celestiales a los que creen en él, acuden a él y moran en él... Exhorta a su pueblo escogido y peculiar, que le ama y le sirve, para que vaya a él y pida, y le dará el pan de vida y lo dotará con el agua de la vida, que estará en su medio como un manantial que brotará para vida eterna. Jesús trajo a nuestro mundo los tesoros acumulados de Dios, y todos los que creen en él son adoptados como sus herederos. Declara que será grande la recompensa de aquellos que sufren por su nombre.—Mensajes Selectos 1:160, 161. Este mundo es sólo un átomo pequeño en el vasto dominio sobre el cual Dios preside, y sin embargo este pequeño mundo caído es más precioso a su vista que los noventa y nueve que no se extraviaron del redil. Si nosotros queremos hacer de él nuestra confianza, no nos dejará a la merced de las tentaciones de Satanás. Dios quiere que toda alma por la cual Cristo murió llegue a ser una parte de la viña, relacionada con la cepa, que reciba su alimento de la misma. Nuestra dependencia de Dios es absoluta, y debiera mantenernos muy humildes; y debido a nuestra dependencia de él, nuestro conocimiento de Dios debiera ser grandemente aumentado. Dios quiere que alejemos de nosotros toda especie de egoísmo, y vayamos a él, no como los dueños de nosotros mismos, sino como la posesión adquirida del Señor.—Testimonios para los Ministros, 329, 330. Dios honrará y sostendrá a toda alma leal y ferviente que está procurando caminar ante él en la perfección de la gracia de Cristo... Con percepción aguda y santificada, ¿podemos apreciar la fuerza de las promesas de Dios y nos apropiamos de ellas individualmente, no porque seamos dignos sino porque Cristo es digno, no porque somos justos, sino porque con fe viviente demandamos para nosotros la justicia de Cristo?—Mensajes Selectos 1:126, 127.

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Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo si ellos le ceden la supremacía. Muchos hacen esto y sacrifican el cielo. Es mejor morir que pecar; es mejor padecer necesidad que defraudar; es mejor pasar hambre que mentir.—Testimonies for the Church 4:495 (1880). {EUD 121.4}
Pero el perdón tiene un significado más abarcante del que muchos suponen. Cuando Dios promete que “será amplio en perdonar”, añade, como si el alcance de esa promesa fuera más de lo que pudiéramos entender: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.19 El perdón de Dios no es solamente un acto judicial por el cual libra de la condenación. No es sólo el perdón por el pecado. Es también una redención del pecado. Es la efusión del amor redentor que transforma el corazón. David tenía el verdadero concepto del perdón cuando oró “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. También dijo: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”.20 {DMJ 97.2}
https://egwwritings.org/?ref=es_DMJ.97.2&para=175.533


“No cerrará el tiempo de gracia hasta que el mensaje haya sido proclamado con más claridad. La ley de Dios ha de ser magnificada [...] El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que terminará la obra del tercer ángel”. Joyas de los Testimonios (JT), vol. 2, (Bs. As.: ACES, 1956), pp. 373,374