El Mensaje de los Tres Ángeles - Apocalipsis 14:6-12

6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,
7 diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
8 Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación.
9 Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano,
10 él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero;
11 y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.
12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.

Cada Día con Dios


Preparación para la traslación, 8 de mayo https://ift.tt/3uOqQow Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido? 1 Corintios 4:7. Para que el hombre pueda obtener esa vida que se mide con la de Dios, el Señor desbarata sus ambiciosos proyectos mundanos que, si se permite que anublen su mente, lo inhabilitarán para participar del mundo del futuro. Dios nos está probando a todos. Nos confió talentos para ver si seremos plenamente desinteresados en el uso que hacemos de ellos. Nos dice claramente: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”. Lucas 16:10. “Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?”. Lucas 16:12. Recordemos que vamos a ser juzgados por las leyes del reino de Cristo. No somos dueños de nosotros mismos para hacer lo que nos plazca. Hemos sido comprados por precio y las leyes del reino de Cristo, los diez santos preceptos, nos presentan la norma que debemos alcanzar. Dios es celoso de su ley. Prueba a cada hombre para ver si obedecerá o no. El hombre pecó y la muerte es la paga del pecado. Cristo llevó el castigo y consiguió para el hombre un tiempo de prueba. En él estamos viviendo ahora. Se nos ha dado la oportunidad de probar que somos de valor a la vista del que dio a su Hijo unigénito para que no nos perdiéramos, sino que tuviésemos vida eterna. Uno es nuestro Maestro, es a saber, Cristo. Debemos recordar que somos su herencia comprada con sangre. La voluntad de Dios debe llegar a ser la nuestra. Se nos han confiado dones físicos, mentales y espirituales. En la Biblia se da a conocer plenamente la voluntad del Señor. Dios espera que cada hombre use sus dones de tal modo que le den un mayor conocimiento de las cosas divinas, y lo capaciten para progresar, para que cada vez sea más refinado, noble y puro. En este mundo los seres humanos deben prepararse para ocupar su lugar entre la nobleza del cielo. En este mundo deben prepararse para la traslación a las cortes de arriba. Los que emprendan esta tarea tal como lo indica la Biblia, llegarán a ser ejemplo, por medio de la gracia de Cristo, de lo que deben ser los que entren por las puertas en la ciudad.—Carta 80, del 8 de mayo de 1903, dirigida al Dr. J. H. Kellogg.

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